Messi ya no compite contra nadie. Es una leyenda del tiempo, como Camarón. Vive empeñado en desafiar sus propios límites, si es que los tiene. Falso nueve si el Barça ataca con extremos profundos o enganche si juega detrás de un nueve clásico, siempre aparece para componer una sinfonía capaz de rescatar a su equipo. Hubo un tiempo para Di Stéfano, para Pelé, para Cruyff, para Maradona y para Zidane. Ahora es la era de Messi. Ha marcado 59 goles de azulgrana este año, 71 contando los goles convertidos con Argentina. Pelé, O'Rei, firmó en su día 75. Ese registro también será reducido a cenizas por el extraterrestre que, dicen, nació en Rosario.
Si el Balón de Oro premia las virtudes individuales del futbolista, Messi podría conseguir seis o siete consecutivos. De no ser por el argentino, Cristiano, Falcao, Xavi, Iniesta o Casillas serían los mejores. Y son muy buenos, pero Messi es otra cosa. Está fuera de concurso. No sólo no desciende su nivel estratosférico, sino que aumenta su ascendencia en el juego. Sigue siendo un jamón con patas en modo turbo. Sigue pareciendo que tiene la pelota dentro del pie más que llevarla cosida a la zurda. Y sigue siendo el factor diferencial que rescata al Barça ante cualquier adversidad. Su cuenta de goles no se resiente, sube como la espuma. Pero ahora, además, pasa por ser uno de los mejores asistentes del mundo.
Ya no sólo arranca desde un flanco, se ha reinventado: destroza rivales como nueve embustero y también brilla como arquitecto del juego del equipo. Ya no es el mejor jugador del Barça. Ahora es más. Ahora, como Xavi, también sabe interpretar lo que necesita el equipo. No se pregunta qué puede hacer el Barça por él, sino qué puede hacer él por el Barça. Apenas hay que elegir a sus acompañantes. De todos, su mejor socio es Fàbregas. Con él al lado, juega de memoria. Messi está a 73 goles de la marca histórica de Zarra en Liga, a 49 de Raúl y a 48 de Di Stéfano. Tiene 25 años. Es el mejor. Algunos aficionados creen que, en la sala de prensa, el protocolo de actuación a seguir responde a unas siglas: LQDM. Lo que diga Mou. En fútbol, en caso de duda, se aplica otro LQDM. Lo que diga Messi.