Respuesta: BATMAN 3
El desarrollo del villano queda muy bien en las cajas de cereales, porque es algo con lo que es fácil quedarse por contraste, porque llama más la atención... pero la tirantez entre héroe y villano nace de su conflicto, y en todo caso, de que el villano sea una imagen distorsionada del héroe.
Lo que pasa es que es un cliché que ya aburre bastante, el "somos dos caras de la misma moneda", "tú y yo no somos tan distintos"... requetevisto hasta el nivel de haberse convertido en una fórmula. La mayoría de comics de superhéroes ya pasaron de eso en los ochenta, y actualmente hay un tipo de villano mucho más aterrador: el que actúa con independencia de su relación del héroe. Un tipo de villano para un mundo post 11-S, donde El Mal no se ve venir, ni se inmuta, un Mal inevitable; algo en lo que la habitual imagen maniquea del cómic anterior no podía reflejar. Como los cómics van siempre por delante del cine (un medio mucho más farragoso, lento y, digamoslo ya: cateto) cogieron esa realidad al vuelo, pero el cine se ha limitado a recoger simbolismos penosos y fábulas simplificadoras. No es raro que Hollywood no lo haya entendido... nunca entienden nada.
Los villanos nos gustan porque nos ponen en una situación moral: apreciamos su estilo (hay todo un estudio sobre la evolución de villanos arquetípicos en Hollywood, como por ejemplo, que en los noventa fuesen interpretados por actores ingleses y fumasen, una forma de hacerlos cool) pero esa empatía se diluye con sus acciones. No nos gusta el rol del héroe porque sus convicciones siempre son claras y consistentes. El asunto es que la ficción ya hace tiempo que ha pasado de eso en muchos ámbitos, y los héroes ya no son tan buenos ni los malos son tan malos.
Una de las cosas que más fascina a la gente de Batman es, precisamente, su dificil posición moral: ¿actúa por venganza o por justicia? ¿está loco o es el único ser racional? ¿Autoimponerse el no matar a los enemigos no le da cierta desventaja?
Un caso muy bueno, aunque sea de manga, es el Doctor Tenma de "Monster", que por obligación moral se cree responsable de haber creado a un psicópata y cuanto más avanza, menos parece ese psicópata relacionado con él; y se promete a sí mismo no matar, sabiendo que el psicópata no descansará si no es muriendo. Es la misma situación a la que Batman y Joker llegan en "La broma asesina" o "Dark Knight returns"... y en la obra de Miller, Batman finalmente comprende: la única manera de vivir su condición es en anarquía.
Si de verdad quieran romper los esquemas de flims de superhéroes, que se dejen de milongas y adapten el Animal Man de Grant Morrison... el picuetismo que podría provocar esa película sería antológico.
Yo eso se lo dejaría a Lindelof y Cuse, solo esta escena sería de morirse de gusto: