SILENCE, la próxima de Scorsese (ahora en serio)

Lo mejor es lo del nerdaco de Marty reconociéndole al momento y haciéndose reverencias entre los dos.
 
- Yo te bendigo, Marty!
- Gracias Papa

pope_francis_martin_scorsese_embed.jpg
 
- Martin Scorsese habla sobre "Sillencio". Subtitulada al castellano:

El cineasta cuenta como de joven estuvo a punto de convertirse en sacerdote pero finalmente escogió la que era su verdadera vocación, hacer películas. También relata como algunos actores tuvieron que mantenerse muy delgados durante el rodaje e incluso llevar a cabo un retiro espiritual para hacer más creíbles sus personajes.

Entrevista a Martin Scorsese sobre Silencio
 
Boyero se caga en ella. Tediosa dice. Todos los cuñados están avisados.
 
La novela empieza de la hostia, a lo Conrad, con los jesuítas viajando a Japón a la búsqueda de Kurtz-Ferreira, pero se va desinflando en aventura y va aumentando en digresiones relijiosas, como le mola e Scorsese, aunque no lo saque habitualmente en su cine. Ganas de que llegue mañana para verla.
 
Yo voy hoy a las 15:00

El cine de Marty es religión!
 
INFO | Yo voy hoy a las 18:00 o las 21:00 o mañana a las 18:00 o las 21:00.

#peregrinajealasala

:juas
 
Es una obra descomunal, ojalá me equivoque pero dudo que vuelva a rayar a este nivel Scorsese, es el volcado a lo bestia de todo lo que le ha obsesionado toda su vida utilizando el medio del que es auténtico maestro y a la vez humilde devoto. Hay tanta pasión en cada fotograma, tanta verdad en cada plano ... y esto pasa porque, además, todo raya a un nivel superlativo (está claro que es una causa de la pasión con la que se lo ha tomado), las localizaciones, el diseño de producción, el clima para la foto natural, es uno de esos milagros que da el cine de vez en cuando y lo de los actores japoneses y, otra vez, la veracidad que dan a todo es otro de los motivos por el que el conjunto es tan potente.

Yo creo que se ha embarcado en esta obra en el momento justo, cuando venía en plena forma de firmar su mejor película en más de 20 años, y se ha juntado la pasión con la inspiración, por eso digo que no creo que vuelva a sacar otra obra de tal magnitud.

La estructura es fabulosa, efectivamente muy bien visto lo del coronel Kurtz, porque la primera mitad es un viaje al corazón de las tinieblas, la atmósfera que consigue el clima y el paisaje, la extrañeza, el terror a ser descubiertos, pero a la vez el contacto entre culturas, la empatía, el humanismo y todo ello gracias a los actores japoneses, ver para creer la calidad de sus interpretaciones. A su vez, la evolución de los dos protagonistas está tejida sutilmente, su ingenuidad es comparable a la de los lugareños y se curten a base de barbarie. A este respecto, Scorsese no se guarda nada ni se corta un pelo con la violencia, pero tampoco se recrea inutilmente, exactamente el punto justo para examinar la reacción que produce. Es fascinante como se respira la suciedad, la humedad, el barro, ... en toda esta parte.

La segunda parte es dónde la película podía caer, no es una película de aventuras propiamente aunque empiece como tal y dar respuesta narrativa a esa magnífica primera parte era la misión más arriesgada de Scorsese, el silencio de Dios, la lucha interna, ... Pues bien, esa segunda mitad es una apoteosis de diálogos, cuando más podía amenazar el maniqueísmo, incluso hasta el sermón, toma las riendas una segunda remesa de actores japoneses, otra vez extraordinarios, con unos textos y unas réplicas que rebosan ambigüedad, inteligencia, ironía de tal manera que, según el perfil del espectador, pueden llegar a subvertir el sentido y la inclinación moral de toda la película ... Y no queda ahí como un apunte, Scorsese va a muerte con este matiz y el desenlace sigue esa senda mediante otro personaje clave. Religión y fe, claro, pero moral y hasta política se dan la mano en la dialéctica de esta segunda mitad y, desde luego, sin una respuesta clara.

Tanto la introducción como el epílogo tienen un carácter epistolar tan propio de la época, buena decisión para introducir el misterio en la intro y para grabar la "leyenda" al final. La fotografía es fantástica, como ya he comentado, se mimetiza con el clima, exactamente igual que la música, satisfactoriamente inperceptible por su camuflaje con los sonidos naturales.

La dirección de Scorsese es extraordinaria, lo más lejos posible de The Wolf, mucho más clásica que de costumbre, sin recunciar para nada a sus clásicos cambios de punto de vista en algunas escenas, con la capacidad y coherencia de recrear un drama entorno al silencio y enfatizarlo sin necesidad de musicarlo, y con la enorme virtud de mantenerse casi equidistante con los "bandos" y, a la vez, disparar toda su rabia interior dentro del relato (claro que en su partido los "bandos" son otros).

