Stallonismo (Sylvester Stallone)

No es tan buena como la I, pero no es una secuela que se cuele y tiene mucho gusto en casi todas sus vertientes.

Acorralado no es como el libro, ya. ¿Y? No por ello es menos acojonante.
 
Es que la 2ª parte está muy bien, lo que pasa es que en la primera mitad adolece en algún momento que otro (muy puntual, tampoco quiero pasarme de listo). Pero es una secuela arrolladora en sus últimos 45 minutos donde el montaje, dirección y exposición de elementos son clave para que la película luzca por sí misma.
 
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(Lock Up, John Flynn, 1989)​


Drama carcelario donde Stallone, una vez más, vuelve a enfundarse el rol del hombre de barrio (ese partido con los niños en la primera escena) que por una jugada de la vida debe cumplir parte de la condena que le queda en una de las penitenciarías más duras por un problema de difícil solución con el alcaide, un tío sádico interpretado por un Sutherland disfrutando con su personaje y siendo uno de los pocos aciertos de la película. A día de hoy podría verse como la hermana pequeña y telefilmesca de la obra maestra de Don Siegel "Fuga de Alcatraz" con la que guarda no pocos paralelismos.

Aquí el director es John Flynn, quien se le ha hecho vieja su película (y más aún su realización, cargada de un sinfín de estereotipos y clichés en abundancia). Cuatro escenas de acción más o menos decentes, con cierto brío en la cámara y que consigue hacer recordar los buenos tiempos del cine de acción del propio Stallone como la partida de rugby, la pelea en el patio (lástima que la rematen con una cuña dramática y encima a cámara lenta, pues hasta ese momento lograba ser lo mejor de la función y con creces) o la pelea de Stallone contra los policías donde se recupera la acción del apogeo del actor, viniendo después de rodar la tercera entrega de Rambo. Al igual que algún momento dramático con un mínimo como la muerte de Primera Base.


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Pero en conjunto es un filme pasado de moda que no acaba de congeniar del todo como filme dramático (es imposible no sonrojarse con ciertos planos y ciertas secuencias a día de hoy) y como filme de acción es muy pobre aunque haya intención de base y en el último tercio no funciona tan mal después de todo aunque se quede a medio gas. Cine hecho a finales de los 80, con el cambio de tono en el género y demostrando que Stallone empezaba a alejarse de su era más aclamada intentando adentrarse en otros estilos. Se volvió a contar con Bill Conti con una partitura un tanto parecida en ciertos momentos a Rocky y con Survivor para el tema principal. Con fotografía de Donald E. Thorin que intenta darle un tono frío y distante y rodeado de rostros secundarios típicos del cine de acción de los 80.

Y si bien es cierto a Stallone siempre le ha gustado darle a sus películas cierto toque dramático en este caso resulta cuanto menos risible e incluso cuestionable pues la credibilidad brilla por su ausencia aunque le quiera dar un giro final donde desee enfrentarse al futuro sin tener que huir. Las risas enlatadas en la escena de la ejecución hubiesen venido que ni pintadas. Cargada de frases morcilla ("Flota porque la mierda flota"), junto con un empaque que ya no tiene tanto tirón, "Encerrado" es un filme que desde luego no aguanta el paso del tiempo. A lo sumo carne de parrilla televisiva en canales de pago para una tarde desganada o un "Cadena perpetua" de segunda división.
 
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(id, Sylvester Stallone, 1982)​


Stallone volvía a dirigir la siguiente entrega de la saga donde comprende que si por algo mantenía el interés del público era por las escenas de acción con una pequeña historia dramática de superación. Aquí coloca al icono en lo más alto de su carrera pugilística, siendo vencedor absoluto en 10 combates consecutivos (el montaje paralelo entre la fama meteórica de Rocky frente a los combates de Clubber Lang como la bestia parda con furia en los puños y mala leche en la lengua) incluso permitiéndose el lujo de incorporar una secuencia más cómica que interesante donde otro astro de la lucha libre de la década de los 80, Hulk Hogan, hará acto de presencia. Claro está, se necesita un elemento emocional para darle razón a la historia y ese no es otro que que la muerte de Mickey y la razón de que Rocky ya no encuentra atractivo alguno en el boxeo.

