"Magical Girl", de Carlos Vermut

Aaaaaah parad de ponerme los dientes largos!!! Se sabe si ésto contará con algún tipo de distribución internacional? Digo yo que lo de San Sebastián algún beneficio tendrá, ¿no?
 
O mañana o pasado. Sin falta. Hoy he visto la china que ganó en Berlín y es un noir bastante hipnótico y potente.
 
Yo el miércoles, o esta o la argentina, no me decido.
 
Yo esta semana la veré dos veces más. En estos trenes hay que montar, que sólo pasan unas pocas cuantas veces en la vida.
 
Bueno, doble sesión que me he metido esta tarde-noche, empezando con "La Isla Mínima" y rematando con "Magical Girl".

Salí contento con la primera y me fui a por esta virgencito total (ni media línea de sinopsis). La verdad es que me ha dejado completamente descuadrado (para bien). Es jodido explicarla, y más sin dar detalles de la relación existente entre los personajes porque hasta la información aparentemente más trivial, me parece un spoilerazo del quince. De verdad que os va a pillar por sorpresa. Tanto por su simpleza argumental (que en realidad esconde -literalmente- mucha sustancia detrás y que os va a traer locos pensando en ella cuando acabe) como por la brillante puesta en escena (introducción-convergencia de las líneas argumentales, reparto y momentazos).

Para los que ya la habéis visto, en spoiler:

La relación entre Damián y Bárbara extendida en el tiempo (¿Control mental? ¿Obsesión sexual? ¿De todo un poco?), el pánico que él dice haber experimentado en clase cuando ella tenía doce años ("casualmente" la misma edad que la hija de Luis), los 10 años de cárcel por haberla ayudado en no se sabe qué, la canción que ambos escuchan, su disposición a volver a ayudarla con el chantaje de Luis, su arrebato en el bar (que ambos sean profesores y que se enteren de ello tampoco es casualidad), el final como una especie de "venganza" y que cierra el círculo con el comienzo de la película... Buffff!! Hay tanto que rascar ahí que con un visionado se hace imposible no pensar que se te han pasado detalles, palabras, gestos etc.

Y luego está Bárbara con ese pasado puteril, esa bipolaridad ama-sumisa (con Damián y su "marido robot" respectivamente), su "gusto" por el dolor físico (el plano de ella desnuda llena de arriba a abajo de cicatrices... :inaudito )

Luis en cambio me ofrece bastantes menos interrogantes. No sé si su obsesión materialista con el regalo de su hija (más cuando se deja claro que lo que más quiere ella es estar con su padre) tiene alguna conexión con algo que ahora se me escapa. En cualquier caso parece la "víctima" (no la primera, según parece) de ese torbellino sentimental que forman Damián y Bárbara. Su imprescindible detonante.

Todo esto todavía en caliente.

A ver qué opináis el resto porque seguramente sólo esté arañando la superficie.
 
Es una película con mucha personalidad, de las que te reconcilia con el cine independiente, un cocktail imposible que mezcla con habilidad un drama íntimo y misterioso a lo Wenders de Paris, Texas, un humor marciano y una puesta en escena desnuda de los neo-noirs de Kaurismaki y el cuasi-terror cuotidiano del Lynch sórdido, con un punto friki y la estructura narrativa de desmenuzar varias historias entrelazadas del primer Iñárritu.

Juega una gran baza lo que no se ve, lo que se intuye y la materialización en su desenlace de una idea que verbaliza un secundario, la perenne confrontación entre lo cerebral y lo emocional. Los actores lucen y les dejan espacio para lucir. Quizás mi única pega vendría por el uso de unas bases demasiado trilladas en lo dramático, se ve demasiado la mano del guionista al poner esas bases para empezar a removerlo (magníficamente) todo durante el resto del metraje.
 
Alerta de posibles SPOILERS


El Vermú éste se ha calzado un peliculón en toda regla.

