Respuesta: Películas que vais viendo en casita
LOS COLMILLOS DEL INFIERNO (Razorback, Russell Mulcahy, 1984)
Explotation de Tiburón, más apreciable que la media, sobre un jabalí gigante que arrasa poblados de catetos en las llanuras australianas. Sorprende en Mulcahy casi debutante, porque hay cierto gusto por la imagen, el encuadre, los paisajes... de hecho hay, sobre todo en la primera mitad, bastante buen plano aprovechando la geografía, la atmósfera o incluso las construcciones, como ese acoso de jabalíes al prota subido a la torrecita. Lástima que esos buenos planos vayan a su aire y que haya poca cohesión entre ellos, o que al final todo se vuelva azul Cameron (ésta es anterior a ello, por cierto).
Por desgracia el bicho es un mamotreto ortopédico y cada una de sus apariciones está tan destinada a que no se note el truco que termina dando risa tanto primer plano de morro y tanto monstruo que se evapora en medio de la destrucción... de hecho el jabalí tiene tan poca entidad como amenaza omnipresente que Mulcahy tiene que rellenar trama con una especie de Ahab cazador de verracos, con una doble trama femenina y hasta con dos paletos violadores que suponen más peligro para el prota (pésimo actor) que el mismo bicharraco.
Pasable.

LOS COLMILLOS DEL INFIERNO (Razorback, Russell Mulcahy, 1984)
Explotation de Tiburón, más apreciable que la media, sobre un jabalí gigante que arrasa poblados de catetos en las llanuras australianas. Sorprende en Mulcahy casi debutante, porque hay cierto gusto por la imagen, el encuadre, los paisajes... de hecho hay, sobre todo en la primera mitad, bastante buen plano aprovechando la geografía, la atmósfera o incluso las construcciones, como ese acoso de jabalíes al prota subido a la torrecita. Lástima que esos buenos planos vayan a su aire y que haya poca cohesión entre ellos, o que al final todo se vuelva azul Cameron (ésta es anterior a ello, por cierto).
Por desgracia el bicho es un mamotreto ortopédico y cada una de sus apariciones está tan destinada a que no se note el truco que termina dando risa tanto primer plano de morro y tanto monstruo que se evapora en medio de la destrucción... de hecho el jabalí tiene tan poca entidad como amenaza omnipresente que Mulcahy tiene que rellenar trama con una especie de Ahab cazador de verracos, con una doble trama femenina y hasta con dos paletos violadores que suponen más peligro para el prota (pésimo actor) que el mismo bicharraco.
Pasable.