20 MILLION MILES TO EARTH (Nathan Juran, 1957)
Vista en B/N, claro. Coloreada tiene pinta de perder bastante.
Otro clásico título de la década que mezcla los dos ámbitos de la ciencia ficción de la época, las monster movies (¿
kingkonxplotation?) y el cine de marcianos, Venus en esta ocasión, lugar de procedencia de este lagarto humanoide (el Ymir) que crece a toda leche mientras huye de un ejército humano empeñado en darle caza.
El inicio ya es memorable, con ese grupo de catetos sicilianos (ojo al diálogo sobre Texas) descubriendo el cohete naufragado. Todo el recorrido del Ymir, desde su contacto inicial con el científico de pueblo hasta ese kingkoniano final en el Coliseo (buen clímax), se beneficia de uno de los mejores trabajos del bueno de Ray, una de sus criaturas más vivas, logradas y mejor animadas. No ves un monigote artificial, estás viendo un ser realmente vivo, empático, que interactúa perfectamente con sus compañeros humanos (impecable trabajo de integración) y en ningún momento aparece como villano monstruoso o fuerza del mal, sino como puro animal atacado. Memorable.
Por lo demás, Juran firma en esta primera colaboración con Harryhausen (suyas son también
La gran sorpresa y el primer Simbad) un trabajo sencillo pero bien llevado, dentro de lo que cabe, sin entorpecer el avance de la historia ni aburrir con arritmias (cosas que sí pasaban en
Surgió del fondo del mar). Reparto correctito que asume su invisibilidad y cede el estrellato al Ymir. Lo mismo con el libreto y cualquier otro aspecto: cesión total de lucimiento a Harryhausen y a sus criaturas, desde el gigante venusiano (acertado juego de tamaños durante todo el metraje) hasta elefantes, réplicas de humanos, etc. Y ojo al cameo del propio Ray.
Totalmente recomendable, más allá del completismo, y uno de los mejores trabajos de H. en los 50.
PD: estos días finiquito la primera etapa de Ray con
El gran gorila; sólo me quedarían ya películas sueltas en color de los 60, las no-tan-conocidas-como-Simbad-o-griegos.