Lerink
The Finch Man
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
No lo pillo, ¿es una imagen de alguna serie para menopausicas de esas que veis?
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Películas que vais viendo en casita
- Autor Magnolia
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Respuesta: Películas que vais viendo en casita
A lerink también le gusta Drive y...
El remake, por cierto, tiene una foto estupenda y está lejísimos del vídeoclip. Preguntar al mismo Harmónica, que está en onda de esos estilos.
Y salvar los tres cuartos de hora y su ejecución de los gatos es de cárcel. Era algo mediocrísimo.
Y por cierto, ambas no se parecen en nada. Bueno, sí, que parten del mismo libro.
A lerink también le gusta Drive y...
El remake, por cierto, tiene una foto estupenda y está lejísimos del vídeoclip. Preguntar al mismo Harmónica, que está en onda de esos estilos.
Y salvar los tres cuartos de hora y su ejecución de los gatos es de cárcel. Era algo mediocrísimo.
Y por cierto, ambas no se parecen en nada. Bueno, sí, que parten del mismo libro.
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
La primera parte del libro, la segunda de la película, es de conocimiento público.
Yo creo que lo de los gatos es injustificable a efectos de presupuesto o de lo que sea.
La primera parte del libro, la segunda de la película, es de conocimiento público.
Yo creo que lo de los gatos es injustificable a efectos de presupuesto o de lo que sea.
Mensch Maschine
Santur
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
Hey, lleváis ya nosecuantas páginas hablando de la peli (vamos, que se ha convertido en el debate de la semana), y veo que nadie me ha agradecido el post
...
Hey, lleváis ya nosecuantas páginas hablando de la peli (vamos, que se ha convertido en el debate de la semana), y veo que nadie me ha agradecido el post
...
Harkness_666
Son cuatro
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
El detective y la muerte, de Gonzalo Suárez
Protagonizada por Javier Bardem, secundado por un conocido reparto (Carmelo Gómez y María de Medeiros, entre otros), una película inspirada en un cuento de Andersen que se apoya en unos arquetipos pertenecientes al más genuino cine “noir”, y que transcurre en una ciudad indeterminada de Europa, asolada por el racismo y la violencia callejera. Extraña y surreal marcianada que por su mezcla de cine negro y fantástico (y algo de terror), puede recordar a El corazón del ángel, y por su atmósfera enrarecida y onírica, a Lynch (a saberse si realmente están presentes y no es cosa mía). Precisamente es ésta atmósfera hábilmente recreada lo más destacable, la ambientación y el continuo juego de luces y sombras, a lo largo de lo que es un viaje a través de la noche y a la vez una especie de fábula. La trama es farragosa e inconexa, con diálogos muy literarios y situaciones ilógicas que flirtean con el ridículo sin reparo (especialmente cargante el personaje de la Medeiros), y ese es el problema, tratándose en mi opinión de una película pretenciosa, un ejercicio de estilo que se puede considerar original e innovador por la manera en que juega con las convenciones de un género, pero en última instancia, algo vacío. De todas maneras, tampoco me arrepiento de haberla visto.
El detective y la muerte, de Gonzalo Suárez
Protagonizada por Javier Bardem, secundado por un conocido reparto (Carmelo Gómez y María de Medeiros, entre otros), una película inspirada en un cuento de Andersen que se apoya en unos arquetipos pertenecientes al más genuino cine “noir”, y que transcurre en una ciudad indeterminada de Europa, asolada por el racismo y la violencia callejera. Extraña y surreal marcianada que por su mezcla de cine negro y fantástico (y algo de terror), puede recordar a El corazón del ángel, y por su atmósfera enrarecida y onírica, a Lynch (a saberse si realmente están presentes y no es cosa mía). Precisamente es ésta atmósfera hábilmente recreada lo más destacable, la ambientación y el continuo juego de luces y sombras, a lo largo de lo que es un viaje a través de la noche y a la vez una especie de fábula. La trama es farragosa e inconexa, con diálogos muy literarios y situaciones ilógicas que flirtean con el ridículo sin reparo (especialmente cargante el personaje de la Medeiros), y ese es el problema, tratándose en mi opinión de una película pretenciosa, un ejercicio de estilo que se puede considerar original e innovador por la manera en que juega con las convenciones de un género, pero en última instancia, algo vacío. De todas maneras, tampoco me arrepiento de haberla visto.
