La saga de Prom Night es una de las más especiales que se dieron por estos lares del slasher... tras una primera entrega canónica (Jamie Lee Curtis incluida) la saga jamás trató de repetir su éxito, así, cada título de Prom Night ha ido ofreciendo sugestivas variaciones usando como excusa un baile de graduación: la segunda era una historia de fantasmas y posesiones adolescentes (la casquivana Mary Lou volverá del más allá para cobrarse su venganza) la tercera partee es directamente, una comedia paródica... me faltaba la cuarta, película canadiense de 1991.
De nuevo, me sorprende encontrarme con un producto mucho más honesto de lo habitual. Así, la película es una crítica a la institución eclesiástica: en un prólogo en los años 50, asistimos al baile de graduación en la misma escuela que ha aparecido varias veces en la saga. Allí, el perturbado padre Jonas asesina a una pareja que folla en su coche, tras pedir a Dios que le ayude a salvar a todas las rameras, a todas las putas. Esta "salvación" es espiritual, no física, puesto que para "salvarlas" lo que pretende es matarlas, el sexo prematrimonial nunca estuvo peor visto.
Jonas es descubierto poco después por sus superiores, que lejos de entregarlo a la policía, lo encierran durante 30 años en una celda, como un secreto vergonzoso, sometiéndolo a exorcismos y controlándolo mediante drogas.
Pasado el tiempo, y con la muerte del sacerdote que cuidaba de Jonas (y que se lee entre líneas, abusó de él) el psicópata escapará para continuar con su expeditiva campaña contra el sexo adolescente.
Resulta curioso como digo, porque todos los tópicos están ahí pero sin resultar insultantes, hay una pareja desinhibida y otra algo más mojigata, incluyendo a la virginal Meg (la única actriz que he reconocido, Nicole De Boer, que salía en la primera parte de Cube y en la serie de La zona muerta) pero no son tan gilipollas y acabas empatizando en lugar de desear que se los carguen de una vez.
Atención al psicópata, el padre Jonas, que parece tener algún tipo de conexión satánica un poco cogida por los pelos. O algo. Sufre de estigmas, su botella de agua bendita lanza fuego y cosas por el estilo. Quizás un actor un poco más comedido hubiera beneficiado la interpretación, pero no voy a pedir peras al olmo.
Ya el colmo, no me resisto a apuntarlo, en el momento en que el cardenal descubre el cadáver estrangulado del guardián joven de Jonas, ordena que este sea colocado en su celda como si se hubiera ahorcado, es decir, joder la reputación de un joven miembro de la iglesia y encubrir un asesinato, a lo cual es obedecido sin más, como si su petición fuese lo más normal, del día a día en la vida de la iglesia.