VALERIE Y SU SEMANA DE LAS MARAVILLAS (1970) de Jaromil Jires
Reverenciado film fantástico checo, que aproxima la mitología vampirica a una historia deudora, como sugiere el título, de Lewis Carroll. En realidad, nos cuentan un
coming of age de una chica rodeada por figuras monstruosas masculinas que representan el claro despertar (a veces amenaza) sexual, de una forma que claramente anticipa a
En compañía de lobos (1984) o, aún más, a
Lemora, un cuento sobrenatural (1973), ya que es también de vampiros y no de lobos como el de Neil Jordan. Pero, si
Lemora es más un straightforward horror -y de puesta en escena más baratuna-,
Valerie bascula entre el fantasy y lo
weird, visualmente muy luminosa casi todo el metraje (sin que afecte a la aparicion de lo macabro), con una óptica pretendidamente
arty y narración no convencionales, preñada de imágenes surreales, sexo y religión, vampiro tipo Nosferatu con larga túnica negra y en general, una sensibilidad netamente East Europe). Hipnótica, algo irritante a veces, pero merecedora de su status de cult movie.
MUERTOS Y ENTERRADOS (1981) de Gary Sherman
El Sheriff de Potter’s Bluff rumía su dudas ante las sospechosas muertes más que accidentales que acontecen a los turistas en su pequeño pueblo de Nueva Inglaterra, acariciado por el Atlántico; y está decidido a llegar al final del asunto… (le) cueste lo que cueste.
Cinta de muy problemática postproducción, no muy conocida a nivel general, pero prestigiosa entre cierto sector de la cinefilia entusiasta por el cine
de género y también la crítica, incluyendo alguna de la más sesuda; todo tanto gracias a su halo pesimista y de discurso sobre la identidad como, especialmente, su
shocking ending. Reconocimiento estimulado por la presencia de Dan 0’Bannon y Ronald Shusset como los guionistas, que aparentemente le da un marchamo de qualité, al menos al encontrarse entre la primera etapa artística de ambos (huelga decir: guionistas de
“Alien”; y después:
“Desafio Total” o la ambiciosa -en primer borrador-
“El Trueno Azul”). Lo curioso es que el propio O’Bannon ha reconocido que “en realidad de mi guión poco queda en pantalla, aunque me gusta sentirme vinculado a una obra que ha adquirido su culto ”(chico listo
). La película “debía ser” una comedia negra, como tal la plantearon y rodaron guionistas y Gary Sherman, pero no convenció a los productores, que sintieron que había material para hacer algo “serio y turbador”. Se remontó la película acortando escenas, de tal sorprendente forma que consiguieron una pieza sobria y severa, en la que el humor quizá se percibe (sabiendo su génesis) como un cierto rumor de fondo; aún también a costa de algún evidente fallo de raccord, pues se alteró el órden de varias secuencias (poco desastre pensando en lo que se hizo, cambiándola hasta de género).
Sherman tiene poco apego a la película resultante, pero pese a todo, ha quedado un film EMHO resultante magnífico (no sé cómo sería el original, pero creo que a la postre hicieron bien con los cambios), uno de mis films fantásticos favoritos de los 80 y que es, efectivamente, perturbador. Llama especialmente la atención su áspera puesta en escena, que transmite una sensación de gran crueldad (brutal la primera escena del film): secos y percutantes planificación y montaje, y no menos grave y “concisa” su poderosa atmósfera lúgubre y costera (ya he comentado alguna vez que me pirran esas ubicaciones para el miedo:
“La Niebla”, “Los Pájaros”, “Messiah of Evil”…) pergeñada por su cruda y "realista", gris-azulona y neblinosa fotografía, que saca gran provecho también de las sombras. Y un gran puñado de escenas inolvidables y expresadas fílmicamente con gran fuerza: el citado comienzo, en la playa (va a la “acción” pronto y de qué manera); “la enfermera y la aguja hipodérmica”; la persecución nocturna a la familia; los preparativos de reanimación; las grabaciones Super 8, la terrible aparición de la esposa y los segundos finales (¡cómo no!) …
La historia, es cierto, bebe de muchos referentes, pero recicla todos sus elementos con una eficacia y con una contundencia en su formulación, que llega
al fondo como si fuera la primera vez. Para terminar: James Farentino, sólido como el sheriff y centro neurálgico que da un sentido último a la historia; inquietantes Jack Albertson como encargado de la Morgue y Lisa Blount como “enfermera” y “chica de la playa”; encantadora Melody Anderson como esposa de Farentino (y profesora que vemos hablando de zombis y vudú a los alumnos (¡)); y los fans de Freddy Krueger pueden disfrutar también un poco de su Robert Englund, en otro tipo de papel. Gary Sherman, por su parte, fue director de otro film “escondido”, “
La Línea de la Muerte (1973)”, con Donald Pleasance y unos caníbales viviendo en las oscuridades del Metro de Londres, con una indisimulada carga de sátira social. Interesante, algo tediosa a ratos, sin alcanzar ni de broma a “MyE”. También realizó
“Poltergeist III”, de mucho ingenioso juego con reflejos y espejos, pero poco más (mejor que la II, aunque sea decir poco, algo es algo).