Mysterious skin, de Gregg Araki
Historia de dos adolescentes (uno de ellos un chapero, el otro un obseso de los platillos volantes), cuyas vidas quedan irreversiblemente unidas por un hecho traumático ocurrido en la niñez.
Una película que afronta un tema tan terrible como es el de los abusos sexuales durante la infancia, de una manera descarnada, sin tapujos. Drama de una dureza sin concesiones, historia tan triste como poco recomendable para espectadores especialmente sensibles, la cual revela las diferentes formas de afrontar lo ocurrido y de reaccionar ante ello, o bien reprimiendo el recuerdo y refugiándose en un mundo ficticio, o bien “abrazándolo” y perdiéndose en un vacío imposible de llenar. Hijo del “grunge” y de los noventa, el director nos habla de la juventud perdida y de la huida de la realidad, de la angustia adolescente y de entornos familiares con graves carencias. Por si esto fuera poco, lo que rodea al pederasta es tan ambigüo y amoral, tal alejado de tópicos, que no puede resultar más turbador. Muchos cojones aquí los del Araki y una provocación con fundamento.
Por otra parte, la estética ensoñadora, la banda sonora, evocan lo que podría ser un sórdido cuento de hadas, de navidad, de inocencia corrompida, con un tratamiento del sexo que no llega a lo explícito, revelando lo justo, pero cuyo impacto perdura. Muy destacables la interpretaciones de los protagonistas, enfrentados a unos papeles más bien difíciles, tanto los propios Corbet y Gordon-Levitt como los niños (me pregunto cómo harán para meter a niños tan pequeños en cierto tipo de películas como éstas y evitar que salgan con un trama de pelotas). Memorable secundaria la chica de la granja, cómo te describen su jodida situación con tan poco, incluso con humor... la amiga pagafantas, en cambio, es un personaje tan tópico como reconocible. En cuanto al desenlace, no hay moralejas, no hay redención, ni falsos finales felices, únicamente la realidad al desnudo.
“Deseo de todo corazón que pudiéramos dejar este mundo atrás. Elevarnos como dos ángeles en la noche, y mágicamente... desaparecer.”