Pues hoy me toca crear polémica: Speed Racer me ha encantado.
Increíble delirio visual que reivindica la estética y cultura pop más chillona transformándola en un gran espectáculo. Aquí los Wachowski ni siquiera se han molestado en intentar agradar al público y han hecho lo que les ha dado la gana y como les ha dado la gana. Y precisamente por eso creo que esta peli disgustará a más gente de la que gustará. Quizá sea una incomprendida, quizá.
En muchos momentos parece que estamos viendo un comic en movimiento y con personajes de carne y hueso, pero además, para ser respetuosos con el original, conserva todos sus defectos y excesos, algo que hace que realmente tenga el encanto inequívoco de ese estilo tan pasado de moda. La pequeña historia de amor, los buenos y los malos, la familia, los gags del pequeño y el mono... al final todo son tópicos, simplezas y tontunas, pero yo lo he visto con los ojos de un adulto al que no le importa ser un niño durante dos horas, y me lo he pasado bomba.
Las carreras son un prodigio visual, vibrantes y coloristas hasta decir basta. Los colores simples y chillones hacen que sepas donde estas, en un cómic. Los protagonistas, solventes y un poco acartonados, como debe ser en cualquier peli que intente mantener el encanto del origen. La música de Giacchino, muy buena, como siempre. Este tío va a llegar muy lejos.
En fín, que quién quiera verla como una peli más se llevará una decepción, no cumple con lo que la gente mínimamente exigente esperaría de cualquier película. Pero esta no es una peli cualquiera, y quién sepa lo que va a ver y sea capaz de abstraerse hasta su infancia sabrá apreciar lo grande y bizarra que es Speed Racer.