Stallone comprende que el drama no es lo suyo y decide enfocar la película en la acción. De ahí que intercale pequeñas píldoras que implique la vida de Rocky (y sus familiares / amigos) con un montaje mucho más directo, mucho más activo y mucho más trabajado. La presencia de Mr. T es uno de los elementos fundamentales para que esta entrega resulte efectiva pues aún siendo un armario ropero con nulas dotes su presencia y sus escuetas frases cargadas de odio y rabia hacen que sea uno de los villanos más interesantes de toda la saga. Un personaje que no tiene familia ni amigos, no tiene nadie que lo represente, no tiene nadie que lo entrene: es un ser solitario que no soporta ser un secundario. Desea aniquilar a Rocky sea como sea y el primer combate es uno de los más encarnizados de toda la saga, donde los golpes y la violencia está expuesta de una forma mucho más visceral, mucho más drástica y sobretodo mucho más cruenta de lo que estábamos acostumbrados convirtiendo esta tercera entrega en uno de los títulos más acertados al respecto por innovar en la técnica y el estilo, con un boxeo más agresivo y mucho más letal.


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Survivor fue el grupo que convirtió el tema "Eye of the tiger" en un símbolo de agresividad, fuerza y superación. Al igual que Stallonte tuvo la genial idea de convertir a Apollo Creed en amigo y entrenador de Rocky (una especie de guiño similar a Mickey en la primera entrega de la saga), transportándolo a sus orígenes, dándole de nuevo la confianza, fuerza y entereza necesarias tanto para el personaje como para la trama. Quizás el montaje del entrenamiento no sea tan impactante como las anteriores entregas (la mítica de esa secuencia sigue estando en la primera) pero resulta cuanto menos entrañable ver a los dos enemigos convertidos en más que hermanos. El combate final funciona como un reloj recurriendo a un estilo bastante deudor de los cartoons de toda la vida pero inyectado en adrenalíticas escenas donde Stallone demuestra tener el don de dotar al conjunto de un empaque y una llamativa puesta en escena dignas de encomio, donde Rocky intenta recuperar lo que le han arrebatado (el título de los pesos pesados) y demuestra volver a ser la máquina letal con lo único que sabe hacer en la vida: golpear y mantenerse en pie.
 
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(id, Sylvester Stallone, 1985)

Es imposible obviar una cosa patente desde los primeros minutos y es que la saga empezaba a dar síntomas de cansancio y cierta dejadez en la trama. El primer tercio es casi una especie de sticom ochentera con happy family y robot invitado que intenta congraciarse con el espectador más complaciente y que encima le permiten pasearse por toda la película como si fuese un integrante más que ayudaba cuando en realidad aporta poco o nada. Las historias de superación han quedado un tanto enquistadas y que Apolo quiera enfrentarse al nuevo contrincante no rechina pero nada aporta pues acaba siendo un eterno bucle en la saga que interesa más bien poco aunque sea el desencadenante para que Rocky vuelva a ponerse en el ring, al igual que la escena de Rocky conduciendo y rememorando viejas escenas puede llegar a entenderse como viejas vivencias pero nada aporta realmente.

Pero desde luego no está todo perdido y hay un intento por parte de Stallone de seguir demostrando que aunque las partes emocionales y familiares se le dan muy mal (toda la trama con Adrian, Poly y su hijo no distan mucho de cosas como "Yo, el Halcón") todo lo que concierne a la acción confirman que sigue siendo alguien a tener en cuenta en la saga. Ayuda muchísimo un metraje reducido de apenas hora y media y el darle un tono y estilo videoclipero innovaba en la saga (hablamos también de los comienzos de la MTV) y ya no sólo por contar con James Brown como estrella invitada y su "Living in America" como una declaración de intenciones sino en todo lo que concierne a la BSO en particular de Vince DiCola y los temas pop en general contando con nombres propios como el propio Brown, Survivor, Kenny Loggins o John Cafferty con su tema "Heart´s on Fire" como el leiv motiv principal al igual que hizo el grupo Survivor con "Eye of the tiger" para la 3ª entrega.


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La entrega más patriótica hasta la fecha (desde ir con la bandera americana encima en todo momento hasta el discurso final donde todos se hermanan entre aplausos emotivos consiguiendo incluso que el propio Gorbachov se levanta y aplaude que haría reir al más pintado) no deja de ser un producto llamativo, con escenas bastante conseguidas pero siempre dentro de los únicos momentos que realmente funciona como es la pantomima entre Creed y Drago donde se demuestra el despliegue espectacular de América frente a sequedad fría de Rusia, el entrenamiento paralelo donde Drago es entrenado con la tecnología puntera de la época (pero sin obviar recurrir al dopaje) mientras Rocky entrena a la antigua usanza, con elementos naturales y ejerciendo el cuerpo en parajes inóspitos (el grito en lo alto de la montaña reclamando esa especie de venganza hoy queda un tanto desdibujado a su pesar) o la batalla final donde, aún volviendo a exponer los asaltos como ya sucedía en las entregas 2 y 3, Stallone demuestra que como director en ese aspecto defiende muy bien su posición.

