El protegido:

Peliculón de superhéroes que rehuye (y a la vez, acata, aunque parezca imposiblemente contradictorio) todos los tópicos del subgénero. Un hombre que sobrevive a un brutal accidente de tren, una familia en crisis, un fanático de los cómics de gran fragilidad física, convencido de la existencia de los súper heroes... con unos pocos personajes, el bueno de Shyamalan (no he visto nada de él desde
El sexto sentido, error que procuro corregir) se crea una historia, a la vez, intimista, girando en torno a personajes más o menos fracasados emocional o vitalmente, pero a la vez, convierte su película en una epopeya casi épica sobre cómo se crean los súper héroes (o los super villanos) donde un guardia de seguridad de poca monta, que apenas si tiene relación con su hijo, y ninguna confianza con su mujer, puede ser el misterioso desconocido que durante la noche, se dedica a salvar vidas. Willis vuelve a demostrar que con algunos directores, da más de si que con otros (Terry Gilliam también le sacó lo mejor de si mismo en
Doce Monos) y qué se puede decir de Samuel L. Jackson, simplemente magistral. La escena final, donde Willis huye horrorizado de la tienda de cómics mientras Jackson culmina su discurso con un estremecedor "Me llamaban Don Cristal" me pone los pelos de punta horas después de presenciarlo. Lo que Watchmen debió ser, y no fue.
Gran golpe en la Pequeña China: Enésimo revisionado de un film que sigue cumpliéndome para arrancarme carcajadas en cualquier momento. Gamberrada consumada de Carpenter, con chinos peleándose y esgrimiendo armas imposibles, filosofía de baratillo, brujería china, Kurt Russell vendido como héroe de la función sin serlo ena bsoluto, y ese enorme Fu-Manchú inconfeso que es Lo Pan, villano absoluto de la función, con su enorme palacio construido sobre catacumbas antediluvianas jamás pisadas por el hombre, donde moran las criaturas más siniestras, con todo tipo de trampas para incautos e intrusos, y con esos personajes tan cachondos y tan pulp como son los Tres Tormentas. Hay momentos en los que el cachondeo sube a niveles impresionantes, como la ingestión del brebaje mágico, con brindis patriótrico y las reacciones posteriores, dejando pocas dudas sobre la naturaleza del "brebaje mágico" que se acaban de meter entre pecho y espalda, las pullas amorosas que se lanzan Russell y la Catrall, las idas de olla de Lo Pan en su versión de viejo milenario más muerto que vivo, o algunas de las chorradas que suelta el amigo Wang Chi... para divertirse un buen rato con cine de evasión cachondo y bien hecho.