EL HALCÓN Y LA FLECHA (1950) de Jacques Tourneur.
Algo así como la (deliciosa) versión de Robin Hood obra del gran Tourneur, que tiene varias cimas en distintos géneros (noir, terror, aventuras), secundadas por un buen puñado de obras notables, que ayudan a compactar la solidez de una carrera. La historia, con la mención a Robin Hood, ya se la puede imaginar cualquiera, y podremos disfrutar de un saltimbanqui-sin-dobles y encantador Burt Lancaster, con su inseparable amigo mudo (Nick Cravat) que se adueña de cada escena en la que sale y la belleza de Virginia Mayo, realzador por la magníficas fotografía (Ernest Haller, ganadora del Oscar) y música de Max Steiner. Es una gozada disfrutar de un film de género vibrante y “ligero”, sin las pesadumbres y –planas- oscuridades, pero tampoco –por supuesto- sin liviandades estúpidas. Gracias a la ágil, sensitiva y colorista puesta en escena del director (muy superior a por ej. Richard Thorpe, del que he visto también estos días la, pese a todo simpaticona, “Ivanhoe”). Dice el crítico Carlos Aguilar que el estilo
contemplativo del director no es adecuado para el cine de aventuras
desde luego, nada de acuerdo (con nada de esa frase)
LA SOMBRA DEL ZAR AMARILLO (1969) de J.Lee Thompson
Simpático thriller "de Guerra Fría", con el Gobierno Americano enviando a China a un cientifico (Gregory Peck) para que haga de espía, pues se cree que los chinos han descubierto la manera de que haya, y con bajo coste, cosechas y alimentos para todo el Mundo, incluso en desiertos (ese sueño utópico tan aún de ahora, es gracioso verlo ya en un film sesentero); eso sí, sin contarle que le han puesto un microchip explosivo en el cerebro por si es descubierto. Sin ser una maravilla, es quizá otra hasta cierto punto minusvalorada obra de Lee Thompson, que resuelve con su habitual corrección y sentido del entretenimiento.
UNA BALA PARA EL DIABLO (1967) de Burt Kennedy
Western serio y con pretensiones (discurso sobre la violencia, el pasado y el futuro, la redención y la Civilización), del habitual de un estilo mas cómico como Kennedy, pero que se queda en una cosa fallida.Y es que pese a la tendencia a la abstracción como disculpa, la base esquemática conceptual y dramática es demasiado liviana para aguantar un largometraje, con lo que lo momentos de aburrimiento afloran continuamente. Y los Grandes Temas, "atmósfera sofocante" y puntuales y deliberados momentos de tensión para el principio y final, no funcionan ni de lejos como se pretende. Poca cosa.
UNA BALA SIN NOMBRE (1959) de Jack Arnold
Esta otra bala ya es mejor. El Real héroe de Guerra Audie Murphy protagoniza este western -resuelto con habilidad por Arnold (que parece se movía bien no sólo en la scifi)- y en la única película en la que hace de malo (que recuerde, claro), pues es un asesino a sueldo que a su llegada a un pueblo provoca la desconfianza y violencia entre los vecinos, pues no se sabe a quien busca. Aquí sí resultan más interesantes los pliegues y subtextos morales (a veces llamativamente complejos) que proporciona el guión, incluso un hierático Murphy, con su cara de niño, resulta por una vez hasta perversamente convincente en el papel. También llama mucho la atención al prefigurar, tanto en texto como ciertas imágenes, un vago aroma sobrenatural o al menos
maligno, a lo Infierno de Cobardes o El jinete pálido. ¿Lo del ajedrez es de ... El último sello?. Hmm. A (re)descubrir.
MARY MARY BLOODY MARY (1975) de Juan López Moctezuma
Se habló hace poco de Alucarda (si a
Lennoniano le gusta esa y Satánico Pandemonium, le sugiero también -si no la ha visto- la francesa Don't Deliver us from Evil (1971)
). Al contrario de Alucarda, MMBM tiene un tono más
controlado. Es la historia de una mujer vampira, pero no aparentemente sobrenatural: mata a hombres y les chupa la sangre a través de alguna herida con arma blanca; en una especie de angst existencial cruce de la rara vampira de Lets Scare Jessica to Death (ésta sobrenatural pero sin colmillos) y previo al Martin de Romero. Por si fuera poco aparece un Psycho killer ataviado casi estilo giallo, con sorpresa y claro, enfrentamiento final. Puro trash, no del todo conseguido, pero tiene sus cosas de interés (se las suelo encontrar a estas pelis, los demás acercaros con precaución jeje) aunque prefiero la divertida pasada de vueltas que es Alucarda. Para revisión.
Z (2019) de Brandon Christensen
Otra de niño con amigo monstruoso imaginario maligno, que se desarrolla con la apática previsibilidad de estos productos ... hasta que la peli se centra del todo en la madre y pierde, afortunadamente y para mi diversión, todo sentido de la vergüenza (la boda jaja) hasta su imaginable, pero perverso final. Ya que el género de la comedia en sentido ortodoxo esta criando malvas desde ... hace 20 años o así (¿cual es la última película buena que ha dado? pregunto en serio, debe haber alguna que no haya visto) no está mal disfrutarlo en otros mundos genéricos, aunque sea en la forma putrida, negra y grotesca del "terror".