Aeropuerto: sorpresas te da la vida
Dirigida por el desconocido George Sheaton,
Aeropuerto se estrenaba el 5 de marzo de 1970, y sin saberlo, daba el pistolezado de salida para todo un subgénero cinematorgáfico: el cine de catástofres.
Dentro de la historia del cine no es un film que ostente el sello de clásico. Posiblemente porque se lo relaciona con todos los sucedáneos que le siguieron, dentro de la propia saga que inauguró y también fuera de ella.
Sin embargo, es una película notabilísima, que usa un hecho “catastófrico” (en este caso es el estallido de una pequeña bomba dentro del avión) como excusa, para al rededor suyo, construir una trama de numerosos personajes bastante compleja para los cánones del cine comercial actual.
Es una cinta coral, plagada de estrellas de la época. Los principales son Dean Martin y Burt Lancaster, que hacen de cuñados (y sí, en los USA también hay cuñados según se ve) pero están también el recientemente fallecido George Kennedy (que acabaría siendo los más recodado de la saga al ser el único actor que repitió en las cuatro entregas), Jean Seberg, Jacqueline Bisset, Van Hefflin, el señor Ullman… etc. Lo grandioso del planteamiento es que cada personaje tiene su historia, como la vida misma, y todas y cada una de las historias tienen cabida en el impresionante guión.
Dean y Jacqueline. Piloto y azafata. Tienen un embarazoso dilema.
Unos meses después de haber visto la película ya casi tenía olvidado el motivo de la catástrofe en el avión (casi ni la distinguí de sus tres secuelas) pero recordaba perfectamente varios de los dramas a bordo y en tierra. Porque es como ver un gran drama de Hollywood en el contexto de una película de acción. Ahora la he refrescado en el revisionado y sigo pensando que el incidente del avión es un simple
Mcguffina.
Quien vea
Aeropuerto pensando en ver explosiones y un ritmo acelerado se va a decepcionar.
Cine comercial de calidad
Adultos hacen cola para ver
El planeta de los simios; hoy sería un fracaso acusada de aburrida y lenta.
En los años ’70 el público objetivo del cine comercial seguían siendo los adultos y eso se nota en la calidad de muchas de las propuestas de la época:
El padrino (1972),
French Connection (1971),
Tiburón (1975)… hay muchos ejemplos de buen cine arrasando la taquilla. Así se puede entender mejor cómo una película de personajes y sin apenas acción como esta fue tan existosa como para generar su propia saga.
Años dorados en los que el dinero se metía en el cine que iba a ver la gente adulta.
No reniego del cine dirigido a adolescentes (fanático de John Hughes al habla) pero en general es un público en plena expansión hormonal, con dificultades -naturales- de concentración, y las películas a ellos dedicadas deben tener un tratamiento más ligero y un ritmo frenético.
Secuelas y exploits
Aeropuerto tuvo tres secuelas con títulos muy muy complejos:
Aeropuerto 75 (1974),
Aeropuerto 77 (1977) y
Aeropuerto 79 (1979).
Ninguna logró mantener el nivel de guión de la primera y en todas se decantan más por ahondar en el tema catastrófico y hacerlo más espectacular: el avión choca con una avioneta; el avión se hunde en el mar y tienen que rescatar a los pasajeros con buzos; el supersónico concorde es saboteado desde dentro…
Al menos mantienen el planteamiento de protagonizar las cintas con estrellas y completar el reparto con grandes actores en horas bajas: James Stewart, Jack Lemon, Robert Wagner, Charlton Heston, Olivia de Havilland, Christopher Lee… y en todas ellas, por supuesto, no falta George Kennedy.
Como decía, fuera de la propia saga se generaron muchas películas que manteniendo el esquema partían de una tragedia distinta:
Terremoto (1974),
El coloso en llamas (1974),
La aventura del Poseidón (1972)…
Todas son interesantes pero solo una,
Poseidón, mantiene para mi gusto el nivel de la primera de
Aeropuerto.
Dos Grandes analizando el problema.