Lo cierto es que el antiguo ya es un maquinorro impresionante. Pero lo cambio por que hay un momento para cada cosa, y el mio es ahora. Hay mucha gente que estaba esperando y el nuevo no le ha convencido, con lo que la demanda del que tenía era aún alta. El momento justo para venderlo antes de que pierda valor, y por poco dinero más, meterme en el nuevo. Además, quería pasar de 17 a 15 pulgadas, aunque aún no sé si será buena idea, acostumbrado como estoy al full-hd.
Según la chopocientas reviews que me he tragado, la construcción ha dado un paso adelante (que ya es decir), la pantalla tiene más contraste aún (que me cuesta creerlo), y la gráfica es una mejora espectacular, por encima de lo que cabría esperar. Como también era previsible, la potencia bruta es similar, incluso aunque nos vayamos al "monstruo" de 2,8.
Un detalle que casi me ha hecho decidirme es la accesibilidad al disco duro. Aunque el que trae de serie (320 Gb 7200 rpm), es como para no cambiarlo hasta que te jubiles, preveo discos de estado sólido y altísima velocidad (como los que ha presentado Intel) a precios asequibles antes del verano. Y entonces pegar el cambiazo será cuestión de un tornillo, no la tortura china que representaba el actual.
Por comentar un detalle, el punto más criticado de los nuevos ha sido la pantalla glossy. Tengo que decir que la mayoría de los que dicen tal cosa y lo descartan por ello, equiparándolo al iMac, no lo han visto y se equivocan. Los reflejos son infinitamente menores en el MacBook PRO que en el iMac. Probablemente debido a que la capa protectora, en los portátiles, NO es de vidrio, sino plástica, lo que reduce mucho ese efecto. A mi, en ningún caso me molesta, y correctamente calibrada, no tiene nada que envidiar a mi CinemaDisplay mate.
Así que nada... despachado el mio ya... esta tarde me pido el niño nuevo. Que no va a ser la única renovación... toca cambiar también el sobremesa "hackintoshizado", y el NAS casero (paso a una placa Atom, probablemente).
Manu1oo1