-Sin escape (Der Räuber/The Robber, Alemania-Austra/2010). Dirección: Benjamin Heisenberg. Distrbuidora: IFA Cinema. Duración: 90 minutos. Apta para mayores de 16 años. Salas: 7. Calificación: 8 puntos
RESEÑA 1: La historia de este film de Benjamin Heisenberg basado en una novela de Martín Prinz que adapta un caso real es sencilla: un hombre sale de la cárcel sin ningún otro interés que correr. Sus días consisten en largas sesiones de jogging, eventuales participaciones en maratones en las que llega primero y en el asalto en solitario a diversas sucursales de bancos. Pronto empieza a quedar claro que el motivo de los crímenes está íntimamente relacionado con su obsesión por correr: quiere que la policía lo persiga. En el medio retoma, casi sin quererlo del todo y viéndolo como un obstáculo, el contacto con un viejo amor. El trabajo del director y de su equipo de fotografía en las secuencias de persecuciones es sublime: Sin escape tiene algunas de las mejores persecuciones jamás filmadas (la última vez que se vio en pantalla algo así fue en Apocalypto) y cada una de ellas alcanza, en lugar de puro efectismo, niveles de expresividad y de dramatismo poco comunes en este tipo de escenas. JAVIER ALCÁCER
RESEÑA 2: El joven realizador alemán Benjamin Heisenberg toma esta historia situada en la Austria de 1980 sobre un campeón de maratón que llevaba una doble vida como ladrón de bancos, y la transcribe a la pantalla siguiendo los códigos del noir moderno. Aferrándose a la fisicidad de la acción en detrimento de la investigación psicológica de los personajes, Sin escape se sitúa en un territorio limítrofe entre el cine gélido, marcadamente distanciado, y la aproximación romántica —glamourosa y cool— a los arquetipos del género. Todos los ingredientes están presentes y ejecutados con eficiencia: el anti-héroe trágico, el amor condenado, la atracción vertiginosa del mal... Todo ello desplegado en torno a la figura hermética e inmutable de un notable Andreas Lust, cuya interpretación parece arrancada de un film de Jean-Pierre Melville. Rigurosamente ritualizada, aunque algo propensa a los golpes bajos al espectador, Sin escape seguramente gustará a los adeptos del “cine a la carrera”, es decir, a los fans de Keaton, de Tom Cruise (nadie corre como él) o, por ejemplo, de Castro, de Alejo Moguillansky. MANUEL YÁÑEZ MURILLO
RESEÑA 3: Sin escape-basada en una exitosa novela que, a su vez, se había inspirado en un impactante caso real- reconstruye la historia de un austríaco que, tras pasar seis años en prisión por un robo con armas, sale en libertad y, al poco tiempo, no sólo reincide con audaces asaltos a decenas de sucursales bancarias, sino que se convierte también en un famoso corredor que gana la maratón de Viena con récord incluido. Su destreza física, claro, le servirá para huir en múltiples ocasiones de la persecución policial. Rodada con un vértigo, una tensión, una sofisticación, una precisión y una destreza técnica pocas veces vista (en especial, durante las secuencias de los asaltos), Sin escapeinstala a Heisenberg (que había debutado con la promisoria Sleeper), de apenas 36 años, como una de las grandes esperanzas surgidas de la Escuela de Berlín, el movimiento cinematográfico más interesante del nuevo cine alemán. DIEGO BATLLE