El día festivo del patrón del pueblo no lo he pasado con actividad religiosa alguna, en su lugar sesión ultra low budget me he tragado (que puede ser perfectamente igual de trascendente que lo otro
), con dos infames ¿películas?:
HEADLESS EYES (1971, Kent Bateman). Demente (o como diría alguno, psicotrónico) psycho-thriller underground, con un artista (indescriptible Bo Brundin) que pierda un ojo cuando entra a robar a una casa, y desde entonces serial killer urbano, que arranca los de sus víctimas (¡con una cuchara!) y los utiliza para sus obras artísticas. La primera escena es hilarante “my eeeeeeye”, la peli crea a veces cierta eficacia sórdido-casposa y hay una curiosa persecución-suspense al final, pero NO. Quien haya visto cosas como la estupenda
“Maniac” de William Lustig (o
“El Asesino del Taladro” de Ferrara), irá ya algo prevenido: solo que esperar un (sub)producto con menos pretensiones y mucho más desastrado.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
ATTACK OF THE BEAST CREATURES (1983, Michael Stanley).Alguno se preguntará: ¿esos son como el muñeco (ya clásico) de
“Trilogy of Terror”?. Pues sí. Y son caníbales, que darán cuenta de los naufragados que llegan a su isla, y son lo mejor de la película: muy divertidas sus apariciones (corriendo, saltando, mordiendo) y graciosa la imagen adorando a su Dios. Además, ríos ácidos que te queman y dejan en huesos. Lástima que el resto de la peli es, como era de esperar, largos diálogos entre los personajes (humanos… “normales”) para rellenar metraje, provocando sopor. Mediometraje sería lo ideal para esta broma. Lo mejor es que invita a releer (porque algo me lo recordó) esa genialidad del relato corto llamada
“Los Hombres sin Huesos”, obra de Gerald Kersh.
Un bocado:
Impagable momento que les dan un respiro… para volver a atacar