Scissorhands
Palmero Tijeritas
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Déjame Entrar sueca -------------> Muy buena película.
Déjame Entrar americana -------> Fucking Masterpiece
Por cierto, la sueca la vi hace más tiempo y no recuerdo eso que comentáis de los gatos, refrescadme la memoria, please....
Déjame Entrar sueca -------------> Muy buena película.
Déjame Entrar americana -------> Fucking Masterpiece
Por cierto, la sueca la vi hace más tiempo y no recuerdo eso que comentáis de los gatos, refrescadme la memoria, please....
Christian Troy
Miembro habitual
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Respuesta: Películas que vais viendo en casita
La escena entera da pena, no solo por los gatos.
http://www.youtube.com/watch?v=qfa8JwwY-y4
La escena entera da pena, no solo por los gatos.
http://www.youtube.com/watch?v=qfa8JwwY-y4
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
os estancáis siempre en las mismas películas.
os estancáis siempre en las mismas películas.
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
Rock 'n' Roll High School (Allan Arkush. 1979)
una de las producciones más exitosas de Roger Corman, con guión -malote- de Joe Dante que con el tiempo ha devenido en cierto título de culto más que nada por ser un vehículo al servicio de los Ramones y su score, comedia teenager y de instituto algo gamberra al estilo de cien mil de la época con trama igual de veces vista (directora rígida y malfollada, pelotas, porreros, explosión de hormonas...) y la pizpireta PJ Soles (una de las chicas del Halloween de Carpenter) de protagonista, la personalidad del dire es nula y no sé si por presupuesto (o que se lo gastaron todo en los Ramones) o pura herencia cormaniana le peli es muy pedestre en todos sus aspectos y resoluciones; al menos está entretenida (un dawson del pasado le daría un 8.5) y lo mejor es el abundante score y las apariciones de los Ramones, especialmente de Joey, en su línea algo autista.
À Nous la Liberté (René Clair. 1931)
reivindicación libertaria y artística tanto desde sus elementos formales como desde la propia trama, una historia de dos presos, amigos, ansiando la libertad y planeando una fuga, pero en una mezcla de estilos inclasificable e irresistible, algo de (su)rrealismo poético, comedia, musical, slapstick, vanguardia... todo ello contra las convenciones y corsés sociales de la época, la banalidad de lo material frente a la felicidad real, en la década más libre del cine junto a la otra que empieza a finales de los 60; un periodo de entreguerras ingenuo ante lo que vendrá y está latente.
[THUMBNAIL]http://blu.stb.s-msn.com/i/A9/927996399D7A649BD26EBD1307AEC.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://wondersinthedark.files.wordpress.com/2011/08/a-nous-la-liberte-2.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://filmsdefrance.com/img/A_nous_la_liberte_0.jpg[/THUMBNAIL]
Rock 'n' Roll High School (Allan Arkush. 1979)
una de las producciones más exitosas de Roger Corman, con guión -malote- de Joe Dante que con el tiempo ha devenido en cierto título de culto más que nada por ser un vehículo al servicio de los Ramones y su score, comedia teenager y de instituto algo gamberra al estilo de cien mil de la época con trama igual de veces vista (directora rígida y malfollada, pelotas, porreros, explosión de hormonas...) y la pizpireta PJ Soles (una de las chicas del Halloween de Carpenter) de protagonista, la personalidad del dire es nula y no sé si por presupuesto (o que se lo gastaron todo en los Ramones) o pura herencia cormaniana le peli es muy pedestre en todos sus aspectos y resoluciones; al menos está entretenida (un dawson del pasado le daría un 8.5) y lo mejor es el abundante score y las apariciones de los Ramones, especialmente de Joey, en su línea algo autista.
