Sluizer debutó en los 60 con un corto premiado en la Belinale ('De lage landen', 1961), filmó un festival en el que actuaban
T-Rex, Jefferson Airplane, los
Byrds, Canned Heat, y otros monstruos del rock de la época ('Stamping Ground', 1971), y debutó en largo con una película brasileña que fue candidata al Oscar por este país. Vino luego el film con el que se dio a conocer en nuestra cartelera, 'Dos veces mujer' (1979), un turbulento triángulo amoroso formado por
Bibi Andersson, Anthony Perkins y la desconocida
Sandra Dumas, que no volvió a rodar nunca más. Dirigió después 'Red Desert Penitentiary' (1985), basada en un relato de
Tim Krabbé, escritor holandés publicado en España por Salamandra, que le inspiraría la muy perturbadora 'Desaparecida' (1988), su trampolín a Hollywood, ya que él mismo se encargó del remake, 'Secuestrada' (1993).
Jeff Bridges, Kiefer Sutherland y
Sandra Bullock fueron las caras conocidas de la versión americana, aunque la historia, por supuesto, era la misma. Una mujer es secuestrada, y el secuestrador espera tres años antes de ponerse en contacto con el marido de la víctima. El original es un clásico de lo más desasosegante, y el remake perdura como mera curiosidad complementaria.
RESUCITAR A
RIVER PHOENIX
En nuestro país dirigió
'La Balsa de Piedra' (2002), adaptación de la novela de
Saramago según la cual la Península Ibérica se desprende de Europa y navega a la deriva por los restos del mundo, con
Iciar Bollaín, Federico Luppi y
Gabino Diego. Parecía la despedida de Sluizer, pero sorprendió en la Berlinale al presentar terminado 'Dark Blood', el film cuyo rodaje quedó interrumpido con la inesperada y traumática muerte de
River Phoenix, causada por sobredosis el 31 de octubre de 1993. El 80 % del film estaba rodado, Sluizer rescató las bobinas que dormían en una compañía de seguros, y la completó narrando las escenas que Phoenix nunca pudo rodar. Un testamento para ambos.