- Ya está. Primer visionado al canto. No será el último. Sábado 21:00h en el centro comercial de
"La Maquinista". Grupo Cinesa. Aplausos encendidos al aparecer de repente:
"Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana". Empieza el cuento. Sí señor. Estamos otra vez en casa con el sabor de aquella historia que nos contaron de pequeños y que hemos vuelto a recuperar. Sensación especial. Palomitas. Coca Cola. Silencio. Expectación. Ni Blu Ray. Ni Home cinema ni demás puñetas. La gran pantalla. La experiencia colectiva de compartir.
En esta época de diversificación de divertimentos, en la que cada vez más disfrutamos de nuestro tiempo libre sin cruzar la puerta de casa, cual ermitaños de la alta tecnología, da gusto reencontrarse con el gran cine en el que todos juntos disfrutamos de un espectáculo. No necesitamos hablar entre nosotros, solamente saber que estamos allí. En grupo. Durante algo más de dos horas, el cine vuelve a ser un vehículo social de distracción y movilización de masas y no la sala en la que cuatro gatos todavía fieles a su magia siguen congregándose cada vez menos causando la desaparición de los antiguos cines en favor de la tiranía de las multisalas...
Ya lo habéis dicho casi todo. Así que se hace difícil aportar algo nuevo. Sin embargo para mí la película ha sido un "SÍ" en toda regla. Me ha gustado la sensación de
"realidad" que transmite y que eché tanto de menos en las precuelas de George Lucas. Me refiero a sentir que no estamos delante de una pantalla verde enfrentados a CGIs aquí y allí. En este filme volvemos a recuperar la sensación
"física" de que la historia está pasando. Notamos el polvo, la suciedad, el sudor de los personajes. El desembarco de los stormtroopers al comienzo es un auténtico desembarco de pobres soldados, de machacas que en su mayoría van a caer abatidos en combate. Vemos su nave vibrar y traquetear con el movimiento y las explosiones. Se palpa el riesgo de la misión. Se palpa el miedo de muchos, no sólo el de Finn. Son soldados de un futuro inventado, pero podrían ser de cualquier época, de cualquier ejército del siglo XV o del I a.C. La guerra es la eterna constante de la historia y me creo ese desembarco y que hay gente tras esas armaduras. No es ciencia ficción. Es la vida.
Son reales las naves, la chatarra del Halcón Milenario, las bases de la Resistencia y de la Primera Orden, los fusibles que hay que cambiar cuando se estropean. Los cables chamuscados que invaden el tablero de mandos. No es una tecnología perfecta más allá de la imaginación, sino la mecánica que podríamos ver en
"Mad Max" y en cualquier película bélica clásica cuando los tanques se paseaban por Europa escasos de gasolina. Por tanto, tenemos personajes de carne y hueso en un entorno tan veraz y sucio como el de la vida misma. Y por eso también la filosofía de los Jedis, a pesar de sus virtudes, de su apuesta por la paz y el equilibrio no es perfecta y sus alumnos se corrompen y poseídos por el miedo prefieren tomar el camino más corto y pasarse al lado oscuro. Ni los Jedis, ni los Sith, ni la orden de los caballeros de Ren son superhéroes infalibles, sólo personas, que en un momento determinado apuestan por la paz o por la guerra, aprovechan las oportunidades y también se sienten derrotados y se esconden en islas solitarias, cuando se sienten fracasados como maestros. No hay ni bien ni mal absoluto, sólo matices. No estamos ante Supermán y Supervillano de una sola cara, sino ante personas complejas más o menos buenas o más o menos malas. Esta es para mí la principal virtud de la trilogía clásica y de ésta nueva que justo ahora comienza: el tratar de personas y sus motivaciones en un futuro que podría ser también cualquier época de la historia.
Entrando más en detalle, me ha gustado la inclusión de los personajes originales. Harrison Ford, al menos tal y como se ve en esta película no está físicamente como para protagonizar un Indy V. Viéndole aquí, yo propondría un guion en el que el Dr Jones (Harrison Ford) recuerda una aventura pasada o bien se ve forzado a cerrar una aventura pasada en el presente y en el que haya un largo flash back, prácticamente todo el filme, protagonizado por otro actor ambientado en los años 30 o 40. Ford podría aparecer al principio y al final y alternar su presencia durante el metraje en momentos puntuales con la del otro actor, recordando vivencias pasadas y ello servir de carta de presentación para un Indiana Jones VI esta vez protagonizado en solitario por el nuevo actor. El final de la película sería alguien preguntándole al Dr. Jones: "Entonces ¿Esa fue su última aventura Dr Jones" y Ford nos regalaría un primer plano socarrón con esa sonrisa torcida suya marca de la casa, en la que se intuyera que todavía quedan muchas historias por narrar.