À Nous la Liberté (René Clair. 1931)
reivindicación libertaria y artística tanto desde sus elementos formales como desde la propia trama, una historia de dos presos, amigos, ansiando la libertad y planeando una fuga, pero en una mezcla de estilos inclasificable e irresistible, algo de (su)rrealismo poético, comedia, musical, slapstick, vanguardia... todo ello contra las convenciones y corsés sociales de la época, la banalidad de lo material frente a la felicidad real, en la década más libre del cine junto a la otra que empieza a finales de los 60; un periodo de entreguerras ingenuo ante lo que vendrá y está latente.
[THUMBNAIL]http://blu.stb.s-msn.com/i/A9/927996399D7A649BD26EBD1307AEC.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://wondersinthedark.files.wordpress.com/2011/08/a-nous-la-liberte-2.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://filmsdefrance.com/img/A_nous_la_liberte_0.jpg[/THUMBNAIL]
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Atreyub
En busca y captura
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Ya sabes... es el círculo de la vida, digo, del foro.
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Lerink
The Finch Man
Christian Troy
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Ya Lerink no sabe ni como provocar.
Se me cae un mito
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Se me cae un mito
Harkness_666
Son cuatro
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El alquimista impaciente, de Patricia Ferreira
El técnico de una central nuclear es hallado muerto en un motel de carretera, en circunstancias poco comunes. Un policía y su joven compañera se disponen a resolver el caso, que no tardará en complicarse según van descubriendo la vida del difunto y de quienes le rodeaban.
Un buen título de cine negro, que cumple todas las características del género y en éste sentido es de lo más purista, con su detective cínico y desencantado (y la compañera de éste), su investigación criminal, y su descenso hacia lo más podrido y corrupto de la sociedad moderna. Ritmo pausado, trama que no pierde el interés, sobria puesta en escena… y el puto Nacho Vidal haciendo de chuloputas ruso (del cual lo mejor que puede decirse es que sabe imitar muy bien el acento). Lo único que desentona son precisamente ciertos personajes demasiado estereotipados y de tebeo como éste, que no van mucho con el realismo del relato y parecen salirse un poco de tono (puede que sea problema de la novela que adapta. También diría que algo de violencia tampoco habría estado de más). La directora hace un buen trabajo y destaca especialmente en la original utilización que hace del color, especialmente del azul, cuya presencia parece adquirir un significado fatalista y negativo.
Resumiendo, un ejemplo destacable de cine patrio perteneciente a géneros como el thriller y el noir, que siempre se agradece.
El alquimista impaciente, de Patricia Ferreira
El técnico de una central nuclear es hallado muerto en un motel de carretera, en circunstancias poco comunes. Un policía y su joven compañera se disponen a resolver el caso, que no tardará en complicarse según van descubriendo la vida del difunto y de quienes le rodeaban.
Un buen título de cine negro, que cumple todas las características del género y en éste sentido es de lo más purista, con su detective cínico y desencantado (y la compañera de éste), su investigación criminal, y su descenso hacia lo más podrido y corrupto de la sociedad moderna. Ritmo pausado, trama que no pierde el interés, sobria puesta en escena… y el puto Nacho Vidal haciendo de chuloputas ruso (del cual lo mejor que puede decirse es que sabe imitar muy bien el acento). Lo único que desentona son precisamente ciertos personajes demasiado estereotipados y de tebeo como éste, que no van mucho con el realismo del relato y parecen salirse un poco de tono (puede que sea problema de la novela que adapta. También diría que algo de violencia tampoco habría estado de más). La directora hace un buen trabajo y destaca especialmente en la original utilización que hace del color, especialmente del azul, cuya presencia parece adquirir un significado fatalista y negativo.
