Moore es lamentable para los diálogos, no cual no quita que sea excelente para todo lo demás, aunque con los años, ha sabido corregir errores y aprender a ser más sutil. Creo que es evidente que lo que se trata ese párrafo es, como pone el propio Vigalondo en otro post: "Permitir que un personaje sentencie el sentido último de la obra. Algo que es peor que feo, incluso peor que aburrido: Es cobarde."
No es que no tenga ni pizca de humor (lo del superhéroe alcóholico es genial), lo que pasa es que os toca la fibra sensible: que todas las peliculas de superhéroes que van de adultas son arquetipos proyectados de fantasías masculinas adolescentes, con su filosofía de primer curso, su voluntad de poder, la violencia como virilidad mal entendida, el humor de gracioso de la clase, su irresponsabilidad y falsa libertad, su homosexualidad latente y su tendencia pulp a racionalizar lo que no deja de ser una fantasía de tíos en licra dándose tollinas.
Hemos dejado que el cine de superhéroes haya caído en un esquematismo tal que cualquier paso fuera de este nos parece una genialidad, cuando debería ser norma. El problema es que la mayoría de esos pasos se hacen hacia atrás: mientras Snyder adapta Watchmen, en el mundo del comic, Ellis lleva casi 10 años con The Authority publicado. Los modelos de superhéroes actuales provienen de esa supuesta dignificación del cómic, pero pasados literalmente y sin pestañeo al cine. Ignorar los modelos superheróicos post-Millar es perder mucho tiempo en hacer cosas que el comic ya ha adelantado hace años. Por eso, no me extrañaría nada que el cine de superhéroes acabase mutando en LIedfelds y Bendis, porque, despues de todo, si los modelos actuales son reflejo de los ochenta (con su reganismo rancio), ¿porque las peliculas de los próximos años no pueden ser reflejo de ese culto al macho pajero de los 90? Creo que eso mismo denuncia Vigalondo, con muy buen ojo.