Le llaman Bodhi, de Kathryn Bigelow
Clásico post-ochentero que tuvo una acogida más bien tibia, pero reivindicado últimamente como un título de culto incluso. Cinta de acción de la época, pues, con los tics molones de rigor en cuanto a estética, diálogos, y con una trama que es una suma indisimulada de cosas pretendidamente molonas, así en general; atracos a bancos, muchos tiros, surf y filosofía playera, deportes de riesgo... bastante absurdo todo, y los detectives no pueden ser más malos (la manera en que van juntando las pistas), con los villanos entrando en acción y ellos sin percatarse de nada, lo cual es digno de Benny Hill. Por otra parte, y dentro de lo disparatado de la propuesta, el guión lo encuentro poco maniqueo y lejos de los bodrios de acción reaccionarios. Típica historia de policías y ladrones, donde ambos son contemplados al mismo nivel y con unas motivaciones en realidad similares. Tanto uno como el otro son dos niñatos, uno quiere resolver un caso por pura vanidad y por caerle bien al sistema, el otro manda al carajo su misticismo de pandereta cuando más le conviene, pues sólo es un loco obsesivo al que únicamente le importa la puta ola.
A destacar la famosa persecución, muestra del talento de la directora para rodar acción física y potente, pese a que durante todo el metraje no falten las idas de olla (cuando le tira encima ¡un perro! O el tan garrulo como novedoso empleo del cortacésped como arma homicida). Luego que si rugby por aquí, que si paracaidismo por allá, la mala leche de las caretas de los ex-presidentes, y el grotesco y perpetuamente encocado Gary Busey haciendo de secundario eternamente perdedor pero con mucha dignidad. Por otra parte, la historia de amor es lo más insípido de la tierra, y es que Keanu, con su cara de mueble, poco puede hacer; eso sí, la chavala debe de ser medio tonta porque se la camela con una facilidad impresionante. Ah, y Patrick Swayze viene a ser una especie de Charles Manson entre los surferos, esos seres entre turbios y “cool” que viven al margen de la sociedad.