Resumiendo, un ejemplo destacable de cine patrio perteneciente a géneros como el thriller y el noir, que siempre se agradece.
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http://www.youtube.com/watch?v=lzMg4wJ77q0&list=PL0D0E22B0E5567045&index=196&feature=plpp_video
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Título: Il buono, il brutto, il cattivo
Director: Sergio Leone
Reparto: Clint Eastwood, Lee Van Cliff, Eli Wallach, Mario Brega, Luigi Pistilli, Antonio Molino Rojo
Guión: Sergio Leone, Luciano Vicenzonni
Música: Ennio Morricone
País: Italia, España, Alemania
Duración: 185 minutos
Género: Spaghetti Western
En ocasiones para entender buena parte del mejor cine que se hace ahora, debemos retrotraernos décadas atrás, a otros países, a otros lugares… Leone se fue a Japón para traspasar el estilo del cine clásico japonés y así trasladarlo al Spaghetti Western. Quentin Tarantino se fue hasta las películas de Sergio Leone y ha hecho en sus películas grandes homenajes al desaparecido director italiano. Con precocidaz influyo sin quererlo en varias generaciones posteriores de cine.
Quizás unos de los problemas de Sergio Leone en su momento fuera ese. Su cine, su lenguaje no hizo que la crítica se arrodillase a sus pies. Era extraño, demasiado moderno como le gusta decir a Boyero, no estábamos ante una dirección clásica y académica, el italiano se atrevía a experimentar en un género américano lo aprendido en el cine oriental. ¿Cómo se atrevía a volver al cine retratado magistralmente por John Ford con tanta ligereza? ¿Como convertía a los bandidos en unos Ronin? Era italiano, su cine era coproducción europea… Era casi insultante que desde el otro lado del charco se atreviesen a dar una vuelta de tuerca a uno de los géneros cinematográficos estadounidenses por excelencia. Por todo esto, y por lo tanto, lo único que necesitaba esta película era tiempo, que su forma, su estilo macerase con los años y que lo que en su momento era una película estrafalaria, comercial y estéril, se convirtiese en la joya hoy reconocida. Una obra maestra.
Sergio Leone, junto con lo conseguido en su película de despedida, Once upon a time in América, será recordado por su aproximación al Western y la traslación del mismo a un nuevo género de su cosecha, el Spaghetti Western. Una aproximación que hizo con una década de retraso con respecto a la del cine americano, y por lo tanto una mirada y un análisis con perspectiva desde la que construir su propio acercamiento al género.
Su Trilogía del Dolar fue construida como una sátira del cine del Oeste de la década anterior, con muertes violentas y exageradas, protagonizadas por antihéroes, desprovistas de artificios para buscar el lado más puro de un periodo violento. Por un puñado de Dólares, La muerte tenía un precio y el caso que nos ocupa, El bueno, el feo y el malo…
La última película de la Trilogía del Dolar es la que probablemente lleva más al exceso el discurso al tiempo que absorve todo lo mostrado anterior. Es la película que más medios tiene, la que busca con más ahinco la mítica de los personajes, la más larga… Es su traca final, y eso lo sabe muy bien el maestro Morricone. El acompañamiento de su partitura, su sincronía con el montaje así como con la dirección de Leone resulta soberbia. Los momentos más álgidos, épicos no son un tiroteo, son un tour force de tensión mostrada con primerísimos planos, miradas, leves movimientos… Y no solo eso, la cámara baila buscando mostrar con su movimiento, sus pequeños artificios, aquí justificados absolutamente por la expresión “puro cine” que logra Leone (aprende Ritichie), el sentimiento que en algunos momentos embargan tanto a los protagonistas como al espectador.
El bueno, el feo y el malo se constituye como una película claramente episódica, donde cada capítulo nos sirve para conocer un poco más a los personajes y sus andanzas, un aspecto concreto, un punto concreto en una búsqueda del oro durante la guerra de secesión norteamericana.
