No es de trabajo, pero casi. Estudiando en Madrid, en un Colegio Mayor (Jorge Juan). En las duchas, era costumbre que cada uno dejase su champú, y los demás lo respetaban. Pero empezamos a notar que alguien estaba echándose ingentes cantidades de champú... que no era suyo. Aparte de cagar en el mismo acto y no tirar JAMÁS de la cadena. Combinad esto con el papel higiénico "El Elefante" y sus derrapes, y entenderéis la guarrada. Sospechábamos quien era, pero no teníamos pruebas, así que tramamos venganza. La primer idea fue echar algo corrosivo o que manchase a la taza del water, pero tuve una idea genial, de esas que solo se te ocurren una vez en la vida.
Eché ingentes cantidades de anilina verde en un bote de champú. Para el que no la conozca, es un colorante en polvo intenso de la ostia. Es dificilísimo de quitar, de hecho se usaba para teñir la ropa.
Al dia siguiente, alguien fue al comedor con el pelo de un hermoso tono verde fosforescente y fue motivo de descojone durante meses. Ains, que manera de reir...