Respuesta: Saga ALIEN. Vayamos directo al grano.
(Id, David Fincher, 1992)
Procedente del mundo del videoclip, Fincher dio el salto al cine con la tercera parte de la saga. No se le puede negar la intención de querer volver a los inicios, donde la subjetividad, la tensión, el terror psicológico y la acción eran más comedidas pero más intensas. La ambientación opresiva, con decorados grotescos y situación de soledad ante un enemigo común y adulterado están conseguidos, dando ese aspecto de desolación, desesperación y desmedida.
Con unos títulos de crédito muy llamativos, una media hora competente, poniendo las bases sobre la mesa y haciendo creer al espectador de que estamos ante una entrega a tener en cuenta la realidad es otra pues la realización es atropellada y con cierta tara (un montaje muy videoclipero por un lado pero excesivo por otro sin tener un término medio). Toda la parte que se interesa por la nueva criatura (su creación, forma, desarrollo y forma de ataque) podría considerarse un cliché o un copia-pega de la primera parte mientras que todo lo que se refiere a los humanos, sus vivencias y desgracias está muy mal perfilado, siendo demasiado estrambótico en las maneras y muy pobre en carácteres, conteniendo unos diálogos muy blandos (tirando a básicos).
Fincher dota a su historia de esa fotografía tenue que es tan pródiga en sus películas, con un estilo muy particular, haciendo los lugares comunes muy tristes, con esa estética deformada, tonalidad industrial (muy parecida a la de su videoclip "Express yourself" de Madonna). Los efectos especiales quedan a estas alturas de la historia demasiado cantosos cuando son CGI (culpa de los tiempos) mientras que la animatrónica es un tanto extraña. Innovando con la visión subjetiva del extraterrestre, haciendo las escenas con esta técnica, de cierta rareza visual y con una acción muy sui generis (no causa tanto miedo y como cinta de acción queda muy coja).
Con una Ripley más comedida de lo acostumbrado pero manteniendo el tipo como pocas heroes femeninas, su rol se vuelve esta vez más extraño de lo acostumbrado (convirtiéndose casi en un preludio de la mística que poseía en la cuarta entrega). Aún y así su presencia, en cada uno de los planos y escenas, sigue siendo un regalo para la vista.
Un título que en resumidas cuentas sigue siendo muy impersonal (aún siendo de un director con una personalidad ferrea) que acaba convirtiéndose en una entrega fallida (y más con las esperanzas que podía ofrecer) a pesar de contener algunos aciertos como son el encuentro del alien con Ripley, el regreso a los comienzos manteniendo el terror en un sólo extraterrestre - hasta el teaser volvió a los orígenes, el final dotando a la película de esa epicidad necesaria y una estética completamente distinta a lo que habíamos visto hasta ahora, demostrando que Fincher sería un tío a contar mucho).