"Rocky IV" fue un rotundo éxito de taquilla consiguiendo, además, uno de los contrincantes más recordados de toda la saga por su aspecto, fisonomía de gigante imbatible, lo que representaba su presencia para América y a su vez lo que concernía al protagonista convirtiéndolo en un rival al cual ajustar las cuentas en una batalla vengativa. Una especie de Terminator escupe frases casi monocordes y carentes de emociones pero que funcionaba perfectamente en su rol y en su cometido. Y a pesar de no aportar mucho más a la saga (en realidad, a estas alturas de la saga, está todo el pescado vendido) no deja de ser un blockbuster mucho más espectacular que las anteriores entregas en lo que a pelea se refiere y uno de los títulos más destacados made in los 80 que conseguía salir victoriosa en su cometido y en su resultado aunque con cada nueva entrega se alejasen más de la redondez perfecta de la primera entrega.
 
"I must break you."

Rocky IV:

Cuando descubres que a Rocky ya no le bastan las escaleras de su ciudad y tiene que subir una montaña.

Cuando descubres que la vida está hecha de un montaje de videos uno detrás de otro.

Cuando descubres que solo un robot puede amar realmente a Paulie.

Cuando descubres que Adrian va a venir de todas maneras a discursear y apoyar.

Cuando descubres que vete tú a saber lo que tradujo el ruso durante el discursito final.

Cuando descubres que James Brown mola y punto.

Cuando descubres que la paz mundial solo se consigue a hostias.

Cuando descubres que Briggite Nielsen es más robot que Dolph Lungren, y por tanto, Paulie tiene una oportunidad..

Cuando descubres que Sorel la recuerda demasiado.

Rocky IV: Cuando descubres muchas cosas... y ninguna.
 
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(id, John G. Avildsen, 1990)​


Como cargarse a un icono a ritmo de rancio rap

Después del mega éxito taquillero que fue la 4ª entrega y que en sí podría haber sido el fin absoluto de una saga que aún sin aportar mucha novedad en lo que a guión se refiere sí conseguía mantener el cine de acción en su máxima potencia consiguiendo, además, títulos al respecto muy recomendables los productores decidieron parir una entrega más, una que volviese a exprimir la gallina de los huevos de oro y volviese a atraer a las masas. Decidieron contar de nuevo con el mismo equipo que la primera entrega (director, compositor, guionista, actores, etc.) creyendo así que el resultado sería, cuanto menos, satisfactorio. Craso error y pifostio monumental desde el primer segundo.

Estamos ante una película que no ofrece nada nuevo, nada interesante, nada potente, colocando al personaje de Rocky en el punto de partida de una forma muy deplorable, haciéndole volver a los barrios bajos pero con todo lo que no necesitaba: cargado de problemas (no puede volver al ring debido a problemas cerebrales), quedarse en la más auténtica ruina por el típico caso de manager corrupto junto con la ayuda de su inepto cuñado, un hijo en edad de recibir estopa por los marrulleros del cole, convertido en entrenador (¿a alguien le interesa realmente ver a un icono del séptimo arte caer en el lodo sin nada que ofrecer?) y añadiéndole un par de villanos sin carisma y que son meros trozos de carne con ojos. Lo más triste del caso es que personajes que tiempo atrás se convirtieron en referentes dentro de la saga y consiguiendo una mítica trabajada y conseguida se transforman en secundarios que nada aportan (¡incluso Rocky acaba siendo un secundario!, ¿hasta eso hemos llegado?) y que se convierten en un tropiezo argumental.