Me ha gustado volver a ver el Halcón Milenario por dentro. Por unos instantes la consola con el juego de ajedrez que aparece en
"Star Wars IV: Una nueva esperanza" y (y aquí apelo a los que os fijasteis bien o a los que la habéis visto más de una vez) ¿fue mi imaginación o Finn cuando está en la cabina de mano del Halcón recoge del suelo una de las bolas animadas con las que Luke se entrenaba con los ojos tapados mientras probaba el sable láser?. Me ha gustado la trama de Han y los frikis del
"KanjiKlub" que se querían comprar entre todos un monstruo. Me recordaba a nosotros mismos en el Foro. Podríamos haber sido nosotros en el futuro pagando a un contrabandista legendario para que nos adquiriese uno de esos letales juguetitos como nueva mascota del Foro (con el permiso de Carmen de Mairena claro)
. Pienso que Han Solo ha sido tratado con respecto y emotividad. Que su reencuentro con Leia conserva el sabor mítico de la trilogía clásica y que tanto Han como Leia han sabido siempre que su hasta luego antes de embarcarse en una misión podía equivaler a un adiós, como sucede finalmente en esta ocasión.
El final de Han Solo es consecuente con su modo de vida. Riesgo. Él sabe cuando cruza el puente para intentar recuperar a su hijo que no hay retorno. Desde que su hijo abrazó el lado oscuro le ha visto y oído historias de su crueldad pero qué padre no intenta rescatar a su hijo cuando éste confundido ha causado mal a los demás y a sí mismo, pase lo que pase. Su sacrificio final es su último intento, su última partida de cartas. Casi todas las cartas le son contrarias pero a veces uno tiene un as escondido y hay que jugárselo el todo por el todo. Con su muerte aunque consigue que Ben Solo desaparezca para siempre consigue también que Rey, quien ya ha empezado a usar poco a poco sus poderes, tome conciencia de la fuerza y se convierta en la necesaria rival de Kylo Ren para restaurar el equilibrio de la fuerza.
Hemos dicho que esta película era un filme de personas. Las personas pueden huir y rechazar su destino pero tarde o temprano deben volver a acometer aquello que se les da mejor. No nos sorprenda que al final aparezca de nuevo Luke. Un Luke envejecido y devastado por su fracaso como maestro pero al que no le va a quedar más remedio que empuñar de nuevo la espada. Podemos huir y olvidarnos de nosotros mismos unos años pero al final nos tocará hacer lo que tenemos que hacer. No hacían falta palabras en ese plano final. La mirada de Luke al ver a Rey y la espada valen por todo un discurso. El círculo de completa. El alumno que fue maestro y fracasó deberá ser maestro de nuevo. Qué más nos queda. Sólo aventuras.
Se ha criticado que en el guion muchas cosas pasan porque sí pero en qué historia y en qué vida eso no sucede. La espada oculta en el cofre del pirata en la cantina puede ser una casualidad pero no fue Bogart quien dijo en otra cantina no menos mítica aquello de:
“De todos los bares del mundo, tuvo que venir al mío” y mira que había bares en el mundo y sin embargo, Ilsa y Víctor Laszlo llegaron precisamente también en una época turbulenta y falta de esperanzas, al único bar de todos los posibles en los que podían encontrar lo que estaban buscando ¿De qué nos sorprendemos entonces?
La vida es la suma de las grandes casualidades. Sólo es necesario seguir las pistas que nos ofrecen nuestros ángeles de la guarda, aunque estos tengan la forma de dueños de café en la Casablanca de 1942, contrabandistas acodados en la penumbra de un bar o de pequeños robots perdidos en las dunas de un desierto en una galaxia muy lejana.
Y como yo no sería yo sin un apunte humorístico, tras la seriedad, dos elementos que me extraña mucho que ningún Forero haya comentado. Damas y caballeros, cómo han podido pasar por alto lo siguiente: