La mujer explosiva: Vuestro buen amigo Henry (yo) vio esta peli a los diez u once añitos. Fui de vacaciones con unos colegas de trabajo de mi padre, y el hijo de uno de ellos me dijo que justo antes de irse de vacaciones, habia visto por la tele una GRAN película. No sabía el título, pero si me contó con todo lujo de detalles lo que en ella sucedía. Según él, trataba de dos chavales que construian un "robot" en forma de mujer, que cumplía todos sus deseos.
Al regreso de las vacaciones, me puse a patear videoclubs con mi santo padre, intentando encontrarla. Los más jóvenes no os podéis imaginar lo que era buscar peliculas sin conocer datos, más allá de la sinopsis, antes de Internet. Pero bueno, el caso es que al final la encontré y la vi. Me pareció la mejor película de la Historia, y la vi como unas veinte veces en el mes siguiente. En mi casa éramos así
No la había visto desde aquellos tiempos... ¡casi veinte años! y pensaba que sería una castaña de película. La vi ayer, y puedo decir que disfruté (casi) como el crío que una vez la vio, aquel verano. la película es probasblemente la más surrealista de John Hughes, de lejos. Trata (para aquellos que no la conozcáis) de dos quinceañeros, Wyatt y Gary (este ultimo interpretado por el ubicuo ochentero Anthony Michael Hall) freaks pajilleros que no se comen un rosco y están poco informados en cuanto a mujeres se refiere. Un fin de semana, los padres de Wyatt se van de viaje, por lo que Gary se va con el a una especie de hard party ochentera, consistente en ver pelis, jugar a los videojuegos y pajearse con la Playboy. Una noche, mientras ven Frankenstein por la tele, a Gary se le ocurre una IDEA: CREAR, con el ordenador de Wyatt, un "programa" en forma de mujer, al que poder "alimentar" con simulaciones de situaciones reales, para adivinar las respuestas que daría una mujer "normal" y luego, aplicarlas en la vida real. El ordenador de Wyatt empieza a ser alimentado con todo tipo de datos, especialmente los kilos y kilos de revistas Playboy que los chavales poseen. La cumbre del despropósito tiene lugar en esa escena cuando, escaneando en el ordenador una foto de Einstein, el ordenador "asimila" su cerebro, dotando a la chica de su inteligencia.
El caso es que el proyecto se descontrola cuando cae un rayo sobre la casa (¡ah, los rayos! Han ayudado tanto a los mad doctors y a los planes descabellados de todos los tiempos...) y no se sabe muy bien como, aparecerá de la nada una mujer perfecta (y tanto, Kelly LeBrock, fantasía sexual de millones de ochenteros, auténtico monumento). Resulta que los chicos han creado en carne y hueso a la mujer perfecta, y que esta tiene "poderes" para concederles todo lo necesario, desde trajes nuevos a Ferraris, armas de fuego o misiles nucleares. No preguntéis porqué; la cuestión jamás es respondida.
El caso es que esta mujer perfecta es bautizada Lisa por sus creadores, y está dispuesta a concederles lo que deseen. Inexplicablemente, estos pajilleros no reaccionan como lo haría cualquiera en la vida real; de hecho, me DOLIO la escena en que ella se ducha con los dos en la bañera... ¡y los tios ni se desvisten! Se quedan pegados a la pared opuesta, mirándola!!!! Os juro que en esa escena los insulté a voz en grito. ¡Habráse visto!
Como ya digo, estos tios no son normales, y en vez de iniciarse sexualmente con la obra de arte anatomica que tienen en casa, la usaran para hacerse populares, metiéndose en el mundillo de las fiestas de instituto que hasta entonces estaban prohibidos para ellos, dándoles popularidad, confianza en si mismos, etc. Al final, los dos se enamoran de dos chavalas de su escuela (inexplicable, puesto que ni las dos juntas tienen un gramo de la sensualidad y el morbo de la buena de Lisa) y acabarán consiguiendo el éxito, y demás.
Es cuanto menos curioso que, según la película, la mejor forma de conseguir la popularidad estudiantil en los ochenta es llevar un Ferrari, vestir más que bien, y salir por ahí con una tía buena. ¿Tristemente real? En fin, pedir más a esta película, puede ser pedir demasiado. El cinismo de los ochenta, babies!
Hay una escena totalmente representativa de lo que digo: están los dos chavalines en el centro comercial, esperando a que Lisa termine de comprarse ropa (se ve que no han podido eliminar de su software esa molesta costumbre femenina) y dos viva la vida (Robert Rusler y Robert Downey Jr, nada menos) les humillan echándole helado por encima y poniéndolos perdidos. A continuación, nuestros dos heroes se marchan indignados, y los dos chulitos van por el centro comercial, se encuentran con Lisa, y por supuesto, la siguen embobados, para ir a parar fuera del centro comercial, donde el pibón se monta en un Mercedes con los dos pringadillos a los que habían humillado minutos antes. La cara que se les queda a los dos es un Poema. ¿Quien no quiso protagonizar una escena así con quince años?
Divertidísima. Por supuesto se ha quedado anticuada (esos peinados, esos ordenadores que parecen un viaje a lo Tron...) pero a mi me ha encantado casi más que cuando era crío.
¿Tendríais los santos cojones de meteros en la ducha con esta mujer, y dejarla escapar viva?