Al igual que el caso de Jenna Ortega, Taylor-Joy y actrices similares no sé si se ponen de moda porque lo hacen muy bien en un papel (en el caso de la de esta película se suma que tiene una cara muy peculiar) o porque realmente les ven potencial. Personalmente veo que más que actuar hacen de ellas mismas, algo que me acaba de aburrir. Si encima todo se basa en su cara y no en diálogos, mal vamos.
Para intentar hacer las cosas bien, o más o menos bien, se necesito un tiempo adecuado. Que se lo digan al realizador George Miller. Entre "Mad Max: Furia en la carretera" y la que ahora nos ocupa le han llevado sus casi diez años. Estamos ante una precuela de Fury Road en la que conocemos los inicios de Furiosa, cediendo el puesto que ocupó Charlize Theron en la anterior por la competente Anya Taylor-Joy. Se podría decir un Furiosa begins, vamos. La chica lo hace sensacional, al igual que un vivaz Chris Hemsworth como Dementus. El cara a cara, esos riff-raffes existentes, entre los dos, es el motor del film. El guión, escrito a cuatro manos, por Nick Lathouris y el propio Miller está repleto de acción y suspense, y a modo general, como que no te deja momentos para descansar. Todo ello, también, gracias a la partitura compuesta por Junkie XL. Las películas que superan de largo las dos horas me sacan de quicio, pero cuando el resultado final tiende a ser más que positivo, para mí es algo que llega a carecer de importancia. Con "Furiosa" es uno de estos casos, aunque seguro que podría haberse acortado un poquito de metraje, de los casi 150 minutos de duración, contando los créditos finales. Mi nota final es de 8.5/10.
Parece que el público no tenía tantas ganas de ver 'Furiosa: De la saga Mad Max', ya que la película dirigida por George Miller ha pinchado en la taquilla de...
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La película de ciencia ficción sufre el peor estreno de los últimos 29 años de este fin de semana
Para intentar hacer las cosas bien, o más o menos bien, se necesito un tiempo adecuado. Que se lo digan al realizador George Miller. Entre "Mad Max: Furia en la carretera" y la que ahora nos ocupa le han llevado sus casi diez años. Estamos ante una precuela de Fury Road en la que conocemos los inicios de Furiosa, cediendo el puesto que ocupó Charlize Theron en la anterior por la competente Anya Taylor-Joy. Se podría decir un Furiosa begins, vamos. La chica lo hace sensacional, al igual que un vivaz Chris Hemsworth como Dementus. El cara a cara, esos riff-raffes existentes, entre los dos, es el motor del film. El guión, escrito a cuatro manos, por Nick Lathouris y el propio Miller está repleto de acción y suspense, y a modo general, como que no te deja momentos para descansar. Todo ello, también, gracias a la partitura compuesta por Junkie XL. Las películas que superan de largo las dos horas me sacan de quicio, pero cuando el resultado final tiende a ser más que positivo, para mí es algo que llega a carecer de importancia. Con "Furiosa" es uno de estos casos, aunque seguro que podría haberse acortado un poquito de metraje, de los casi 150 minutos de duración, contando los créditos finales. Mi nota final es de 8.5/10.
Lo que es una pena es que no se animen a volver al espíritu del primer Mad Max, el de una distopía preapocaliptica con un mundo que se cae a trozos, bandarras campando a sus anchas, y los pocos polis que van quedando, tratando de salvar lo que se pueda ...
Yo por mi parte ya estoy un poco cansado de yermos, harapos sado-gay y coches de chatarra con pinchos.
No la he visto, pero no es una cuestión de cansancio de estética o constantes viendo la obra maestra que fue la anterior. Otra cosa es que sea fallida o no.
Y lo de hablar de batacazos en la taquilla cuando todas se estampan porque nadie va al cine, da risa. Barbienheimer fue un espejismo.
Lo de sustituir a Max por otro personaje pero utilizarlo en la promoción (Mad Max Saga) también ha debido influir, porque el topetazo está siendo curioso. El presupuesto baila entre 170 y 230. Se estima una media de 200. Cien, o un poco menos, en publicidad. Total, que necesita más de 500 para quedar en tablas. No sé yo si una película ecofeminista de clasificación R cuyo target principal son las pollas va a tener piernas para eso, sobre todo si esas piernas no se abren...
Lo que es una pena es que no se animen a volver al espíritu del primer Mad Max, el de una distopía preapocaliptica con un mundo que se cae a trozos, bandarras campando a sus anchas, y los pocos polis que van quedando, tratando de salvar lo que se pueda ...
Yo por mi parte ya estoy un poco cansado de yermos, harapos sado-gay y coches de chatarra con pinchos.
