Respuesta: Michael Bay
(
Bad boys II, 2003)
Definir un guilty pleasure a estas alturas es tontería porque todos sabemos lo que es. Y que nadie se engañe, todos tenemos unos cuantos. Pues el cine de Bay, todo en general, resume perfectamente lo que es un guilty pleasure y Dos policías rebeldes 2 entra perfectamente en el placer culpable.
Si tuviese que destacar algo bueno de la peli, cinematográficamente hablando, no destacaría gran cosa. Como cinéfilo no puedo reseñar algo que pueda servir como ejemplo fehaciente de que lo que estoy viendo es algo que pueda aportarme algo o enseñarme algo que a la posteridad pueda convertirse en algo reseñable. Es una peli más de tiros, explosiones, persecuciones, tiros, explosiones, persecuciones y así hasta entrar en un bucle espacio temporal que no tendría fin.
Pero hete aquí que por extraño que parezca, el cine de Michael Bay tiene la dosis justa que hace que el visionado de sus pelis, contando con todos sus excesos (que los tiene y en cantidades abundantes) no deja de ser un mero producto que no necesita análisis. Bay ofrece lo que enseña, ofrece lo que promete y sabe que no necesita más para contentar a sus fans (entre los que me encuentro). Su cine no estará nunca en los rankings de las mejores películas de todos los tiempos. Aunque creo que eso no le importa demasiado.
La película es un producto pirotécnico a gran escala donde demuestra que en su exceso está, quizás su acierto. Y si bien es cierto que el cine made in Bay tiene que tener una serie de estereotipos, una serie de recursos y una serie de elementos para poder ser reconocido como tal, esta secuela, mucho más larga y apabullante que la antecesora no se queda corta. Con un villano histriónico interpretado por un Jordi Mollà hasta arriba del producto que el trafica, puede que sea lo mejor de toda la película. Su Toni Tapia es el cliché hecho personaje. Es la villanía loca y descerebrada que un producto como éste necesita.
Y como siempre digo: el cine de Bay, para ser de Bay tiene que tener una serie de elementos cruciales:
- Puesta de sol
- Helicópteros ascendiendo a cámara lenta.
- La sorpresa del héroe a cámara mucho más lenta.
- Persecuciones a un ritmo endiabladamente frenético con el lanzamiento de objetos cuanto más pesados y con posibilidad de dar la mayor cantidad de vueltas mejor.
- Mujeres despampanantes.
- Militancia alarmante.
- Un exceso de heroicidad épica (a cámara lenta, por supuesto).
- Coches de lujo. (etc.).
Hablar ahora de si el cine de Bay es bueno, es malo, es execrable, es lo peor que le ha pasado al mundo, es una palomita peta zeta está extremadamente manida. La película es violenta, mal hablada, con chascarrillos a mansalva, escenas interesantes visualmente pero que tampoco serían escogidas en un concurso (la persecución por la autopista o la sucedida en la casa de los haitianos – con la cámara entrando y saliendo en todo momento siendo un rodeo constante). Quizás el metraje, para ser el producto que es, un tanto excesivo pero por lo demás sigue siendo una peli de lentejas: si quieres te la tragas sino te la dejas.
Yo, por ahora, el cine de Bay me lo trago. Y con gustico. Aún sabiendo lo que es.