Os presento mi equipo portátil actualizado: un iPhone 7 128GB con la funda de piel en color negro, un iPad 2017 128GB Wi-Fi en una funda Khomo, y los AirPods, una auténtica maravilla de ingeniería.
El único pero que le puedo poner a los AirPods es que la calidad de audio no es la mejor, pero a cambio ofrece una experiencia de uso extraordinaria, llena de infinidad de detalles pensados para hacer muy fácil su uso tanto con equipos de Apple como con otros equipos con Bluetooth.
El diseño es fantástico. Las formas redondeadas de la caja hacen que puedas llevarlas encima sin que te molesten, el comportamiento de la caja como una batería adicional que recarga los AirPods mientras los tienes guardados hacen que su autonomía sea enorme, y la forma de los auriculares, que siendo similar a los EarPods, parecen estar diseñados con el molde de mis orejas, con una sujeción y comodidad irreprochables.
El sonido es algo más potente que el de los EarPods que vienen incluidos en el iPhone 7, pero no tiene mucha más calidad. Le falta brillo en los agudos, tiene unos medios bastante decentes y los graves no son para tirar cohetes.
Como manos libres con el iPhone es perfecto y lo voy a utilizar mucho en esa función, llevando únicamente uno de los dos auriculares para atender las llamadas... o para escuchar la radio por la noche en la cama.
El adiós a los cables en formato ultra compacto me parece una maravilla. Espero con ganas una próxima revisión de los AirPods mejorando su calidad de sonido. Hasta entonces, los voy a disfrutar muchísimo.