Ahora sin coñas, yo creo que Proof es tan cabrona e inteligente que algunos espectadores pueden llegar a ver una crítica justo donde otros observan una loa. A Tarantino le encanta jugar con nuestros prejuicios...
Por supuesto! Igual que esta última tampoco es inequívocamente una loa a sus protagonistas y cómo piensan y actúan. Es lo mejor de no ser propagandista, la lástima es este festival de antis y pros (de la causa, no de Tarantino) que han ensuciado la reacción a la película.
Estoy de acuerdo; una película tan rica y maravillosamente compleja como ésta no se merece que nadie se la intente apropiar para reafirmarse en sus prejuicios. Es una obra de arte valiente y rebosante de sinceridad que intenta encontrar (infructuosamente) la verdad en medio de océano de dudas; Tarantino trata de comprender sus propias contradicciones (y las nuestras, claro).