Respuesta: Rodrigo Cortés´s Buried (Enterrado)
Con spóilers
El cine con cuatro gatos que maullaron contra la película al salir. Porque no, está claro, no funcionará a nivel popular. Nadie (o casi nadie) quiere ver a un tío enterrado vivo que es puteado durante todo el metraje, encima no se le ve la cara y, para colmo, todo acaba de manera radical. No hay concesiones. Y las que hay (que son lo peor de la película) las hay porque Cortés y su guionista DISFRUTAN haciendo putadas al prota..., tanto que a veces se le va la mano. Pero, ¿populacho? Válgame Dios. Un tío enterrado vivo que acaba enterrado muerto, un falso final feliz (¿véis? esto sobraba), una serpiente en mi zapato (esto será para rellenar, sí, pero anda que no molaaaaaaaaa), una madre con alzheimer (por dios, ¿qué tiene esto de malo? ¿cómo no va a decir que la quiere en semejante tesitura? Si da igual, ¡TIENE ALZHEIMER!)), una empresa víctima que se convierte en verdugo, un falso rescate, una rehén amiga /madre muerta y un terrorista que pone los pelos de punta. Entre otras cosas. Y sí, NI UNA es favorable. ¿Populacho? Esto es cine de autor algo ido de madre.
El único problema que se le puede ver a la película es el exceso de cinefilia (la música en todo el metraje sobra, algo tan duro no lo pedía..., a Haneke no se le hubiera escapado) reflejado en lo que digo entre paréntesis o unos créditos que parecen más de una peli de Superman plagiando a Bass-Herrman que de esta historia. Por no hablar de la absurda broma escuchada con la canción final. Por cierto, ¿a qué viene ese plano tras los créditos? ¿vive y estaba delirando?
Y luego, pues los problemas de querer putear al personaje en demasía, que muchas veces desbarra como esa falsa apertura de ataúd, que se le llene de arena (aunque mole también mucho), alguna llamada sobrante o demás historia. Pero que todos los problemas sean debido siempre a lo mismo: por tener los huevos bien gordos.
Pero vamos, problemas achacables a cualquier peli de Hitchcock que se precie, porque el film es de magistratura. Los 40 primeros minutos, sobrios como ellos solos, hacían que me picaran las piernas y en momentos, os lo aseguro, que quisiera irme del cine del sufrimiento (esos ataques de nervios, los chillidos..., todo está perfectamente puesto). El actor está muy bien dirigido (más que bien elaborado, lo veo más triunfo de Cortés que de Reynolds) y su juego con el oxígeno no es de bomba que está a punto de explotar, no..., el juego está oído con la respiración del personaje. O la batería, que no necesitamos planos detalle cada dos por tres, porque es obvio que se acaba y que la necesita para cerrar la película. Todo está muy bien medido en un cuasi-magnífico guión que deja ver un trabajo de Cortés PORTENTOSO con el sonido y la imagen. Se podría decir que es de cátedra el hecho de que el tío se casque todos los planos posibles dentro de un ataúd. Atención al que da la vuelta entera sobre sí mismo y el dolby digital de los jadeos pasa a los traseros. Está muy bien usado el dolby, por cierto.
O esos planos detalle de la barba, la sangre y la incomodidad. Recalcando aún más el sufrimiento y sin una sola pizca de aire para el espectador. ¿Populacho? Y un cuerno. También me chifló cómo usa los fundidos a negro en un montaje muy picado. O el juego de zooms para la tensión. Sin duda, la dirección es lo mejor del mundo mundial.
Y la fotografía me ha parecido al nivel de un producto tan sobrado de pelotas. Jugar siempre con un color y en la penumbra, usando a veces hasta un simple ojo (también de dirección aquí) para decirte sus emociones. Sin cortarse de no ver la cara al protagonista todo y cuanto se quiera. Maldita sea, es absolutamente realista y en los tiempos que corren. Quizá hay planos con demasiado grano, pero es perdonable.
En fin, una película no hacía tanta mella en mí desde hace tiempo y no veía una propuesta tan histórica (y bien resuelta) desde hace ya..., y que sea de un español, un ex-compañero de cortos y un tío que, muy a mi pesar, le tenía enterrrado vivo tras Concursante, hace sin duda que vaya a rescatarle, sacarle del ataúd y no confundirme: Cortés, cómete el mundo.