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Una cosa es intentar innovar dentro de la saga como ya hicieron la 3ª y 4ª entrega ya fuese con la banda sonora o con técnicas mucho más acorde a los tiempos y otra muy distinta despojar al personaje de su esencia y quitarle el ring para convertirlo todo (personajes e historia) en un telefilme absoluto, carente de emociones y cargarlo de una realización monocorde, átona, sin apenas un simple momento de atención. Que Rocky golpee un saco por estar emocionado funciona como escena puntual pero no por mérito propio, que Tommy Gunn sea un chico de los bajos fondos que se convierte en una especie de ahijado protegido de Rocky tiene cierto sentido pero no aporta nada interesante (a pesar de que sus golpes como demostración sean llamativos y contundentes, lógico por otra parte al ser un boxeador real) o que aparezca Mickey con un Burgess Meredith en una especie de aparición en el flashback es emotivo pero está tan metido con calzador que chirría demasiado, volviendo a querer seguir forzando la máquina a base de reflejos y recuerdos de la primera entrega.

"Rocky V" es una nadería supina, un título sin nada que pueda defenderse y sin nada que ofrecer. Toda la subtrama con el hijo es de vergüenza ajena con un Sage Stallone innecesario, enchufado por apellido y que desvirtúa por completo la trama convirtiéndolo todo en una especie de filme social con el bulling de por medio que se resuelve a golpes para acabar convirtiéndose en el macarra del grupo, pendiente añadido (¡sus enemigos ahora son sus amigos!) y que rompe por completo un elemento fundamental donde en apenas unos meses el hijo crece sin razón alguna. Audrey nada aporta y Polie es puro obstáculo. Lo peor de todo es convertir a Rocky, un personaje esencial, en algo que nada interesa, nada atrae, un Stallone perdido y sin saber qué hacer con el apellido que le dio la fama y el estatus. Ya no hay nada en esta película que haga replantearse a qué aferrarse para salvarla porque no hay nada. Ni el propio Conti salva los muebles. Ya no digamos Avildsen que lo convierte todo en un producto de sobremesa cargado de tonterías y Stallone medio escribe un guión desganado con aroma a rancio y que visualmente, a día de hoy, es la entrega más vieja y pasada de moda sin ningún tipo de dudas.


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Aún pudiendo comprender que quisieron darle un toque novedoso, algo más callejero y conseguir una pelea final más física, más barriobajera lo único que conseguían eran golpes extraños, un montaje que ni el propio Lazarov permitiría con zooms imposibles, distorsiones de voz absurdas, guiños bochornosos a "Yo, el halcón" (ese hijo aparecido de la nada vitoreando a su padre con una cámara epiléptica) y apariciones marianas de Mickey que desvirtúan por completo la mítica de la pelea en sí mismo. Un montaje desastroso, una ausencia por completo de lo que Rocky representa y un cúmulo de chorradas varias que hacen que Gunn no sea rival posible, que no tenga mítica alguna y que acabe todo como si estuviésemos en una especie de Callejeros en las 3.000 viviendas dejando a Rocky nadando en el fango más repulsivo y destrozando en hora y media lo que se consiguió en muchos años. Por suerte para todos (y la saga en general y el personaje en particular) hubo una entrega más que enmendaba el error. Porque de no haber sido así la idea original de Stallone era lo único que salvaría de la quema todo esto: matar el icono.
 
La idea era muy buena, devolver a Rocky a la calle de la que salió, convertirle en entrenador y que haya una crisis con un hijo que se ha criado en un ambiente diferente y se ve postergado por su pupilo... Pero está hecho de pena. Penita pena.

Conisguió lo mismo con mucha más habilidad en Rocky 6.
 
Exacto. Pero aunque puedo llegar a entender lo que dices, en serio, la parte del hijo sobra por completo porque está tratado en plan "TEO se cabrea con su padre". Lo de que vuelva a sus orígenes, pse, nostamal (y seguro que en el guión molaba más) pero es que en la peli, como bien expones, da mucha pena. En serio, no creí que fuese tan pésima. Tanto. No así.

Para mi, tal como está esto, la 6ª sigue tras la 4ª. La 5ª para mi no existe. No hay nada ahí que me haga recordar o reconocer a Rocky. Si hasta le llaman Rocko. Es la marca blanca de Rocky. :cuniao
 
Yo la vi en el cine de estreno y pagué por ella, así no que no me llores... :p

La 5 no es que no exista, existe... Pero es la secuela apocrifa que hicieron los rusos con nostalgia comunista tras la cuarta... así que ni caso. Rocky ya les demostro lo que vale en la sexta, la autentica secuela a la cuarta. Eso o la rodó el robot de Paulie. Ambas explicaciones me valen.

PD: "Lo hizo un mago" también vale.
 
