Harkness_666
Son cuatro
A mi madre le gustan las mujeres, de Inés París y Daniela Fejerman
Tres hermanas se quedan conmocionadas el día del cumpleaños de su madre (Rosa María Sardá) por la noticia que ésta les da: ha salido del armario y tiene una novia checoslovaca mucho más joven que ella.
Esto viene a ser una comedia romántica amable y carente de sorpresas, con sus encuentros y desencuentros amorosos en torno a la simpática premisa del título (por lo demás, el tema homosexual no deja de ser una excusa). Película discreta, nada memorable pero carente de pretensiones y con un humor de media sonrisa y más bien sofisticado que es de agradecer. Las mujeres y sus neuras son aquí las protagonistas, mientras que los hombres tienen un papel secundario, con Leonor Watling de protagonista haciendo de Woody Allen con tetas (con lo de superar los miedos, aceptarse a sí mismo, etc.).
Visualmente plana, sin esperarse nada de este apartado, aunque con todo el reparto en su sitio. Hacia el final se inclina al pastelón, volviéndose previsible y blanda con algún topicazo de por medio (el marido facha), concluyendo en el happy ending que cualquiera se esperaría. No molesta, al ser una peli sin más voluntad que agradar un rato evitando comerse mucho la cabeza, y lo consigue. Destaca también la simpática canción del tema central, compuesta por Andy Chango.
Tres hermanas se quedan conmocionadas el día del cumpleaños de su madre (Rosa María Sardá) por la noticia que ésta les da: ha salido del armario y tiene una novia checoslovaca mucho más joven que ella.
Esto viene a ser una comedia romántica amable y carente de sorpresas, con sus encuentros y desencuentros amorosos en torno a la simpática premisa del título (por lo demás, el tema homosexual no deja de ser una excusa). Película discreta, nada memorable pero carente de pretensiones y con un humor de media sonrisa y más bien sofisticado que es de agradecer. Las mujeres y sus neuras son aquí las protagonistas, mientras que los hombres tienen un papel secundario, con Leonor Watling de protagonista haciendo de Woody Allen con tetas (con lo de superar los miedos, aceptarse a sí mismo, etc.).
Visualmente plana, sin esperarse nada de este apartado, aunque con todo el reparto en su sitio. Hacia el final se inclina al pastelón, volviéndose previsible y blanda con algún topicazo de por medio (el marido facha), concluyendo en el happy ending que cualquiera se esperaría. No molesta, al ser una peli sin más voluntad que agradar un rato evitando comerse mucho la cabeza, y lo consigue. Destaca también la simpática canción del tema central, compuesta por Andy Chango.