Lo tengo claro, “Diamond flash” no pasaba de ser un borrador y es ahora cuando podemos hablar en serio de este hombre. Película mejor y más meditada, más “película”, una contribución más al género de historias cruzadas (en ello no hay novedad), mezcla de drama íntimo, thriller y fatalismo “noir”, con la huella de Haneke, pero haciendo gala de una identidad propia. La de un tipo muy cabrón, que sabe golpear donde más duele. Todo un descenso a los infiernos que te mantiene pegado a la butaca y sin pestañear, te arrastra a un universo turbador de obsesiones, de relaciones torturadas, de personajes que no sabes si son unos hijos de puta o unos pobres diablos que se aferran a un clavo ardiendo. Personajes que se definen por sí mismos, sin necesidad de explicaciones burdas ni brocha gorda, cuyos diálogos contienen el matiz justo y siguen destacando por su frescura. Ni siquiera la crítica social sobre la España actual parece metida con calzador, de hecho funciona como trasfondo inquietante de todo lo que vemos.

¿Guión? Mucho más trabajado y sugerente, hay mayor equilibrio en las historias y no parece una sucesión de cortos. Maneja de forma muy interesante esa idea de lo racional y lo pasional (los dos profesores, el truco de magia...). Hace bien en no desvelar la incógnita final, la pieza faltante del puzzle, toda una historia de amor y de locura que únicamente llegamos a intuir levemente. Precisamente la elipsis y el evitar lo explícito son una regla de oro, potenciando muchísimo el elemento malrollero (esas visitas a la mansión, que no muestran nada y te ponen los pelos de punta). La puesta en escena es absolutamente depurada y precisa, visual, de planos sostenidos sin llegar a exasperar, creando una atmósfera fría, viciada. Sin música, sin esteticismo que valga, centrada a saco en los actores. Y ese humor marciano, esa frivolización más atenuada, pero que tiene como consecuencia inevitable un distanciamiento brutal y despiadado, describiendo las miserias de los protagonistas.

Destacar, por último, ese matiz friki-hipster (referencias a las vecinas de Valencia, al anime...), y un cierto fetichismo “pop”; el perturbador símbolo de la salamandra, la herida de la frente de ella, la preparación del personaje de Sacristán como un torero que entra a matar... La parte final, con la barra de bar, la pistola y el suspense resultante, es digna de un western y no me extraña nada que haya conquistado a gente rancia tipo Boyero.

Magnífica, joder.
 
Fantástica, pero. Tengo que verla otra ver sin fiesta del cine ni mierdas de estas a las que no pienso volver jamás.
 
Algo me dice que no fuí el único al que le toco sala llena, a lado de dos gordos que comian patatas y doritos como si no hubiera un mañana y botellas y briks de dos litros.
 
A mí también me tocó la sala llena. Me alegro por Carlos y demás responsables del film, en condiciones normales, lo habitual con este tipo de pelis es encontrarse no más de 3-4 espectadores por pase, al menos en estas latitudes.
 
Pues nosotros fuimos los únicos viéndola y fue maravilloso, igualmente la película te dejará sin aliento.
 
Vista tres veces y preparando tocho. Está a la altura d cualquier cima ocurrente. Por fin un autor inmenso en nuestro cine y con solo dos películas. Qué cosa más enorme.
 
