Pe... Pe... Pero... ¿Qué narices es lo que me he puesto hoy? Ah si, Arma fatal. Hace tiempo leí hablar bien de ella, pero para que yo me decida a ver una película no solo me fío en una referencia aislada en un momento dado. Más en casos como este dónde la idea inicial quizá no me resulte demasiado apetecible. Tampoco ví Zombies Party, la primera película del director. En fin, que por curiosidad decidí verla... Esta es la historia de las carcajadas de simio que se escucharon desde mi casa.
Nos encontramos sin lugar a dudas ante lo que podríamos catalogar como la “frikada” definitiva. Este prestigioso título no lo otorgo con ligereza, soy plenamente consciente de lo que estoy diciendo. Hot Fuzz es la película homenaje-parodía más descerebrada y al mismo tiempo inteligente que he visto. Es una locura indescriptible, un film que tiene de todo y para todos, que se ríe de su sombra y al mismo tiempo es una crítica excesiva de ciertos comportamientos en la bella campiña inglesa. La película llega al exceso y lo lame y se regodea. En todos los momentos. La cinta termina cuarenta veces, pero siempre queda una sorpresa más fruto de un guión bastante bien ideado que utiliza todos los elementos que presenta para construir varias historias, dejarlas de lado, unirlas, descolocarlas, volverlas a colocar y lo que haga falta. Tiene un sentido paródico absurdo con el que literalmente uno se “descojona” en los momentos más brillantes de la película y encima reconocemos todo lo que vemos, ya que no son más que planos copiados muchas veces de las películas de acción mierdosas que siempre nos hemos tragado y para las cuales el director, Edgard Wright, tiene un sentido homenaje. Desde éxitos noventeros pasados de moda hasta una de las “obras maestras” del gran Michael Bay, desde series de monstruos japoneses de los 50 y 60 hasta películas de zombies.
Tremenda. Si pudieramos hablar del arte de hacer comedia gamberra quizá hablariamos de Hot Fuzz como uno de esos ejemplos de grandes películas que disfrutar con amigos. Es de esas películas que valen más con una cerveza en la mano mientras paras cada cinco segundos para partirte la caja y rellenar el guión con nuevas bromas. La última media hora directamente es apoteósica, con esa llegada del héroe a caballo como el más genuino Clint Eastwood a imponer la justicia en el salvaje Oeste y la posterior orgía de tiros y salsa de tomate.
Amigos de la Serie B, estamos ante una obra maestra. Es una cima que debemos conservar como oro en paño. Impedir que caiga en el olvido, hacer bromas complices sacando frases del contexto del guión para usarlas en la vida real para que algún friki como tú se de cuenta y te invite a un trago por ser un alma gemela.
En serio, no os echéis para atrás porque no os suene, Hot Fuzz es una brillante charlotada. Una cinta para ver sin prejuicios, dejarte llevar y disfrutar riéndote de cosas que reconoces dentro de esa lamentable afición que todos compartimos. Es una película de amigos, una película para recomendar a esos que están tan locos para disfrutar de esto como lo estas tú.
Nota: 9