Duke dijo:
Toshiro Kurosawa dijo:
Jeremiah Johnson y Yakuza son de Pollack.
Pues sí, aunque viendo quien estaba detrás de los guiones, yo les daría mucho crédito a estos últimos también.
Están bien rodadas, también.
Yakuza es una de las mejores pelis de gangsters japoneses; Pollack se mimetizó con las temáticas y el estilo a la perfección, tanto que la película parece casi japonesa. Y Jeremiah Johnson es una de aventuras genial, con esa fotografía que te hacen sentir el frio en los huesos, y una gran contundecia a la hora de las escenas de acción.
heliotropo dijo:
yakuza siempre estará en mi top five. Es más grande que la vida y que final después de todo lo que te hice durante la puta vida tengo que pagártelo de alguna manera.
El final de yakuza es simplemente conmovedor, y Mitchum se sale, mostrando una vulerabilidad y una emoción contenida de puñetero oscar.
No creo que Pollack sea uno de los mejores directores de la historia del cine, pero tiene unas cuantas excelentes: Danzad, danzad, malditos, Los 3 días del condor, Yakuza, Jeremiah Johnson... o incluso El nadador que es medio suya. Memorias de África o Tootsie no creo que puedan considerarse malas; son muy "de oscar", un tanto académicas, en la primera juega a ser David Lean, en la segunda homenajea al slapstick, y ambas parecen muy autoconscientes de su estatus de cine "prestigioso".
Duke dijo:
Como un torrente (Some Came Running, 1958) de Vincente Minnelli.
Otro de los grandes melodramacos de Minnelli, en los que sutilmente muestra las miserias de todos los personajes: los hay perdedores perdedores y los hay triunfadores que quizá sean peores que los perdedores. Quizá el único relativamente positivo y honesto sea el jugador de Dean Martin. La puesta en escena es totalmente ejemplar y por momentos llega a alcanzar la magistratura y tener que limpiarte las babas que te caen del gozo que produce. Soberbio reparto y música de Bernstein.
Woah, esta es la hostia; junto con Con el llegó el escándalo, mis Minellis melodramáticos favoritos. Aunque no estoy de acuerdo en lo del personaje de Dean Martin, que si es cierto que tiene una mentalidad positiva, pero no del todo honesta; la única persona honesta en esa historia es Shirley McLaine, y como suele suceder en la realidad, paga muy caro el ser bondadosa y honesta. El final en la feria está rodado de mancharse los calzoncillos.