Esta madrugada se celebró en Los Ángeles el primer pase de Mad Max: Fury Road, la esperada vuelta de George Miller a su saga de acción postapocalíptica con una cuarta entrega protagonizada por Tom Hardy, tomando el relevo de Mel Gibson. Durante los últimos días la existencia del pase se había convertido en un secreto a voces, y un vistazo a twitter esta mañana nos vale para ver las primeras reacciones de los afortunados que pudieron asistir al evento.
La crítica más extensa que he encontrado por el momento es la de una web llamada Action Figure Times, en la que su autor recoge sus impresiones, puntualizando, claro está, que la película proyectada aún no está finalizada en términos de efectos y montaje y que, de aquí al año que queda para su estreno –gracias al Mundial de fútbol– podría sufrir cambios.
Mad Max: Fury Road tiene una duración superior a las dos horas (cercana a los 140 o 160 minutos, dependiendo de las fuentes consultadas), convirtiéndose en la más larga de saga; y, teniendo en cuenta la larga espera tras 30 años sin una película de este personaje, es una duración que Miller considera apropiada para volver a lo grande. En los tiempos que corren, con blockbusters sobresaturados tipo El Hobbit, uno acaba cansado tras tres horas en el cine, pero si lo que se cuenta sobre la película es cierto, cada minuto valdrá la pena.
Randy, de AF Times, comienza diciendo que esta película NO es Mad Max y tampoco es Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno. Mad Max: Fury Road es una gloriosa vuelta al estilo de Mad Max 2: El guerrero de la carretera, pero aún más a lo bestia, sin ningún pudor a la hora de abrazar la locura y espectacularidad que caracterizaban a la mejor entrega de la serie; y con un Miller dándolo todo, como si esta fuera la última película que hace sobre el personaje para despedirse por todo lo alto.
“Esta película es como ver los 30 años de pasión acumulada de Miller por este mundo explotando en la pantalla”, asegura Randy.
Sobre el argumento sigue sin quedarme claro en qué línea temporal se sitúa la película, y he leído varias opiniones contradictorias al respecto –unos dicen que está entre la segunda y la tercera, otros que va después de la tercera…–, pero lo que parece claro es que el grueso del metraje emulará las escenas de acción de Mad Max 2: El guerrero de la carretera, con Tom Hardy ayudando a proteger un convoy comandado por el personaje de Charlize Theron, mientras se enfrentan a todo tipo de peligrosos enemigos motorizados.
Randy dice también que prácticamente toda la película es como ver el final de la segunda parte, con una gigantesca persecución por el mundo creado por Miller sin apenas soltar el acelerador. Y lo mejor de todo: estas escenas de acción están hechas con especialistas y efectos prácticos de toda la vida, nada de CGI. De hecho, el autor de la reseña se pregunta si llegó a morir alguien del equipo rodando esta locura.
Tras 30 años desde la anterior entrega y con un rodaje que comenzó en el ya lejano 2012 (alargado por los innumerables retrasos y regrabaciones), es de agradecer que al menos la espera haya merecido la pena. El próximo 15 de mayo de 2015 saldremos de dudas para comprobar si Miller ha vuelto a realizar otro clásico.