No sé, qué cojones tendrá esta película que desde que era crio siempre me ha encantado, y mucho mas que el robobo de la jojoya.
Tal vez por ese toque de terror, esa cutrez y sobre todo por estos dos. Unos martes y trece en plena forma con unos papeles que les van como anillo al dedo. Esa especie de estructura de pelicula de terror clásica, Josema interpeta a un conde, que por mucho título noviliario que tenga no tiene un puto duro pero sí todos los ademanes exagerados (o no) de su posición, y Millán su "fiel" sirviente Antuán (por cierto que parece que en la película viven en un París donde todo el mundo habla en español).
El conde consigue heredar una gran fortuna de su moribundo tío, el varón de Somoscaya, es entonces cuando toca hacer un viaje a Europa del Este en tren (no sé que pasa con los trenes de vapor, que cuando aparecen en una película de terror me transportan a una infancia donde todo era mas facil).
Pues eso, un escaparate para estos dos en una época en la que los kioskos tenían a Ibañez en portada y donde el sentido del humor era mas sencillo, no se andaba con pies de plomo por los ofendiditos y la trama podría resumirse en un parrafo.
Me encanta.