A pesar de la presencia icónica de Clint Eastwood, la película es robada por la figura no menos mítica de Lee Van Cliff y sobretodo por Eli Wallach (97 años tiene el chaval), que se hace con la película el solito. El feo, el hispano, Tuco, el Sancho Panza partícular de esta historia sencilla y que sin embargo permite una lectura a varios niveles. Es la búsqueda de un tesoro mientras que estos protagonistas desdibujados (ninguno es bueno, feo o malo per se) se zancadillean y cabalgan por los desiertos pagando sus males anteriores. Y no por sencilla es menos intensa.
Y con estos tres personajes icónicos, antes y después, uno se queda con Tuco. Es el llano, el que tiene tantas luces como sombras, el que tantas veces ha estado en la cuerda floja que quizás es el más adaptado a la supervivencia. Es el pícaro, el pobre hombre listo como un demonio. No es el héroe, el villano en sus acepciones más puras, no es rubio, no tiene los ojos azules ni una mirada que congela. Tiene la mirada sincera, astuta al tiempo que desafiada y desconfiada. Son demasiadas las personas que le han ido dejando en la estacada mientras el se quedaba con las culpas. Y a pesar de todo, es optimista y campechano. Quizás no te recite la Biblia ni haga reflexiones filosóficas más allá del saber popular, pero es un catedrático en luchar contra los elementos y seguir hacía delante más o menos indemne. Y si no es así ¿qué se le va a hacer? Con estos elementos, actor judío, gana en su papel al protohéroe sin nombre que ya era el icono por excelencia desde las dos historias anteriores de la Trilogía del Dólar. Su cigarro, su cerilla, su poncho, su sombrero y su revolver justiciero. Mirada azul y alma negra. Quiere lo mismo que los demás. Dinero, dinero y más dinero que gastar en whisky y putas. Y sin embargo es el ángel, el que tiene resquicios donde sobrevive un atisbo de moralidad y de hacer el bien. Él es el Dios, el perdón, el que actúa contra los elementos junto con su desviado Apóstol Tuco para acabar aunque sea por un momento con la plaga de la Guerra. Si un pobre soldado vive un día más que contar, merecerá la pena. Y está el malo (Lee Van Cliff), el calculador, el hombre que sabría infiltrarse hasta en una tribu de jíbaros y estos le considerasen uno de ellos. Su mirada congela, la posición de sus iris al mirate te dicen “tío, te voy a joder vivo”. Pasará sobre tí sin miramientos. Está él y solo él. Su ética se mide por el dinero que le pagues. Sus pagadores no son más que meros esclavos que deben estar agradecidos a que él se digne a hacerles trabajitos. El mundo es su tablero de juego. Es un tipo visceral, pero elegante, sus regalos, advertencias. Le gusta unir el arte músical con el de la tortura. Si necesita algo de tí lo cogerá de tus restos. Y cae bien, te gustaría abrazarle y darle golpecitos en la espalda mientras él te apuñala y te saca hasta la última de tus tripas.
Me pararía en ese final memorable, esos interminables momentos de tensión en el ring. Cualquiera puede pasar a ser un nuevo cliente del cementerio. Las miradas se cruzan, la desconfianza campa, Morricone se emociona y Leone se vuelve loco con el montaje. Mirada, mano, cartuchera, revolver, mirada, cartuchera, revolver… Un minuto, dos, tres, cuatro, cinco… Los samuráis esperan el momento propicio. Sus katanas están envainadas, listas para ser blandidas por el rayo en cuanto el reflejo en el ojo del oponente indique que está pensando lo mismo. Plomo contra carbono, como se ganaron muchas batallas. Y pasa lo que tenía que pasar… el in crescendo se da contra el muro de hormigón. El guerrero toma la iniciativa y sale victorioso, partiendo de nuevo hacía su existencia miserable. Parte el ángel redentor, no sin antes escarmentar al pícaro, empieza una nueva historia con las alforjas llenas de monedas. Es bastante más rico, sí… ¿pero cuanto tardará en toparse con un pasaje similar? ¿En la próxima loma? ¿En la próxima aldea?
