Miedo en la noche: Un Hammer menor, de la etapa más decadente y última de la mítica productora inglesa. Bastante notable, se apoya especialmente en las interpretaciones, ya que la trama hoy en día es previsible de pe a pa, y ha sido sobreexplotada en incontables películas y (especialmente) telefilms a mansalva. Un Peter Cushing genial, finísimo, sutil, como director de una escuela inglesa, cuya mano mecánica le hace sospechoso, ante los ojos de la protagonista, que ha sufrido varios ataques de un hombre, del que solo ha visto su mano mecánica. Ralph Bates está muy bien también, dando desde el primer plano en que sale, la impresión de que esconde
algo
Es muy grande descubrir pequeñas joyas como estas, escondidas detrás de los títulos más valorados de la Hammer... y las que todavía quedarán por descubrir.
Aullidos 2: MI hermana es una mujer lobo: La de Dante es un clásico, la mejor película de licántropos hecha desde "La maldicion del hombre lobo", y nunca superada posteriormente en cuanto a su modernidad. Hubo seis o siete secuelas (las últimas, creo que ni estrenadas por aqui, ni siquiera en video). En algunas sagas largas, la cosa tarda en hundirse, y las primeras secuelas muestran algo de oficio o como mínimo, de mantener cierta coherencia con el material original. Pero la saga Aullidos es la excepción que confirma la regla: una película basura. Una de las peores que jamás he podido visionar, y que yo diga eso, tiene tela
Numeros de rock, pandillas de moteros, Christopher Lee mezclándose con adolescentes en una discoteca, con gafas de sol horteras (y de noche) como un (a ratos) sobrio cazador de licántropos que quiere exterminar la plaga desde su origen, una mujer lobo, Stirba.
Los diálogos son sencillamente alucinógenos, los personajes van aceptando las cosas más increíbles, presentan una total incredulidad y negación de los hechos para, segundos después, creer en los licantropos y lanzarse en su busca y destrucción. Un guión de parvularios y unas actuaciones de serie Z, donde el pobre Lee poco puede hacer para dar dignidad a un personaje que no se puede tomar en serio a si mismo: ya desde la primera escena, donde en el entierro de la hermana del protagonista, avasalla al muchacho contándole su rollo de licantropía, sin ningun sentido.
He visto cosas peores, pero no mucho peores. Y las secuelas que siguieron... un viaje de LSD causa efectos similares.