Respuesta: The Office
Aquí dejo otro bloque de análisis de personajes. Como os habréis dado cuenta son de periodicidad errática.
Ryan Howard (a.k.a. el becario, el hombrecito) comenzó siendo el personaje nuevo que nos introduce, junto a él, en la dinámica de la serie. Una de las características típicas de estos personajes es que suelen los más normales para que el espectador pueda empatizar con ellos y, por contraste, baremar el nivel de locura de los demás. Pero dado el estilo de la serie –los personajes pueden hablar a cámara- Ryan podría parecer redundante. De modo que, a partir de la segunda temporada, vemos cómo el becario se transforma en un tipo con un complejo de superioridad basado en sus conocimientos teóricos -bastante injustificado: en la práctica no consigue hacer ventas, provoca un incendio- que además tiene que lidiar con los afectos de la pizpireta Kelly ¡y los de Michael! (Esto da para estudio aparte). Sus ambiciones culminarán en la 3ª temporada y en la 4ª veríamos el resultado: se convierte en un yuppie con complejo de inferioridad (fijaos en los ayudantes que tiene Ryan; fijaos en sus estaturas), predilección por la mala vida y por los chanchullos corporativos cuando ve que sus conocimientos teóricos no le procuran el éxito deseado.
En la 5ª, de vuelta al hogar porque es lo único que le queda, cada vez más bala perdida (Mítica esta frase: “Me voy a Tailandia con unos amigos del instituto. Bueno, con unos de un instituto”) y tocando fondo en la Michael Scott paper company. Al menos parece haberse recuperado de sus adicciones. Ahora mismo lo vemos aprovechándose parasitariamente de la muy encoñada Kelly, luciendo trapitos trendy y evitando hacer cualquier tipo de trabajo. También parece querer ir a por Jim, que se le cruzó en la 4ª temporada. Por otra parte, ha desarrollado una faceta artística digna de estudiante de Bellas Artes convencido de ser un genio. Mirad si no su
profundo blog fotográfico o el petardísimo video musical en el que interviene.
Creed Bratton es Creed Bratton. Tratar de analizarlo rebajaría su pureza.
Toby Flenderson es la muy débil voz de la razón en la oficina. Odiado por Michael, creo que no solo por ser el de recursos humanos que trata de impedir los disparates del gerente, sino que también por ser un padre divorciado. A Michael esto le debe repatear por dos motivos: le recuerda el abandono de su propio padre y además demuestra que Toby ha tenido lo que el sr. Scott más desea –compañía-, pero ha renunciado a ella.
Este “malvado caracol” (Michael dixit), ex seminarista y divorciado también está enamorado de Pam, y utiliza con ella unas tácticas de aproximación que harían parecer a Jim Casanova; la apoteosis de éstas se da cuando le mete mano en la rodilla. Resulta tristemente gracioso que albergue esperanzas de que la pareja rompa hasta el día de su boda porque ¿qué iba a hacer si Pam volviera a estar disponible? Lo que estaba haciendo hasta entonces: Nada. Aun así, esto ha provocado que sea bastante pasivo-agresivo con Jim (esos informes sobre el tonteo en recepción). A pesar de todo, casi nunca pierde la compostura, más que nada porque cuando intenta introducir algo mínimamente emocionante en su vida sale escaldado: véase la metedura de mano/pata con Pam (inciso: en varias ocasiones a lo largo de la serie, Pam dice que Toby es bastante mono; él nunca lo sabrá), su retiro suramericano que acaba en el hospital y su team-up con Dwight para hacer de detective. Recientemente parece haberse rendido ante el avance de las fuerzas de la irracionalidad en el trabajo y, como dice Oscar, “se ha tomado la baja mental”.
Por cierto, parece que bastante gente se la tiene guardada a Jim en esa oficina ¿no?