Lo que está claro es que, independientemente si es por una cosas o por otras, el uso, o mejor dicho el abuso de los p2p u otros análogos que permite el tráfico de cantidades ingentes de datos, ha hecho que esto se desmadre, y hay muchas razones para ello.
No obstante, las editoras de productos multimedias (dvd o BD) saben perfectamente que los que reclaman calidad no van a proveerse de ello en Internet, y que la mayor parte del público que si lo demandan son los que bajan, ven y borran, como si fueran al videoclub.
Luego en España, se dice, se comenta, que se baja más que en el resto de Europa. Puede ser, pero pensándolo bien, la calidad de los productos que lanzan por estos lares es tan mala, que muchos prefieren, al menos si se puede obtener gratuitamente, descargárselo hasta que puedan disfrutar en el futuro de algo que ofrezcan mayores calidades.