Ya he hablado de los japos pero tanto Garfield, Driver como Neeson están fabulosos en la misma línea de verdad de toda la película, sin Garfield no habría película y sin una gran interpretación no habría gran película.

Atención al regalo en forma de guiño/homenaje al cine que hay en el último plano de la película.

Clásico instantáneo.
 
No es una película para todos los públicos, en el sentido de que es la película más hard sobre la fe que yo haya visto. Diría que es al cine religioso lo que 2001 fue al cine de ciencia ficción: un film que plantea infinidad de preguntas y posibilidades, pero ninguna respuesta como tal o concesión que estropee el gran misterio de nuestra existencia que plantea el film.

Scorsese imita las formas y el ritmo del cine japonés clásico, y eso la puede hacer plomiza para el espectador medio. Pero lo que cuenta es tan apasionante que, si el espectador está realmente interesado en su temática y ambientación, se ve con mucho gozo. Yo mismo me he emocionado y estremecido durante la escena cumbre. Y Liam Neeson hace aquí uno de los papeles de su vida, a pesar de su brevedad, al nivel del coronel Kurtz de Brando, aunque con otro significado.

Rodrigo Prieto por su parte, se sale en un trabajo en el que renuncia a su característico eclecticismo fotográfico y apuesta por una narración visual coherente, aunque no renuncia al uso expresivo del color. Atención precisamente al tramo final con Liam Neeson, donde la luz y la propia presencia del actor dan un subidón dramático al film que lo saca del bloqueo narrativo en el que estaba empezando a caer.

En definitiva, un film hecho con enorme pasión, emocional y cinéfila. Una de esas películas donde se nota que sus autores han puesto sus preocupaciones más profundas como en ninguna otra, y que justifican tantos años invertidos en su creación. No la llamaría obra maestra porque mi concepto de tal cosa va más allá de ser una gran película, pero no me cabe duda de que con el tiempo será valorada como una de las cintas clave de la filmografia de Scorsese.

Un saludete.
 
no me cabe duda de que con el tiempo será valorada como una de las cintas clave de la filmografia de Scorsese.
.

Tal cual, será inconcebible la carrera de Scorsese sin esta película.

El pasaje de Liam Neeson que comentas tanto a nivel fotográfico, como de interpretación, como de relevancia es de una calidad acojonante, ese plano del Sol, esos diálogos, ...

Y sí, a la película le va a llover mierda del sector Boyero, que van sin la siesta hecha :P Es cierto que no hace ninguna concesión, va a muerte con su relato, pero yo lo veo todo tan equilibrado que me cuesta creer que un cinéfilo no la disfrute. Es que además logra lo imposible, la va a apreciar un católico, un ateo y un budista.
 
No es una película para todos los públicos, en el sentido de que es la película más hard sobre la fe que yo haya visto. Diría que es al cine religioso lo que 2001 fue al cine de ciencia ficción: un film que plantea infinidad de preguntas y posibilidades, pero ninguna respuesta como tal o concesión que estropee el gran misterio de nuestra existencia que plantea el film.

Scorsese imita las formas y el ritmo del cine japonés clásico, y eso la puede hacer plomiza para el espectador medio. Pero lo que cuenta es tan apasionante que, si el espectador está realmente interesado en su temática y ambientación, se ve con mucho gozo. Yo mismo me he emocionado y estremecido durante la escena cumbre. Y Liam Neeson hace aquí uno de los papeles de su vida, a pesar de su brevedad, al nivel del coronel Kurtz de Brando, aunque con otro significado.

Rodrigo Prieto por su parte, se sale en un trabajo en el que renuncia a su característico eclecticismo fotográfico y apuesta por una narración visual coherente, aunque no renuncia al uso expresivo del color. Atención precisamente al tramo final con Liam Neeson, donde la luz y la propia presencia del actor dan un subidón dramático al film que lo saca del bloqueo narrativo en el que estaba empezando a caer.

En definitiva, un film hecho con enorme pasión, emocional y cinéfila. Una de esas películas donde se nota que sus autores han puesto sus preocupaciones más profundas como en ninguna otra, y que justifican tantos años invertidos en su creación. No la llamaría obra maestra porque mi concepto de tal cosa va más allá de ser una gran película, pero no me cabe duda de que con el tiempo será valorada como una de las cintas clave de la filmografia de Scorsese.

Un saludete.

Pensaba hacer mi crítica personal de la película, pero has clavado exactamente todo lo que pienso, así que ni lo intento.
Absolutamente de acuerdo:palmas
 
Tsukamoto es el mejor de la película, toda la primera parte tiene tanta resonancia por su interpretación, apoyado por otro japonés más viejo.
 
