The vampire (Paul Landres. 1957)
película de vampiros pero con constantes mas bien de ci·fi clásica en paisaje de urbanización americana, partiendo de premisas que nada tienen que ver con el vampirismo en el cine acaba convertido en una locura involuntariauna un pastiche argumental de pastillas, adicciones, instintos primarios, experimentos con animales, virus, tubos de ensayo en los que mad doctors no hacen NADA
-fascinante leit motiv de todo este tipo de cine, merecerían hilo propio esas constantes; tan simpática como limitada en todo.
Cuatro aventuras de Reinette y Mirabelle (Eric Rohmer. 1986)
otra naturalista del francés, sin hilo, cuatro historias sencillas y un texto a veces fabuloso por convertir lo cotidiano en puro arrebato visual, es que casi se ve la hierba crecer, y los grillos... y esos amaneceres alucinantes que parece que el metraje se ha parado delante del espectador porque te deja embobado;
aunque a veces maneje una estética que espanta -esa música, esos colorines- es igual, Rohmer se sobra con su delicadeza, cine en su expresión mas pura, sin artificios, no te cuenta nada y te está contando todo, pese a que alguna de las historias es notablemente superior.