Respuesta: THE GIRL WITH THE DRAGON TATTOO (Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres) de David Fincher
Todo eso puede estar genial pero luego rodado como el culo, interpretado fatal, con unas localizaciones horribles, una música pésima y un montaje inadecuado... y será una mala película.
Suscribo la opinión de Lerink. Y a riesgo de repetirme, porque esto ya lo hemos discutido mil veces (y mil veces más volveremos a discutirlo): en las artes narrativas (literatura, cine, teatro, cómic, etc.) el cómo se cuenta algo es mil veces más importante que lo que se cuenta. Y no porque el contenido no importe, sino porque es la forma la que hace que el mensaje o la emoción que se quiere transmitir se haga de manera eficaz.
Un mismo chiste contado por una persona o por otra puede provocar reacciones completamente opuestas. De nada sirve saberse el mejor chiste del mundo si no sabes contarlo. Y al contrario, un mal chiste contado por alguien que sepa ejecutarlo con gracia puede hacer que te partas de risa. Por supuesto, el chiste es importante, pero en sí mismo no vale nada si no lo sabes narrar para extraer de él el máximo partido.
Igualmente, un buen guión no sirve de nada sin una persona que sepa traducirlo a imágenes correctamente. Pon los mejores diálogos del mundo en boca de un intérprete mal dirigido y te parecerán unos diálogos mediocres y pretenciosos; pon unos diálogos simplones en boca del mejor intérprete del mundo y te parecerán escritos por el mismo Shakespeare. Pon la cámara en un mal sitio o ilumina la escena de manera adecuada y la escena acabará con un tono totalmente diferente al que pretendías inicialmente. Acompaña la escena con una música que no le pega ni con cola o haz un corte de montaje donde no debes, y todos los aciertos de la película pueden irse por el retrete.
En
Trainspotting, por ejemplo, hay una escena (la persecución inicial) que se muestra dos veces en la misma película, pero con dos acompañamientos musicales distintos: el
Lust For Life de Iggy Pop y el
Sing de Blur. La secuencia es prácticamente la misma, pero las emociones que se desprenden son diametralmente opuestas: el simple cambio de acompañamiento musical y de posición en el conjunto del relato hacen que el mismo contenido adquiera significados completamente diferentes.
El guión de
Vanilla Sky es en un 90% idéntico al de
Abre los ojos, y sin embargo son muy películas muy diferentes, una es un
thriller y la otra es una dramedia. Las diferentes decisiones de puesta en escena, montaje, banda sonora, fotografía, escenografía o interpretación acaban añadiendo matices y significados completamente distintos a la misma historia.
En una película un guión no es más que una simple declaración de intenciones, pero el que esas intenciones lleguen a buen puerto dependen fundamentalmente de las decisiones que se tomen en el rodaje y en la sala de montaje.