Soy muy fan de la saga y tampoco puedo con la V.

Sólo la he visto una vez cuando salió en VHS, pero dejó una prifunda mala impresión en mi.

Desde chiquitín mi favorita siempre fue la IV.
 
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(id, Stephen T. Kay, 2000)​


Después de haber entregado a las masas "Copland", la que podría considerarse su mejor película y una de sus mejores actuaciones, decidió contar para su siguiente película con el remake de "Asesino implacable" de Mike Hodges y fue este nefasto título el que dio comienzo a una colección de productos que iban hundiendo cada vez más en el lodazal de la vergüenza ajena la carrera del actor. Stephen T. Kay dirige una historia con un guión que son cuatro esbozos mal desarrollados, con una realización realmente poco trabajada y que aún intentando conseguir cierto aire del cine británico lo único que consigue es un estilo pasado de moda con técnicas en la cámara que es el horror hecho película y con un Stallone en horas demasiado bajas aunque intente darle cierto cambio de registro a su carrera pero sin apartarse de lo que le hizo famoso que es el cine de acción.


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Contamos con un Michael Caine que da vergüenza verlo (otro de esos títulos que aceptaría seguramente para pagar algunas facturas pendientes), Alan Cumming irritante y cargado de tics junto con un Mickey Rourke en horas aún más bajas intentando que alguien le dé de comer en un Hollywood que no perdona. Una película que se pierde en idas y venidas para que el protagonista reclame justicia y venganza por un hermano muerto siguiendo pistas mientras los diálogos de besugo pueblan la película y todo acaba como el rosario de la Aurora en apenas un par de escenas de acción poco trabajadas (cuanto menos inspiradas) y con un rostro castigado que pierde por completo la mítica presencia que tuvo en tiempos pasados. Rutinaria, poco atractiva y sumamente aburrida, "Get Carter" pasa a ser uno de tantos títulos que deparó la carrera de Stallone en la década del 2000 que uno simplemente contempla por completismo cíclico.
 
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(Nighthawks, Bruce Malmuth, 1981)​


Después del éxito conseguido con "Rocky 2" y antes de embarcarse en "Acorralado", Stallone protagonizó este thriller de acción de comienzos de los 80 pero con aroma a las películas policiacas de los 70, siendo Mamet el que venga a la memoria debido a que su personaje sea muy semejante tanto en físico como en ideales a Serpico. Un veterano de guerra de Vietnam (ironías de la vida) que duda a la hora de apretar el gatillo cuando hay inocentes de por medio. Una buddy movie que podría decirse el inicio o el pistoletazo de salida a todas las películas de compañeros a la cual le deben mucho títulos tan famosos como "Límite: 48 horas" o "Arma letal" entre otras.

Lo curioso del caso es que esta película iba a ser en principio la tercera entrega de French Connection, con Richard Pryor como compañero de Gene Hackman pero por problemas con el actor quien no quería volver a interpretar al personaje fue David Shaber (el guionista) quien aprovechó la historia, la cual estaba originalmente basada en la historia de Carlos, "el Chacal", para darle nuevas situaciones. Otro de los problemas es que el director inicial, Gary Nelson, dejó la película y fue substituido por Bruce Malmuth. Y lo más curioso del caso es que fue el propio Stallone, conocido en el gremio por ser alguien que se involucraba demasiado en sus películas, quien dirigió la parte de la persecución en el metro (la más acertada de todas por otro lado) pero sin poder ser reconocido por ello debido a problemas con el sindicato de actores quienes eran muy estrictos al respecto.


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"Los halcones de la noche" es una película con una estética sucia, lograda al respecto, donde se intenta plasmar los peligros de la noche, al igual que la dirección es concisa y seca al mismo tiempo, sin perder el tiempo. Por un lado tenemos la presentación de personajes, donde la pareja de policías (Stallone muy entregado aunque no sea de sus papeles más destacados y un agradecido pero desaprovechado Billy Dee Williams) patrullan las calles sin importarles jugarse el cuello cada noche para acabar con la delincuencia en las calles mientras un terrorista escurridizo, frío y letal (interpretado por el siempre eficaz Rutger Hauer en su primer rol en América) va sembrando el terror en distintos lugares del mundo. El actor resulta extremadamente convincente en su papel siendo el que se llevara todas las críticas positivas al respecto. La escena donde coquetea con una dependienta mientras coloca la bomba bajo el mostrador es una de tantas píldoras donde se plasma la frialdad cruel del personaje.

