Atreyub
En busca y captura
(The Expendables, Sylvester Stallone, 2010)
Después de cumplir con sus dos iconos cinematográficos (Rocky y Rambo respectivamente) de forma respetuosa y con un estilo agradecido, Stallone logró salir del debacle tanto como actor como director ganándose, como mínimo, la aprobación del público y la crítica. Pero estaba cantado que una vez finiquitadas las dos cuentas pendientes iba a volver, tarde o temprano, al redil del cine de acción puro y duro. Y sin pensárselo dos veces decidió subir la puja con una osadía impensable: reunir tanto las formas como el fondo de un género y complementarlo con una colección de apellidos, viejas glorias del pasado junto con la próxima generación.
Pero una cosa es querer plasmar un homenaje o incluso resucitar un cine que sigue dando qué hablar 30 años después y otra muy distinta creerse que lo estás haciendo bien. Para empezar la estructura narrativa es pésima siendo un conjunto de situaciones comunes mil veces vistas que poco o nada ofrece más allá de descubrir a qué título pertenece en la filmografía del actor y que podría resumirse como una colección de destellos basados en Rambo + Demolition Man + Cobra e incluso si se me apura Tango y Cash. Incluso aún pudiendo resultar como el logro definitivo de reunir en pantalla a los tres actores que resumen una época / un tipo de cine (Stallone - Willis - Schwarzenegger) en una iglesia como si a de una veneración se tratase lo cierto es que hay muy poco que rascar en esta película.
En sí no es porque "Los mercenarios" no exponga lo que propone ni porque no se reconozca. Al contrario. Stallone intenta modernizarlo con nuevas técnicas y nuevos formatos que beben precisamente de la actualización a la que fue sometida la última entrega de Rambo, con una acción mucho más violenta, seca y salvaje, con gran explosión de hemoglobina añadiéndole artes marciales, lucha libre, cine de tiros y explosiones para contentar a los fans menos exigentes y los espectadores más complacientes. Un guión nulo que va a trancas y barrancas sin nada a lo que aferrarse ni como reunión de colegas pues estos, en vez de aprovechar el material, se dedican a soltar estupideces y diálogos estúpidos. Porque otro de los fallos es que se toma en serio a sí misma de una forma que no era necesario, sazonándolo todo con frases rimbombantes y poco agradecidas siendo el cenit el monólogo de Rourke que lo único que consiguió fue una frase convertida en lema.
Alguna escena suelta con cierto resultado convincente (la última pelea en montaje paralelo donde sirve como resumen de un tiempo pasado con la cara lavada / Statham demostrando que tanto sólo como acompañado es la salvación del género / el avión arrasando con todo, lástima de una pirotecnia poco convincente) pero que a groso modo Stallone desperdicia lo que tiene entre manos sin un personaje medio decente ni acertado, un villano poco o nada solvente (cuanto menos agradecido) y una realización torpe para un actor en horas (muy) bajas. Lo extraño del caso es que visto desde fuera, con el tiempo pasado, "Los mercenarios" deja a uno la extraña sensación de que en manos de otro director solvente, con aptitudes para ello y con la dosis justa de acción, comedia y entrega junto con un tono más desenfadado podríamos (y recalco la palabra) estar hablando de algo no bueno pero si pasable. Por desgracia, en este caso, no lo es.