Hay muchas cosas que agradecer a Leone. En primer lugar haber seleccionado entre un grupo de jóvenes norteamericanos a un tal Clint Eastwood que en la pasada década así como en la anterior nos regaló una serie de clásicos de los de quitarse el poncho y el sombrero. Al tiempo actuó como mentor para que este consiguiese lo que posteriormente logró. El reconocimiento dos veces merecido de la Academia. De igual forma, agradecer a Sergio Leone el servir de inspiración y justificar el amor al cine a un loco adorable como Quentin Tarantino.
http://lalenteconcava.wordpress.com/2012/03/15/ebefem/
Título: Il buono, il brutto, il cattivo
Director: Sergio Leone
Reparto: Clint Eastwood, Lee Van Cliff, Eli Wallach, Mario Brega, Luigi Pistilli, Antonio Molino Rojo
Guión: Sergio Leone, Luciano Vicenzonni
Música: Ennio Morricone
País: Italia, España, Alemania
Duración: 185 minutos
Género: Spaghetti Western
En ocasiones para entender buena parte del mejor cine que se hace ahora, debemos retrotraernos décadas atrás, a otros países, a otros lugares… Leone se fue a Japón para traspasar el estilo del cine clásico japonés y así trasladarlo al Spaghetti Western. Quentin Tarantino se fue hasta las películas de Sergio Leone y ha hecho en sus películas grandes homenajes al desaparecido director italiano. Con precocidaz influyo sin quererlo en varias generaciones posteriores de cine.
Quizás unos de los problemas de Sergio Leone en su momento fuera ese. Su cine, su lenguaje no hizo que la crítica se arrodillase a sus pies. Era extraño, demasiado moderno como le gusta decir a Boyero, no estábamos ante una dirección clásica y académica, el italiano se atrevía a experimentar en un género américano lo aprendido en el cine oriental. ¿Cómo se atrevía a volver al cine retratado magistralmente por John Ford con tanta ligereza? ¿Como convertía a los bandidos en unos Ronin? Era italiano, su cine era coproducción europea… Era casi insultante que desde el otro lado del charco se atreviesen a dar una vuelta de tuerca a uno de los géneros cinematográficos estadounidenses por excelencia. Por todo esto, y por lo tanto, lo único que necesitaba esta película era tiempo, que su forma, su estilo macerase con los años y que lo que en su momento era una película estrafalaria, comercial y estéril, se convirtiese en la joya hoy reconocida. Una obra maestra.
Sergio Leone, junto con lo conseguido en su película de despedida, Once upon a time in América, será recordado por su aproximación al Western y la traslación del mismo a un nuevo género de su cosecha, el Spaghetti Western. Una aproximación que hizo con una década de retraso con respecto a la del cine americano, y por lo tanto una mirada y un análisis con perspectiva desde la que construir su propio acercamiento al género.
Su Trilogía del Dolar fue construida como una sátira del cine del Oeste de la década anterior, con muertes violentas y exageradas, protagonizadas por antihéroes, desprovistas de artificios para buscar el lado más puro de un periodo violento. Por un puñado de Dólares, La muerte tenía un precio y el caso que nos ocupa, El bueno, el feo y el malo…
La última película de la Trilogía del Dolar es la que probablemente lleva más al exceso el discurso al tiempo que absorve todo lo mostrado anterior. Es la película que más medios tiene, la que busca con más ahinco la mítica de los personajes, la más larga… Es su traca final, y eso lo sabe muy bien el maestro Morricone. El acompañamiento de su partitura, su sincronía con el montaje así como con la dirección de Leone resulta soberbia. Los momentos más álgidos, épicos no son un tiroteo, son un tour force de tensión mostrada con primerísimos planos, miradas, leves movimientos… Y no solo eso, la cámara baila buscando mostrar con su movimiento, sus pequeños artificios, aquí justificados absolutamente por la expresión “puro cine” que logra Leone (aprende Ritichie), el sentimiento que en algunos momentos embargan tanto a los protagonistas como al espectador.