Es película “de origen”, relato de resonancias mitológicas, cinta de acción burra, todo ello a la vez en una propuesta desequilibrada que adolece, siente uno decirlo, de todo lo chungo del blockbuster de hoy; atropellada, sin sacarle el partido que debería a lo que cuenta, desaprovechada, con elipsis y saltos bruscos (tiene como... ¿100 fundidos a negro?) que no te enteras bien pese a ser más simple que un botijo. Y lo peor, la tendencia al digitalazo.
La comparación con la anterior está servida, pero porque es buscada por la propia peli, que establece una continuidad (no se entiende la necesidad de Miller de meterse en estos berenjenales) y remata con unas imágenes finales sacadas de “Fury Road” que quedan bastante cutres y dejan más en evidencia si cabe. Si aquella era un film de modos más bien artesanos y físicos de rodar secuencias de vértigo, un puro ejercicio de imaginación visual apabullante… le quitamos eso y aquí nos queda poca cosa para tanto metraje.
El concepto, por otra parte, no deja de ser ambicioso, tratándose de la evolución paralela hacia el abismo de dos seres antagónicos pero iguales, como son la heroína y el villano, el tal Dementus, que acaba por ser prácticamente un co-protagonista. Es la crónica vital de un personaje que atraviesa sucesivas encarnaciones, de princesa cautiva a ángel vengador pasando por zagalejo que sobrevive arreglando motores y aprendiendo a base de duras lecciones, escindida entre esa promesa utópica de futuro en una semilla-talismán, en una vuelta improbable al hogar, y un sentimiento de venganza que la consume y la acaba reduciendo a un ser mitad humano y mitad máquina (ese brazo que se lo construye como en medio segundo…).
En cuanto su némesis, que es Hemsworth en su registro cómico (que no acaba de funcionar, ni entiendo ese chiste con los pezones...), vendría a ser un líder carismático y populista, pero sin autoridad real para gobernar ni para crear nada sólido. El suyo es un proceso de hundimiento en el autoritarismo, la locura y, como ella, en el odio irracional,
lo cual se remarca en los colores de su capa, de la pureza del blanco inicial al negro. Capa que, por cierto, acaba poniéndose ella. El desenlace parece una especie de teatro del absurdo al margen de todo, casi parece que se nos escamotea esa gran y esperada lucha final, disipada en las nieblas del mito y en la imagen, tan bella como terrible, de un hombre convertido en árbol.
Tenemos una estructura social de ciudades-estado con economías rudimentarias, basadas en el intercambio de bienes (el triángulo alimentos-armas-combustible), en precario equilibrio, pero que son al menos algo parecido a la civilización (el tipo que está ¡pintando un cuadro!). Está el paraíso autosuficiente del que procede Furiosa, cierto atisbo de idealismo, pero está también esa reflexión altisonante en torno a las guerras, su irremediable continuidad cíclica, que pone un tanto en cuestión el pretendido discurso “eco-feminista” que nos han vendido.
Especialmente caótico el tramo final, que no sabes qué pasa con este y dónde esta el otro (ese “hombre historia”, genial concepto, que de golpe ¿ha cambiado de bando?), pifias de guion que chirrían (esa huida del círculo de moteros, como por arte de magia potagia)… La de Anya, pues una interpretación de las basadas en gestualidad y en la performance antes que en el (rudimentario) diálogo; desde luego no es Charlize, pero hace lo que puede y veremos en el futuro si es algo más que una cara ¿bonita?
Lo que es una pena es que no se animen a volver al espíritu del primer Mad Max, el de una distopía preapocaliptica con un mundo que se cae a trozos, bandarras campando a sus anchas, y los pocos polis que van quedando, tratando de salvar lo que se pueda ...
Yo por mi parte ya estoy un poco cansado de yermos, harapos sado-gay y coches de chatarra con pinchos.
Totalmente de acuerdo, la 4 me interesó por algunos momentos de acción e inventiva, pero me saturan tanto los colores como lo grotesco de gran parte de ese mundo inventado. En la 2 todavía había un mundo que tenía cierta sintonía con la primera, pero vamos, ya no debería haber habido ni tercera parte.
Para mi Mad Max son las tres primeras. Y ahi se deberia haber quedado, la anterior ya era una cosa extraña y discrepo mucho sobre que es una obra maestra, esta muy lejos de ello, es un buen thriller de accion, con todos lso cliches actuales, digitaladas y poco mas.
En principio no es malo, se me ocurren pocos grandes de la historia del cine que no tengan algún remake o cuasi-remake de su propia obra, y en algunos casos incluso se puede decir que ruedan una y otra vez la misma película.
En principio no es malo, se me ocurren pocos grandes de la historia del cine que no tengan algún remake o cuasi-remake de su propia obra, y en algunos casos incluso se puede decir que ruedan una y otra vez la misma película.
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