Upperseven
Miembro habitual
EL VAMPIRO DE LA AUTOPISTA (1970, -Jose Luis Madrid)
Bodrio demencial con el que José Luis Madrid se quiso aprovechar de la fama (es un decir ) de Waldemar Woohfahrt (playboy acusado a finales de los años sesenta de ser un asesino y que tras ser demostrada su inocencia probó pinitos en cine y en la canción) para construir esta película de terror muy risible, acartonada...Que en su versión para la exportación tiene bastantes secuencias con contenido erótico elevado para un film español de aquellos tiempos. Por lo demás, lo dicho, noventa minutos de bastante aburrimiento y puesta en escena de paco
AL DIABLO CON EL DIABLO (Bedazzled!, 1967 -Stanley Donen)
Comedia menor en la filmografía de Stanley Donen (venía de firmar nada menos que "Dos en la carretera" y "Arabesco"), llena de ticks del cie de aquella década (zooms y algunas molestas planificaciones visuales), con una presencia discreta de la escultural Rachel Welch y un vehículo al servicio de la pareja cómica Dudley Moore y Peter Cook, aquí narrando los avatares de Stanley es un hombre de clase media (Moore que también firma la magnífica banda sonora), con trabajo que no le interesa y una vida aburrida que tras un enésimo fracaso -en una versión sesentera del mito de Fausto- decide vender su alma al diablo a cambio de siete deseos
Bodrio demencial con el que José Luis Madrid se quiso aprovechar de la fama (es un decir ) de Waldemar Woohfahrt (playboy acusado a finales de los años sesenta de ser un asesino y que tras ser demostrada su inocencia probó pinitos en cine y en la canción) para construir esta película de terror muy risible, acartonada...Que en su versión para la exportación tiene bastantes secuencias con contenido erótico elevado para un film español de aquellos tiempos. Por lo demás, lo dicho, noventa minutos de bastante aburrimiento y puesta en escena de paco
AL DIABLO CON EL DIABLO (Bedazzled!, 1967 -Stanley Donen)
Comedia menor en la filmografía de Stanley Donen (venía de firmar nada menos que "Dos en la carretera" y "Arabesco"), llena de ticks del cie de aquella década (zooms y algunas molestas planificaciones visuales), con una presencia discreta de la escultural Rachel Welch y un vehículo al servicio de la pareja cómica Dudley Moore y Peter Cook, aquí narrando los avatares de Stanley es un hombre de clase media (Moore que también firma la magnífica banda sonora), con trabajo que no le interesa y una vida aburrida que tras un enésimo fracaso -en una versión sesentera del mito de Fausto- decide vender su alma al diablo a cambio de siete deseos