3096 (Sherry Horrmann, 2013)
Producción póstuma del fallecido Bernd Eichinger, el film nos narra la perturbadora historia real de Nastacha Kampusch, la chica austríaca raptada a los 10 años por un anodino técnico instalador, y que permaneció cautiva durante otros 8 y pico (los 3096 días del título) hasta que finalmente fue capaz de huir. Aunque podamos achacar los defectos de la cinta a que resulta difícil transmitir y hacer comprensible a un público convencional esta clase de experiencia (en especial cuando se establece una relación tan compleja entre secuestrador y secuestrado, como fue este caso), lo cierto es que la cinta maneja de manera muy torpe las relaciones entre los personajes principales, caracterizándolos de manera muy superficial y arquetípica (especialmente al captor de la niña). Tampoco ayuda la elección de unos actores que no despiertan ninguna clase de empatía, algo entendible en el caso del secuestrador, pero incomprensible en el caso de la chica secuestrada.
Asimismo, la puesta en escena es tan anodina y torpe como la dirección de actores. En el caso de la fotografía (obra de Michael Ballhaus), se puede entender que esta sea plana y aburrida como corresponde a los ambientes cotidianos en los que se desarrolla el film, pero cuando hablamos del trabajo de dirección puro, nos encontramos con que la directora se esfuerza en dar cierta solemnidad impostada a lo Haneke, mezcladándola con el uso absurdo de recursos más 'comerciales' como la cámara lenta, ofreciendonos un catálogo de cosas que no se deben hacer al rodar un film, y especialmente una historia como la que nos ocupa.
En fin, una pena porque, aún con las limitaciones dramáticas propias de un material tan dado a lo sensacionalista, se podría haber hecho un film mucho mejor.
Un saludete.