Yo la veo esta tarde, pero ya aviso que sin poder ir con la siesta echada.
Yo la vi ayer, pero no fui con la siesta echada y di algunas cabezaditas. Entre que había estado de comilona, la oscuridad, la calefacción del cine y la austeridad (formal, narrativa) que imprime Scorsese, me quedé sopa varias veces... :cuniao

Luego comento algo... de lo que vi.

Por cierto, vi a varias personas abandonar la sala antes de acabar la película. Aclaro que era un multisalas de un centro comercial. Y poner una película de estas características en ese contexto creo que es un poco trolleo. Me recordó a "El nuevo mundo" de Malick en ese mismo multisalas con el correspondiente abandono de espectadores.
 
Última edición:
Lo que es trolleo es la publicidad que está teniendo la película, vendiéndola casi como si fuese 'El Último Samurái 2' . De todas maneras, supongo que ninguno de los productores esperaba un taquillazo o incluso recuperar la inversión a corto plazo.

Un saludete.
 
La persona con la que vi la película, católica, salió antes de terminar. No soportó la apostasía de Ferreria (no es espoiler puesto que es el motivo de la trama) después de ver tanta vana tortura.
 
Yo vi a gente levantarse durante la proyección, pero la mayoría aguantó toda la película. La sala no era muy grande pero estaba casi llena, se ve que Marty cuenta aún con cierto tirón popular.

Un saludete.
 
Bueno, pues a pesar de las cabezaditas que di ayer en el cine por no haber ido con la siesta echada, debo decir que la película me interesó especialmente en toda la parte inicial de la búsqueda de Ferreira por parte de los dos jesuitas portugueses, adentrándose en un Japón hostil con la colaboración de un borracho que les ha de servir de guía. Leo aquí y en críticas que este periplo se asemeja a la búsqueda de un Kurtz en el corazón de las tinieblas, y estoy de acuerdo. Garfield y Driver experimentan un viaje iniciático, tan físico como espiritual, al ir al encuentro de un gurú que, al parecer, ha negado su cristianismo y se ha mimetizado con su entorno, habiéndose convertido en "el enemigo". Una especie de renegado a la manera de Kurtz, o sea, alguien que ha perdido la razón/su religión para unirse a lo que le envuelve, que es impío. Los dos sacerdotes son tipos ingenuos, idealistas, inexpertos, que se topan de bruces con una realidad chocante, infernal, que pone a prueba su fe a través de la tortura física, la muerte y el hecho de que, para quebrantarlos definitivamente, los japoneses les chantajean: no sólo sufren personalmente, sino que son responsables de que otros cristianos mueran si no se resignan a la apostasía. Scorsese opta por plasmar una naturaleza sórdida, gris, entre nieblas... y también por no ofrecer concesiones al espectador. Formalmente es una película austera, áspera, seca, sobria, sin casi alardes... y narrativamente se decanta por un estilo contemplativo, pausado, ceremonioso e incluso algo espeso. Es como si hubiera querido asimilar los códigos del cine japonés, y en este sentido renuncia a peajes "espectaculares" para limitarse a la voz baja, al silencio, al sonido ambiental, a prolongar las escenas mediante un montaje poco invasivo, a mantener un ritmo interno sosegado. Y yo, aunque disfruto más del Scorsese "exaltado", comprendo esta decisión de estilo, pues la forma se corresponde al fondo. También es de agradecer que se esquive el maniqueísmo, ya que uno entiende las razones y complejidades de uno y otro bando: el lado invadido que se opone a ello mediante una violencia explícita y radical y el lado invasor, que de alguna manera genera violencia por su deseo de extender una religión que, directamente, ni es propia ni puede florecer en un territorio ajeno, algo que va unido a un posible intento de colonización. En este aspecto, es posible deducir que la oposición japonesa va más allá de la religión: es una expulsión del colonizador que trata de desnaturalizar un lugar que ya tiene su identidad. El discurso de Scorsese creo que se fundamenta en rechazar la imposición de fe y en respetar la fe/la religión de cada uno. También alude a la compasión de un Dios que entiende las necesidades y debilidades del hombre: en un mundo salvaje e intolerante, donde se cometen aberraciones y crímenes en nombre de la religión, lo que de verdad importa es el ámbito interno. Pisar una imagen sacra religiosa o despojarte de elementos cristianos no impide que el hombre mantenga una fe interna que sólo él sabe (o sus más allegados). Que quede una pequeña llama de verdad (de creencia verdadera) en el ultrajado es emocionante porque ninguna barbarie humana podrá destrozar la auténtica fe del hombre.
 
Última edición:
De todas maneras, yo no estoy de acuerdo en que el cristianismo no pudiese arraigar en Japón. Si hay una religión profundamente sincretica y universal, esa es el cristianismo, debido a su extension y vocacion multicultural, y su identificacion con los oprimidos. Por no hablar de sus paralelismos con el budismo, algo que se reconoce en la propia película.

Un saludete.
 
Arriba Pie