Shyamalan ESTÁ RODANDO una peli low cost: THE VISIT

El país:
“Hay demasiado dinero alrededor de las películas”

“Hay demasiado dinero alrededor de las películas”
Tras sus dos batacazos en la ciencia ficción, el director vuelve a su género favorito, el drama con terror, en 'La visita'

En un colgante en el cuello -entre otros adornos que reparte por muñecas y dedos- y que le regaló su padre, M. Night Shyamalan lleva inscritos diversos proverbios protectores en sánscrito. Que Manoj Nelliyattu Shyamalan -su auténtico nombre- (Mahé, India, 1971), recurra a amuletos provoca cierta desazón en el interlocutor. Hasta él, uno de los grandes expertos en meter miedo al público en el cine, necesita un escudo. Shyamalan ríe: es un regalo de familia, no hay que darle más importancia. "Pero por si acaso, ahí está".

El director, realizador de las gloriosas El sexto sentido, El protegido y El bosque, está feliz. Ha vuelto a sus orígenes, al género con el que se convirtió en uno de los grandes a inicios del siglo XXI. Después enlazó malas elecciones y peores guiones. La recaudación de La visita ha confirmado su giro: en Estados Unidos ha entrado en segundo lugar de la lista de las más taquilleras este pasado fin de semana con 22 millones de euros, y en España ha arrancado primera con 1,5 millones de euros. Shyamalan ha vuelto: al terror, a la familia, a rodar cerca de su Filadelfia del alma, donde vive desde crío. "Me encanta rodar cerca de mi hogar. Siempre he luchado por hacerlo, y los guiones me salen inconscientemente locales. En Pensilvania encuentro todo lo que necesito. La casa en la que filmamos estaba a 20 minutos de la mía, así que todas las noches dormí en mi cama. Soy un privilegiado".

Orgulloso padre de familia (un tipo de relación que ha alimentado su mejor cine), Shyamalan se inspira para La visita en los cuentos de hadas -en concreto en Hansel y Gretel, de los hermanos Grimm-, una narración que une a millones de progenitores y vástagos cada noche antes de irse a la cama. "En mi infancia, escuché más cuentos de hadas indios, cuya temática es más religiosa, obviamente por la procedencia de mi familia. En el sótano de mi casa de la infancia encontré algunos libros con cuentos europeos, me apasionaron. Y desde luego yo se los he contado a mis hijos. Así aumentó mi interés en por qué ese tipo de narración sobreviven al tiempo y al cambio de culturas. Analizando esa psicología, en cómo emocionan a los niños y sirven a la vez para que generación tras generación se avise de posibles peligros... y para provocar pesadillas". El cineasta ahonda en ese sentido: "Con el tiempo pasan de historias intimidatorias a cuentos de terror. Supongo que son la forma políticamente correcta de que los padres le digan a sus hijos: '¡Si haces esto te mato!' [risas]. Me fascina también su vertiente moral". Shyamalan cuenta que su cabeza crujió un poco cuando pasó de la educación familiar india a un estricto colegio católico: "Entró de repente la parte más pesada de la moral, en todos los sentidos, e intenté integrar en mi pensamiento todas las vertientes".

De su carrera, de fracasos como After Earth y Airbender, el último guerrero, ha sacado su conclusión: "No volveré a rodar guiones ajenos, ni en los que no me sienta de verdad implicado. Perdí de vista mis propias historias, eché de menos no contar algo surgido de mí. Me perdí en aquellos procesos. Y me equivoqué".

Por todo ello, Shyamalan ha financiado y rodado en secreto La visita. Solo cuando acabó hizo público el proyecto. "Fue fácil mantener oculta la filmación, porque si tienes el dinero y la gente que quieres, no tienes que negociar con otros productores y distribuidores. Hablé con un amigo de un estudio de Hollywood al inicio del proyecto, se lo expliqué y me respondió con dudas sobre por qué era niños y no adolescentes [principales consumidores de cine en salas], que si era rara... Me vi a mí mismo rendido en tediosas reuniones ulteriores con gente de las majors, luchando por mi guion, enseñando el filme en pases con público que pudiera cambiarte el final... Con el producto acabado, solo ha quedado enseñarlo y decir: 'Así es la película. La coges o pasas'. Tenía muy claro mi objetivo". Para el cineasta, contar los matices de una película no tiene sentido. "¿Cómo alguien puede entender los chistes derivados del terror o el terror mismo solo con las frases escritas en un folio? ¿Cómo ahondar de forma oral en el terror primario que provocan ciertas imágenes? Dicho lo cual, todo cambia cuando es tu propio dinero el que usas en la película. Cambia muchoooo [risas]. Vigilas cada centavo", cuenta divertido, humor que mantiene toda la entrevista.

Él mismo es productor de series y películas de otros: "Me dedico a proteger la visión de los directores, en incorporar a los proyectos a los mejores técnicos y actores. Creo que cuanto más pare yo los golpes, más libertad artística tendrán los cineastas".

