Eden Lake (James Watkins, 2008)
Especie de Funny Games en el bosque, con vocación de denuncia sobre la "deriva educacional" en el Reino Unido, es ahí donde más chirría el film: demasiadas casualidades en el desenlace; e hipérboles demasiado exageradas, valga la contradicción, que hacen que la película, que apuesta por el realismo, acabe siendo en ocasiones demasiado maníquea. Cuando mejor funciona el film es en las secuencias en las que se mete de lleno en el thriller sangriento, aunque haya tramos con un ritmo descompasado (los momentos coitus interruptus de la parejita y el anillo). Perdonándole alguna inverosimilitud (los chavs son incansables: días enteros tras sus víctimas sin desfallecer ni un momento), merece la pena: llevada con solvencia, angustiosa, y no llega apenas a la hora y media.