La película funciona muy bien con un ritmo conciso, sin irregularidades y cediéndole poco protagonismo a personajes que pueden entorpecerlo (el caso de la ex de Stallone) dejando que la primera parte sea la presentación de los personajes, los motivos de sus actuaciones siendo el montaje paralelo del adiestramiento policial mientras contemplamos el modus operandi del terrorista, junto con pequeños episodios de la policía en acción como la primera escena con los delincuentes callejeros o la redada en el piso de los traficantes de droga dejando que sea la segunda mitad la más activa y la que concatene las escenas de acción comenzando con la escena de la discoteca, concisa, seca y de la cual no me extrañaría que directores como Michael Mann copiase para sus películas siguiendo con la persecución en la citada escena del metro donde la tensión, el montaje y la planificación es perfecta, jugando en todo momento con la acción bien expuesta y demostrando que Stallone podía tener las dotes para la dirección del género (el corte en la cara es uno de los momentos más logrados de toda la película).


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Según cuenta el propio Stallone, los montadores acabaron recortando parte del metraje y dejando las partes más violentas fuera, dejando entrever que era un final mucho más sangriento y bastante semejante a "Taxi Driver". Igualmente es un final más que convincente con lo expuesto donde el golpe de efecto resulta efectista y a pesar de contar con un montaje abrupto y un tanto extraño (más que confuso) denota la animadversión entre los dos actores (Stallone / Hauer) debido a problemas de ego por parte del primero. A fin de cuentas, es un enfrentamiento sin remilgos, sin añadidos que puedan molestar o entorpecer el tono de la película y sobretodo de la parte final. Tristemente no fue el éxito de taquilla que se esperaba de ella, no así las críticas que fueron bastante positivas. Cierto es que aún siendo un título menor en la carrera de Stallone la película funciona muy bien y demuestra que a pesar de haberse encasillado en un único rol productos como este consiguieron ser ese pequeño grupo de títulos que sí tenían validez por sí mismos debido a una conjunción de elementos bien avenidos y sobretodo bien realizados.
 

¿El qué, compadre? Me acordé de ti mientras la veía porque sé que a ti te hacía tilín (la peli, claro) y en tu última crítica la pusiste muy bien. ;)

Lo cierto es que la peli está muy bien y puede pasar a engrosar parte de la lista (escueta) de títulos que valen la pena de Sly como actor. Uno sabe sus límites pero dentro de esos límites aquí está bien.

¿Y no habrá director's cut algún día?

Molaría mazo pero no sé yo... ojalá, que aquí uno que firmaría.
 
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(id, Sylvester Stallone, 2006)​


Después del despropósito que fue la 5ª entrega y dejando al fan de la saga con un mal sabor de boca Stallone decidió, 16 años después, darle otro final tanto a la saga como al icono y no pudo hacerlo mejor. Para empezar "Rocky Balboa" es un homenaje al personaje, un homenaje a la saga como tal, un guiño perfecto a la nostalgia de un tiempo y unas vivencias. Sin ir más lejos los primeros minutos tratan sobre como Rocky revive y rememora los buenos tiempos con Adrian sin importarle como los lugares cambian pero él no: la pista de patinaje está completamente destruida, el barrio rezuma cochambre, la tienda de animales está cerrada y hasta arriba de mierda e incluso la pared donde Mickey ostenta los guantes de boxeo está destrozada. Incluso su cuñado Polie, un clásico perdedor que vive amargado, le espeta que todos nos hacemos viejos y que vivir del pasado no ayuda pues hacerlo a uno le hace daño en uno de los muchos momentos emotivos que contiene la película.

Porque Stallone sabe que si quiere hacer una entrega más de su personaje más recordado (con permiso de Rambo) es hacerlo con humildad, con sencillez, con respeto y con el corazón. Y eso es lo que consigue plasmar en todo momento. Sin ir más lejos aquí no se trata de contar con villanos con presencia, ni de acabar con el contrincante. Ni incluso una trama cargada de excesos ni filigranas visuales. Aquí lo que se trata es de respetar a un personaje viejo pero no cansado, un personaje mayor pero que aún tiene mucho que decir, sobretodo encima del ring. Un padre que necesita reconciliarse con su hijo. Porque el drama de la historia sirve como preámbulo o punto de partida. Adrian, el puntal de Rocky, ya no está pero sigue presente en todo momento, ya sea en pequeños flashbacks o en fotos que adornan las paredes de Adrian's. Incluso el estar al lado de Polie, aceptarlo como es y tenerlo a su lado es, en cierto modo, seguir manteniendo esos lazos de unión.