El bueno, el feo y el malo se constituye como una película claramente episódica, donde cada capítulo nos sirve para conocer un poco más a los personajes y sus andanzas, un aspecto concreto, un punto concreto en una búsqueda del oro durante la guerra de secesión norteamericana.
A pesar de la presencia icónica de Clint Eastwood, la película es robada por la figura no menos mítica de Lee Van Cliff y sobretodo por Eli Wallach (97 años tiene el chaval), que se hace con la película el solito. El feo, el hispano, Tuco, el Sancho Panza partícular de esta historia sencilla y que sin embargo permite una lectura a varios niveles. Es la búsqueda de un tesoro mientras que estos protagonistas desdibujados (ninguno es bueno, feo o malo per se) se zancadillean y cabalgan por los desiertos pagando sus males anteriores. Y no por sencilla es menos intensa.
Y con estos tres personajes icónicos, antes y después, uno se queda con Tuco. Es el llano, el que tiene tantas luces como sombras, el que tantas veces ha estado en la cuerda floja que quizás es el más adaptado a la supervivencia. Es el pícaro, el pobre hombre listo como un demonio. No es el héroe, el villano en sus acepciones más puras, no es rubio, no tiene los ojos azules ni una mirada que congela. Tiene la mirada sincera, astuta al tiempo que desafiada y desconfiada. Son demasiadas las personas que le han ido dejando en la estacada mientras el se quedaba con las culpas. Y a pesar de todo, es optimista y campechano. Quizás no te recite la Biblia ni haga reflexiones filosóficas más allá del saber popular, pero es un catedrático en luchar contra los elementos y seguir hacía delante más o menos indemne. Y si no es así ¿qué se le va a hacer? Con estos elementos, actor judío, gana en su papel al protohéroe sin nombre que ya era el icono por excelencia desde las dos historias anteriores de la Trilogía del Dólar. Su cigarro, su cerilla, su poncho, su sombrero y su revolver justiciero. Mirada azul y alma negra. Quiere lo mismo que los demás. Dinero, dinero y más dinero que gastar en whisky y putas. Y sin embargo es el ángel, el que tiene resquicios donde sobrevive un atisbo de moralidad y de hacer el bien. Él es el Dios, el perdón, el que actúa contra los elementos junto con su desviado Apóstol Tuco para acabar aunque sea por un momento con la plaga de la Guerra. Si un pobre soldado vive un día más que contar, merecerá la pena. Y está el malo (Lee Van Cliff), el calculador, el hombre que sabría infiltrarse hasta en una tribu de jíbaros y estos le considerasen uno de ellos. Su mirada congela, la posición de sus iris al mirate te dicen “tío, te voy a joder vivo”. Pasará sobre tí sin miramientos. Está él y solo él. Su ética se mide por el dinero que le pagues. Sus pagadores no son más que meros esclavos que deben estar agradecidos a que él se digne a hacerles trabajitos. El mundo es su tablero de juego. Es un tipo visceral, pero elegante, sus regalos, advertencias. Le gusta unir el arte músical con el de la tortura. Si necesita algo de tí lo cogerá de tus restos. Y cae bien, te gustaría abrazarle y darle golpecitos en la espalda mientras él te apuñala y te saca hasta la última de tus tripas.