Tras ese discurso, ¿cree él que lo peor de Hollywood son los ejecutivos, que con sus opiniones entran en las partes artísticas? "Umm, no exactamente así. Ocurre... pero el problema es el proceso de creación. Antes, un productor creía en un guion o en un director y apoyaba el filme. Hoy, el marketing cuesta mucho, hay demasiado dinero alrededor de cada película que es muy muy difícil encontrar a un productor que piense solo en términos artísticos. Se lo plantean todo más en terrenos de marca, de cantidades de espectadores..."

En La visita, dos hermanos pasan unos días en la casa de sus abuelos -a quienes nunca han conocido-, un hogar del que su madre salió dolida, y al que los críos vuelven porque su progenitora se va a un crucero. Los abuelos se comportan con gran amabilidad -ella no para de cocinar para placer de sus nietos- y ciertos desvaríos, que aumentan gradualmente. "Empecé a escribir y me di cuenta de que se parecía a Hansel y Gretel, de los Grimm. Por ejemplo, que hubiera un horno en el que cupiera un niño me surgió de forma inconsciente. Después me di cuenta del paralelismo cuando redacté la frase: '¿Puedes meterte al horno a limpiarlo?". El cineasta confiesa que le preocupó encontrar uno de ese tamaño, pero que en la casa en que rodaron había espacio para meter un horno así. "Ni tuvimos que construirlo porque localizamos uno gigante... y Olivia DeJonge es muy delgada".

Cuando Shyamalan empezó, había pocos cineastas que compitieran en su estilo. Hoy, tras su paseo por la ciencia ficción, retorna a un terreno en el que están La purga, Insidious, Expediente Warren y, por el uso de la cámara como narrador, Rec. "Sinceramente, creo que no es lo mismo. Yo hago dramas, y en ellos meto apuntes de otros géneros. Me siento más cercano a El silencio de los corderos, porque en el corazón hay un drama. Me gustan esas películas que mencionas, pero no me influyen". Sobre el uso de la familia para meter miedo al público, el cineasta salta rápido: "Me encantó Hijos de los hombres, de Cuarón. Ese es mi ideal". Y sobre sus propios abuelos, recuerda: "Eran muy dulces. Mi abuelo solo daba miedo cuando perdía su dentadura postiza".
 
El país:
“Hay demasiado dinero alrededor de las películas”

“Hay demasiado dinero alrededor de las películas”
Tras sus dos batacazos en la ciencia ficción, el director vuelve a su género favorito, el drama con terror, en 'La visita'



Orgulloso padre de familia (un tipo de relación que ha alimentado su mejor cine), Shyamalan se inspira para La visita en los cuentos de hadas -en concreto en Hansel y Gretel, de los hermanos Grimm-, una narración que une a millones de progenitores y vástagos cada noche antes de irse a la cama. "En mi infancia, escuché más cuentos de hadas indios, cuya temática es más religiosa, obviamente por la procedencia de mi familia. En el sótano de mi casa de la infancia encontré algunos libros con cuentos europeos, me apasionaron. Y desde luego yo se los he contado a mis hijos. Así aumentó mi interés en por qué ese tipo de narración sobreviven al tiempo y al cambio de culturas. Analizando esa psicología, en cómo emocionan a los niños y sirven a la vez para que generación tras generación se avise de posibles peligros... y para provocar pesadillas". El cineasta ahonda en ese sentido: "Con el tiempo pasan de historias intimidatorias a cuentos de terror. Supongo que son la forma políticamente correcta de que los padres le digan a sus hijos: '¡Si haces esto te mato!' [risas]. Me fascina también su vertiente moral". Shyamalan cuenta que su cabeza crujió un poco cuando pasó de la educación familiar india a un estricto colegio católico: "Entró de repente la parte más pesada de la moral, en todos los sentidos, e intenté integrar en mi pensamiento todas las vertientes".


Y se nota que se inspira en estos cuentos...
 
Le puedo achacar un par de sustos baratos indignos de este hombre, algún diálogo de que convencional parece paródico (el abuelo en el clímax), alguna torpeza de montaje que impide redondear ciertas escenas (el ir y venir al final entre la cocina y el dormitorio)... y bueno, que a los diez minutos te la sabes entera. Lo de los personajes en perpetua necesidad de grabación lo asumimos como convención del (sub)género. Más allá de eso, me lo he pasado muy bien con ella. El humor constante está ajustadísimo, ellos cuatro están muy bien (ojo a la segunda entrevista con la abuela) y la peli es shyamalanesca hasta las trancas.

Me encanta la idea de estar viendo el director's cut de una niña hipster sobre una peli de terror de la cual ella quiere extraer el drama, pero distanciándose del mismo (la música ñoña... que reaparece) hasta que le vuelven a meter en ella a hostias.
 
Y casi tan contento como la peli me ha dejado la reacción del público; la sala hasta arriba y me temía lo peor, pero no. Chillidos donde debían (y hablo de chillidos), muchas risas (a veces cortadas en seco), y cuando el niño hace lo que hace al final, se han puesto a aplaudir. No recuerdo ahora mismo haber visto nunca a gente aplaudiendo DURANTE una peli, y no sólo al final.

