Tras el cristal, de Agustí Villaronga
Klaus es un científico que colaboró con los nazis durante la guerra. Vive con su familia en el exilio, enfermo y atrapado irremediablemente en una máquina que le permite respirar. Un extraño joven, conocedor de unos secretos inconfesables, aparece un día para cuidarle en calidad de enfermero.
Primer largometraje de un cineasta heterodoxo de nuestro cine. Me ha supuesto una decepción importante. Una historia tan llena de posibilidades como malograda, un caso de tal efervescencia creativa y de influencias (me atrevería a intuir), que lo obtenido termina siendo una propuesta incoherente, pretenciosa, que funciona únicamente a ráfagas. Teóricamente, un turbador drama con un marcado compontente psicológico, sobre mentes psicópatas, traumas del pasado, fascinación por la muerte. En realidad, el resultado lo veo más cerca de una cinta de terror efectista, con morbo gratuito y momentos dignos de un “slasher” cualquiera. Marisa Paredes, gran actriz, termina siendo un pegote dentro de un guión hecho de retazos inconexos; el resto de actores están más por cásting físico que por ser grandes intérpretes.
Y es una pena, porque Villaronga tiene un talento visual nada desdeñable, una habilidad para crear atmósferas insanas, imágenes potentes... que se desmoronan sin remedio, a falta de un contenido dramático que las respalde. Queda una banda sonora algo estridente y fuera de tono, un esteticismo tan logrado como vacuo (con momentos de un envolvente goticismo, o más dignos de una “naziexploitation”)... y un deliberado intento de provocación, tocando temas tan delicados como los abusos sexuales, los campos de concentración, así como escenas incómodas que involucran a menores de edad. Lo mismo digo del final, que intenta ser turbador y termina siendo entre absurdo y encajado a martillazos. Por no hablar de las verbalizaciones burdas (“¡yo amo la muerte!”) y de un giro final previsible del todo.
Total, una película donde puede aplaudirse el intento, pero que le estalla en toda la cara al director. Mal.