Respuesta: SCORSESE
Ropit, friend. Ya la he visto... y madre mía, de las buenas de verdad. No será tan impactante como Uno de los nuestros ni tan llamativa como Casino pero la base estaba aquí.
(
Mean streets, 1973)
Scorsese plasma en Malas calles, a grandes rasgos, los inicios de algo que tan buenos resultados le ha dado siempre. Malas calles es el inicio de la trilogía junto con Uno de los nuestros y Casino. El mundo de la mafia, el mundo del honor, el respeto, la camaradería, la amistad ante todo, los pagos y los ajustes. Con cuatro frases recitadas como una metralleta al principio de la película, el leiv motiv se marca: "los pecados no se redimen en la iglesia. Se redimen en las calles, se redimen en casa. Todo lo demás es basura y tu lo sabes".
La historia no tiene fisuras, no tiene desperdicio alguno. Principalmente sus personajes, cada uno de ellos son interesantes. Cada uno de ellos no tiene futuro, por muchos motivos. Charlie, un Harvey Keitel templado y a la vez creíble, no lo tiene porque no sabe plantarle cara a la vida y los asuntos. Con la posibilidad de ser alguien importante en el mundo del hampa, su relación fatídica con con su prima y su amistad con Johnny Boy, le impiden conseguir el respeto y la posición de ser alguien importante. O Johnny Boy, el hombre problemas. Un auténtico don nadie que simplemente ha nacido para ser un desgraciado consigo mismo y con los que le rodean.
Con unos títulos de crédito preciosos, bajo la magnífica canción "Be my baby", la película demuestra que no hay salida ni hay destino para los que ya están marcados por él. Con momentos impagables como esa entrada de Harvey Keitel en el bar de Tony, o cada una de las introducciones de los personajes o cada una de las explosiones emocionales de Johnny Boy ante las deudas que tiene, sin olvidarme de como Charlie, mal que le pese, por más que lo intenta, no puede despegarse ni separarse de su mal absoluto, de su eterno (mal) amigo.
Scorsese, con un estilo muy reconocible, que sería mejorado y perfeccionado en los dos títulos siguientes de la trilogía, siempre se ha deleitado en dotar a sus películas de diálogos directos, claros y concisos, de unas maneras precisas, aderezando las escenas más concretas de canciones populares, haciendo el momento más creíble si cabe, como si esas canciones formaran parte de la historia y no fuesen un añadido más.
Con una fotografía que si bien es cierto no es llamativa sí es antiglamourosa, dotando a las escenas de un empaque visual realista, haciéndonos creíbles cada uno de los momentos. Y lo mejor de todo es que ya desde el principio sabemos (o intuimos) como va a acabar la historia, porque no hay otro final, es imposible. Johnny Boy es el camino de la perdición, la calle los hace así. Un título increíble de la mano de un director que ya apuntaba maneras.
Un título imprescindible y recomendable.
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Lo mejor: Que es una auténtica master piece sin lugar a dudas (por todo y por todos).
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Lo peor: No haberla descubierto antes.