Indio, round 2.
 
100% Indio, mezcla de drama y terror como solo él sabe hacer. Esta vez además se ha arriesgado a meter humor bastante a destajo, incluso hilandolo muy fino con alguna secuencia terrorifica. Planificación y dirección (aun con el lastre del subgénero) a la altura, por supuesto.

Muy bien los 4 actores, quizás el abuelete es el menos bueno, eclipsado por los otros 3 que disfrutan de muchos mejores momentos.

Y en cuanto a la historia, es cierto que todo se ve venir muy pronto, pero el "cómo" es tremendamente disfrutable y divertido.

A ver si este hombre se olvida de proyectos rarunos y se centra en lo que sabe (muy bien) hacer
 
Pero Elliot, si la sensación de ver el documental de la niña es uno de los grandes atractivos de la película. ¿Qué problema tienes con eso?

En cuanto a Dussander, opino igual que él al final, pero con su primer párrafo, muy de blogger, nada de acuerdo. Con alguna boutadada.
 
que me cuesta creer que una niña que ha estado a punto de morir monte una peli con todo el suceso grabado (de igual manera que el chaval rapea sobre lo sucedido)
 
El rap final del niño es una sacada de polla al estilo de la escena de la muerte del critico en "La joven del agua". Bordea el ridículo y el excentricismo, sin miedo alguno, y eso que con esta cinta se la estaba jugando (vuelta al género tras los dos ultimos traspiés)
 
ajja, te amo

El rap final me parece una lectura maravillosa de lo que es un actor. Todos se quedaron a los créditos.

Elliot, eso es el código found footage. Es como cuestionar que en las pelis de acción no muera el héroe.
 
Por cierto, es su primera peli donde no hace cameo ¿no? Yo creí que era el novio de la madre pero no. Debe ser que como la niña ya hace de él...

¡Shakira, capullos!
 
Maravillosa comedia negra. La gente ha reaccionado de forma putamadresca risas en su sitio, saltos en butaca, aunque he oido algún "vaya truño" a la salida
 
Elliot, eso es el código found footage. Es como cuestionar que en las pelis de acción no muera el héroe.

morira si le pegan un tiro.

mi problema es que Shyamalan hace que suframos mucho con esos niños en su tenso final para luego, en el epilogo numero 2, (el 1 es la babosidad con la madre superando noseque), verlos reirse ellos mismos de lo sucedido: a la cara en el caso del niño rapeando su peripecia, e indirectamente, con toda la peli MUSICADA y EDITADA como si a la proyeccion del trabajo de Primero de Audiovisuales de la niña hubieramos asistido. Me parece a la vez brillante y forzadamente ridiculo).
 
El rap final es una Shyamalanda deliciosa. Y muy típica de él. Ya en mitad de la película te avisa de que es algo que iba a ocurrir :lol

Y además, es un regalo que la niña le hace a su hermano, posiblemente para hacerle superar el trauma.

Que la película esté perfectamente montada y editada por la niña... ¿que queríais? ¿Que se viera mal y nos jodiera la proyección? Esta película es una obra que en ningún momento juega a hacernos creer que ha pasado de verdad. No necesita meter ruido ni aparentar lo que no es.
 
Cubrirse las espaldas con niños y humor es inteligente, pero sigue siendo una película menor porque esa reinvención sólo supera listones anteriores en lo cómico. Ni el drama familiar tiene tanto calado como en otras, ni el terror está a su altura (para mí lo más decepcionante de la película, salvo algún plano, es el tramo de uno en la cocina y otra en la habitación).

Es simpática, y hay que alegrarse de que haya hecho algo con vida dentro, pero tampoco nos flipemos.
 
Pues no daba un duro por ella, porqué el indio no me acostumbra a decir gran cosa (salvo en el primer visionado de 'El Sexto Sentido') y me pareció cojonudérrima. No entro a valorar temas formales (aunque el tema de meter parte del metraje del documental de la niña me pareció un acierto) pero me lo pasé en grande. Yo y todo el cine. Y aunque es corta (se agradecen pelis de esta duración en estos días que corren) me pasó volando.
Soy muy machote y me reí más que me asusté, pero me asusté cuando tocaba, aunque se veían venir, los sustos estaban muy bien paridos.

Muy divertida y recomendable con un giro final que no me esperaba para nada y me pareció un acierto.
 
Con las prisas no me he explicado bien.

Esta película no es un "found footage" del rollo Blair Witch o REC... que está hasta grabada con una calidad penosa o que bien adopta una estética televisiva. Está más en la línea de Cloverfield, en donde se hace lo mismo, pero el cámara graba como Dios :P Se entra en su juego y aquí no ha pasao na. :cuniao
 
Podrá enmarcarse dentro de ese llamado "found footage", pero de este ídem tiene más bien poco. Blair Witch o Cloverfield sí que entrarían, pero aquí no lo veo, sinceramente. Si acaso sería la chica la que hubiera "prestado" el vídeo como prueba por haberlo rodado.
 
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