Bueno, tengo claro que después de Diamond y Magical girl, Carlos Vermut es probablemente el autor más talentoso del panorama cinematográfico español. Si la primera es un ensayo muy estimulante, con ésta -sin ser perfecta- la cuestión ha subido muchos enteros.
Poseedor de un universo propio en el que el contexto castizo y casposo domina (cuantos no lo la habrán intentando a la sombra de la modernidad nostálgica fracasando al mostrar únicamente estanterías de chamarilero), pero del que emerge una construcción dramática potentísima, que no se ve empañada por los elementos del todo a 100.
Increíble la capacidad para orquestar universos cerrados donde precisamente la única pieza que falta -como gráficamente nos resalta irónico en el puzzle de Sacristán- es la solución del enigma. Pero menudo enigma! Todo ello alrededor de esa "magia", que desde un primer momento se nos muestra, y que es el motor del destino del resto de personajes que poco pueden hacer para escapar a ella. Esa magia, que la pequeña Alicia trata de introducir en su mundo de dolor que se agota de forma anticipada, y que sin embargo una pequeña Bárbara comienza a producir para dominar -también tendrá que aprender a ser dominada- a los hombres. Esta es la magia por tanto que Alicia nunca podrá utilizar ya que su feminidad quedará truncada en la niñez, y ha de contentarse con esa metadona del juego amparado en el anime.
Si entroncamos estos conceptos con Diamond Flash, una visión apabullante, poliédrica, compleja y perversa del universo femenino, entendemos la distancia sideral que existe entre el Almodóvar chocarrero y tosco de Volver -da vergüencita el panfleto- a esto. Películas ambas repensadísimas, reflexionadas en su desarrollo y mensaje, y que se aleja del otro autor de culto de la última hornada del cine patrio como es Vigalondo. Me gusta mucho Nacho, pero me da la sensación de que su cine como ya he dejado dicho en su hilo, parte de premisas brillantes, y narrativamente están planificadas hasta el dedillo; tanto que el elemento conceptual que debería primar a veces se deshace.
Vermut es justo el caso contrario, sus premisas y su juego intelectual es primordial, desatendiendo un poco el elemento visual, quizá única merma en su cine. No me refiero a la construcción de planos, sino a quizá una dilatación excesiva de las secuencias, o un exceso narrativo en alguna de ellas. En el segmento central, el ir y venir de la casa de la ex amiga/mentora/madam... podría haberse acortado. La película creo que le sobre un pelín de metraje, pero desde ya me declaro ultrafan de este señor.
Por cierto, la división en tres capítulos, Mundo, Demonio y Carne tampoco es baladí... Según el credo católico, son los tres enemigos del alma que pueden hacer que desobedezcamos la ley divina y nos alejemos de Dios, ya que es fácil caer en sus tentaciones...
http://es.catholic.net/op/articulos/13578/captulo-tercero-la-santidad-amenazada.html
 
Explorando un poco el tema de la amenaza al alma cristiana de estos tres elementos, creo haber dado con una de las claves de la película; en las Cautelas, avisos y sentencias, de san Juan de la Cruz (el que quiera leerlo entero lo tiene por aquí: http://www.apostoladomariano.com/pdf/524.pdf)

Un poco por encima, en la primera, es decir Mundo: La primera es que acerca de todas las personas tengas igualdad de amor e igualdad de olvido, ahora sean deudos ahora no, quitando el corazón de éstos tanto como de aquéllos y aun en alguna manera más de parientes, por el temor de que la carne y sangre no se avive con el amor natural que entre los deudos siempre vive, el cual conviene mortificar para la perfección espiritual. Tenlos todos como por extraños, y de esa manera cumples mejor con ellos que poniendo la afición que debes a Dios en ellos

Me parece una referencia directa al tratamiento de Luis para con su hija al chantajear a Bárbara.

La segunda cautela contra el mundo es acerca de los bienes temporales; en lo cual es menester, para librarse de veras de los daños de este género y templar la demasía del apetito, aborrecer toda manera de poseer y ningún cuidado le dejes tener acerca de ello: no de comida, no de vestido ni de otra cosa criada


Más de lo mismo...

En la segunda cautela, contra el Demonio:

De otras tres cautelas debe usar el que aspira a la perfección para librarse del demonio, su segundo enemigo. Para lo cual has de advertir que, entre las muchas astucias de que el demonio usa para engañar a los espírituales, la más ordinaria es engañarlos debajo de especie de bien y no debajo de especie de mal (...) Sea la primera cautela que jamás, fuera de lo que de orden estás obligado, te muevas a cosa, por buena que parezca y llena de caridad, ahora para ti, ahora para otro cualquiera de dentro y fuera de casa, sin orden, de obediencia

Luis cae en la tentación al entrar en casa de Bárbara y aceptar su ayuda, el aceptar la ducha caliente y la "hospitalidad" sugerente de ella...

La tercera cautela, derechamente contra el demonio, es que de corazón procures siempre humillarte en la palabra y en la obra, holgándote del bien de los otros

La envidia que suscita a Luis la casa y la vida de Bárbara...

Supongo que un examen detallado de la tercera, contra la Carne, e incluso estas más en profundidad darían más paralelismos... se lo dejo a otros. Definitivamente nos encontramos con un Kieslowski patrio... y postmoderno.
 
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