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La película es, en sí, un canto de cisne para el personaje. Un interés sincero de cerrar un círculo como no supo hacer la anterior entrega. Un claro ejemplo de que aún se puede sacar una buena historia de lo que ya está visto y vendido. Stallone logra, por fin, conseguir plasmar el drama de la vida diaria de una forma que cuadre y cuaje, sin necesidad de tonterías superfluas y con diálogos sentidos y emocionalmente trabajados (el speech a su hijo en la calle es el mejor de toda la película y que en parte es una clase real de que la vida no regala nada y que no hay sombras alargadas que pueden entorpecernos sino que aquí funciona y nos mantiene lo que nosotros hagamos por hacer que la vida funcione). Pudiendo haber caído en la planicie o en un más de lo mismo, el resultado es un producto digno, un adjetivo que no está puesto de forma baladí. Porque Rocky es una parte importante de la nostalgia, un hombre que como muchos de nosotros le es imposible dejar atrás el pasado, olvidar lo que uno ha vivido y aunque uno tenga que seguir adelante le es inaceptable obviar lo que uno ha vivido.

Una historia de superación (una vez más) que rinde un homenaje sencillo pero sincero a la esencia de la primera entrega pero demostrando que Stallone puede (cuando quiere) conseguir un propósito determinado. Porque si lo bueno ya funcionaba, ¿para qué cambiarlo? Ahí se demuestra la valía del actor tras la cámara. La película es pausada pero no lenta, es tranquila pero enérgica, sin necesidad de recurrir a píldoras de acción pues no será hasta la escena final donde volvamos a ver al potro italiano en el ring. Y no para batirse en duelo ni demostrar que es el campeón. Todo lo contrario. Aquí de lo que se trata es de volver a demostrarse, una vez más, que no todo está acabado. Que no se está muerto del todo cuando aún queda un combate más para demostrarse a uno mismo que aún se puede. Una especie de cuenta pendiente consigo mismo. De ahí que en parte el contrincante no tenga la mítica de Drago o Mr. T, ni haya hostilidad entre los dos púgiles.


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Sin ir más lejos la película sigue los pasos y constantes de la primera entrega. Unas constantes para el personaje y la trama. El hombre sencillo, humilde pero de buen corazón que se subió al ring para demostrar(se) que él también podía. En la primera parte para conseguir demostrar que él podía mantenerse en pie hasta el final y en esta para demostrar que aún puede/necesita boxear. El final, el resultado, el saber quién es el ganador es lo de menos. Como decía el slogan: "Nada ha acabado hasta que uno siente que ha acabado". Y con Rocky/Stallone eso se confirma. Pero si le metemos filigranas visuales como la fotografía en blanco y negro con la sangre en color para resaltar la contundencia de los golpes o cámara lenta para realzar los movimientos que modernizan y ponen al día los combates de toda la vida (aunque en parte sean un tanto deudores de la cuarta entrega) conseguimos un espectáculo de primera orden y de funcionalidad excelente.

"Rocky Balboa" es un filme funcional desde el primer instante y que erradicó por completo una sensación que la saga no necesitaba con la quinta entrega. Una demostración de que con trabajo, esfuerzo y respeto Stallone podía conseguir un filme de corte clásico, minimalista en algunos aspectos pero espectacular cuando el producto lo requiere. Incluso una subtrama que podría haber quedado chirriante o molesta como el reencuentro con la pequeña Mary (y su hijo) vuelve a demostrar la calidad humana del personaje y una plasmación de que la familia es lo primero aunque no pertenezcan a nuestros lazos sanguíneos. Sly es un amante de lo clásico a fin de cuentas. De ahí se desprende que se vuelva a contar con Bill Conti y que consiga una partitura que emule los viejos tiempos (gloriosos en otra medida aunque la miseria siguiese estando presente) para conseguir una partitura modélica, emotiva y renovada para el leiv motiv principal, donde el montaje del entrenamiento sea lo más logrado de toda la película. Porque hay cosas que nunca cambian. Y Stallone lo consiguió.
 
Es que esa escena es la más emotiva de todas y aunque pueda parecer al pronto un poco ñoña es totalmente acertada por la forma y sobretodo por el fondo.
 
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