Me pararía en ese final memorable, esos interminables momentos de tensión en el ring. Cualquiera puede pasar a ser un nuevo cliente del cementerio. Las miradas se cruzan, la desconfianza campa, Morricone se emociona y Leone se vuelve loco con el montaje. Mirada, mano, cartuchera, revolver, mirada, cartuchera, revolver… Un minuto, dos, tres, cuatro, cinco… Los samuráis esperan el momento propicio. Sus katanas están envainadas, listas para ser blandidas por el rayo en cuanto el reflejo en el ojo del oponente indique que está pensando lo mismo. Plomo contra carbono, como se ganaron muchas batallas. Y pasa lo que tenía que pasar… el in crescendo se da contra el muro de hormigón. El guerrero toma la iniciativa y sale victorioso, partiendo de nuevo hacía su existencia miserable. Parte el ángel redentor, no sin antes escarmentar al pícaro, empieza una nueva historia con las alforjas llenas de monedas. Es bastante más rico, sí… ¿pero cuanto tardará en toparse con un pasaje similar? ¿En la próxima loma? ¿En la próxima aldea?
Hay muchas cosas que agradecer a Leone. En primer lugar haber seleccionado entre un grupo de jóvenes norteamericanos a un tal Clint Eastwood que en la pasada década así como en la anterior nos regaló una serie de clásicos de los de quitarse el poncho y el sombrero. Al tiempo actuó como mentor para que este consiguiese lo que posteriormente logró. El reconocimiento dos veces merecido de la Academia. De igual forma, agradecer a Sergio Leone el servir de inspiración y justificar el amor al cine a un loco adorable como Quentin Tarantino.
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Elliott
Desconozco
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
no hay un hilo de Leone?
no hay un hilo de Leone?
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
EL CARNAVAL DE LAS TINIEBLAS (Something wicked this way comes, Jack Clayton, 1983)
Normalucha adaptación de un Bradbury con más potencial que resultados, un coming-of-age literal sobre dos chavales enfrentados a una feria ambulante capaz de conceder ciertos deseos. Tuvo problemas desde el principio, pasó por muchas manos (Spielbo incluido) y se nota mucho: desde la voz en off que va y viene, las subtramas que nunca encajan (muchas veces por cambiar cosas de la novela), escenas que huelen a "hay que meter más sustos" (esas arañas), un clímax soso y confuso...
Al menos es amena y distraída, pero no hace mucha gracia ver aquí a Clayton, que se esfuerza en dar algo de interés visual a ratos (ese seguimiento a los niños al principio), convertido en mercenario de una Disney decadente metiendo FX mal envejecidos. Además Jonathan Pryce es mala elección como Mr. Black, demasiado envarado y amuermado; menos mal que ronda Robards dando algo de naturalidad a la cosa. Al final sólo unas pocas cosas, como el main theme de Horner (a ver si oido la música rechazada de Delerue), la cuenta atrás de Pryce arrancando páginas, los créditos o el precioso poster, pillan el tono wicked que debería recorrer la peli.
¿Para cuándo el remake?
EL CARNAVAL DE LAS TINIEBLAS (Something wicked this way comes, Jack Clayton, 1983)
Normalucha adaptación de un Bradbury con más potencial que resultados, un coming-of-age literal sobre dos chavales enfrentados a una feria ambulante capaz de conceder ciertos deseos. Tuvo problemas desde el principio, pasó por muchas manos (Spielbo incluido) y se nota mucho: desde la voz en off que va y viene, las subtramas que nunca encajan (muchas veces por cambiar cosas de la novela), escenas que huelen a "hay que meter más sustos" (esas arañas), un clímax soso y confuso...
Al menos es amena y distraída, pero no hace mucha gracia ver aquí a Clayton, que se esfuerza en dar algo de interés visual a ratos (ese seguimiento a los niños al principio), convertido en mercenario de una Disney decadente metiendo FX mal envejecidos. Además Jonathan Pryce es mala elección como Mr. Black, demasiado envarado y amuermado; menos mal que ronda Robards dando algo de naturalidad a la cosa. Al final sólo unas pocas cosas, como el main theme de Horner (a ver si oido la música rechazada de Delerue), la cuenta atrás de Pryce arrancando páginas, los créditos o el precioso poster, pillan el tono wicked que debería recorrer la peli.
¿Para cuándo el remake?
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