Respuesta: Sidney Pollack
(The firm, 1993)
Uno de los clásicos del género que no tenía el gusto de conocer (¿sabéis de esos títulos que crees haber visto y cuando vuelves a visionarlos te llevas la sorpresa que sólo has visto escenas sueltas? Pues este es uno de esos casos). Pollack siempre ha sido un director muy comedido, su forma de dirigir es muy clásica, a la antigua usanza, con planos largos y sin mucho altibajo, manteniendo el interés en su justa medida y contando con actores en estado de gracia, logrando sacar siempre lo mejor de ellos.
En este caso recurrimos a una de las famosas novelas de John Grisham (The Firm) con una historia muy trillada - la típica historia de abogados corruptos asociados con la mafia, asesinatos misteriosos y el clásico abogado ambicioso pero con ciertos principios que se verá metido en una trama policiaca. Pues bien, Pollack recurre a dos horas y media de metraje que si bien es cierto la película mantiene el interés porque la trama está creada para ello una media hora de menos le vendría de lujo.
Pollack consigue controlar a un Cruise entregado, cuando empezaba a despegar (dentro de su dilatada asociación con Paramount) ofreciendo un rol esmerado, llamativo y a la vez interesante. Aparte de contar con un Hackman que si sólo saliese sentado leyendo el catálogo del Lidl seguiría sorprendiendo. Consigue crear empatía con su clásico papel de ambicioso honrado. Sin olvidarnos de un Ed Harris creíble en un rol que no desluce pero tampoco entorpece el metraje, una Hollye Hunter en el típico papel de chica tonta que es más lista que el hambre (y que a Hollywood siempre gusta nominar). Hasta Gary Busey convence - histriónico como él solo. Quizás la que menos me funciona es Jeanne Tripplehorn, no sé porqué pero no logra convencerme del todo con ese rol tan de los 90.
La película pone las piezas sobre el tablero de una manera correcta, sin altibajos, manteniendo la atención frente a ese bufete de abogados de normas tradicionales un tanto extrañas. Como siempre poco a poco todo irá dando pie a intrigantes asesinatos, casos de estorsión, mafia, subtramas casi de espionaje e infiltrados (con resultados un tanto dispares empleando en según qué momentos un montaje un tanto atropellado) para dar paso a un tercio final donde Pollack pone toda la carne en el asador: Cruise, como siempre, corriendo y esquivando como sólo él sabe hacer, escenas de acción bien resueltas, planificación bien montada y un final un tanto acomodado a la sonrisa feliz.
Un filme interesante que emplea una BSO de lujo, con el ritmo adecuado y que consigue crear ambiente sosegado junto con suspense creíble consiguiendo uno de los títulos más correctos que haya visto en los últimos tiempos aún con sus fallos característicos del género y la época. Recomendable.