Respuesta: THOR de Kenneth Branagh
Las películas basadas en los comics Marvel, por regla general, parten de una base plantilla donde cabeza - nudo - desenlace no suelen salirse de un estereotipo o guión establecido aún siendo distintos tanto los superhéroes a representar como sus poderes fuera de lo común. Pero últimamente han reforzado, bajo mi sospecha, ese modus operandi (quizás encauzando los action hero a un filme común como esos vengadores que llegarán a nuestras pantallas en un par de años a lo sumo).
No soy docto en la materia de los comics (y muchísimo menos en Thor) así que tan sólo hablaré de la película en sí (y todo lo que conlleva). Con un guión que podría caber en una servilleta de bar Branagh se intenta poner serio, todo lo que le permite la historia, para intentar encauzarlo todo a pachas entre el mundo fantástico y el mundo de Shakespeare (el material, visto a grosso modo, da para ello). Empezamos con una presentación de lujo de un universo extenso, pavoroso, visualmente impecable, donde el lujo, sobriedad y esmero por una realeza llamativa está muy bien representado. En ese aspecto no tengo queja alguna. Incluso los fastuosos decorados y la indumentaria extremada (esos cascos) tienen su acierto y gracia. Asgard es un mundo idílico, todo armonía, con sus enemigos mantenidos a raya.
La presentación de personajes es correcta, desde luego. Cada actor presenta su rol con cierta soltura. Incluso a cada segundo que pasaba, dentro de mi permisividad como espectador, iba convenciéndome de que quizás estábamos ante un buen producto comiquero llevado a la gran pantalla. Pero un primer error me hizo sospechar: un montaje apresurado, sin tomarse el tiempo debido a narrar, quizás un poco, el porqué de cada personaje y el porqué de según qué elementos. Un montaje con demasiada tijera de por medio (la aparición de los gigantes de hielo en el palacio es uno de los peores montajes que recuerde en mucho tiempo) haciendo un poco torpe su realización y sobre todo su resolutiva.
Seguimos con la historia y avanzamos a, para mi gusto, lo único salvable de todo este universo marveliano. La gran batalla contra los gigantes de hielo. Maquillaje, puesta en escena (un tanto abrupta pero se acepta), efectos especiales convincentes y un ritmo conciso. Pero volvemos a querer contarlo todo muy deprisa pero sin reparar que están enseñando demasiadas cosas. Te presentan un monstruo que da para un buen rato y lo terminan todo en un pis pas, sin darle juego al asunto. Tienen que demostrar que estos dioses son invencibles pero no hubiese sido un punto negativo darles algo más de consistencia. Me recordó muchísimo al inicio de Troya.
Y a partir de aquí todo es cuesta abajo, sin frenos a los cuales aferrarse. La llega a la tierra es de un anodino que asusta. Dejemos a un lado la rápida aclimatación del héroe expulsado a las costumbres, formas y modales terráqueos. Dejemos a un lado que en una sola noche el amor llegue a lo bestia. Es el tono que Kenneth le impregna a la historia. Un contraste con tanto desbarre, con un humor tan insulso, de chascarrillo que se queda en las puertas del cine una vez acaba la proyección, que todo está de más, todo sobra, todo chirría. A eso ayuda muchísimo unos actores que no saben como hacerlo creíble o hacerlo consistente.
Todo sucede deprisa, todo sucede per se, sin darle forma consistente o darle algo más de coherencia. Encima cuelan a otro superhéroe como si todos debiésemos saber quien o qué es. Seguimos con un montaje torpe y tosco, llega el robot con deseos de aniquilación (quizás la otra secuencia destacable dentro de todo lo malo) y todos se quedan igual, como si apareciesen siempre robots de la nada con ansias de destrucción. Thor promete amor eterno, pelea sin gracia ni salero entre los dos hermanos antagónicos, sin chicha ni limoná y fin de la historia, nada más. Y hasta aquí la historia de pepito zanahoria.
Me dicen que esto lo ha filmado Bret Ratner, Rob Cohen o incluso Stephen Sommers y me lo creo a pies juntillas (la parte del asalto a Shield para encontrar el martillo me han venido a la cabeza las maneras de Bay en La Roca). Quizás porque no acostumbro a asociar este tipo de productos a alguien como Kenneth pero aún en las partes más intimistas como son las conspiraciones, justicia paterna y diálogos casi Shakespearianos no logro encontrarlo del todo. Loki no lo veo un villano tan letal como pudiera parecer sino más bien un Lengua de Serpiente en estado de entrenamiento. Y pudiendo haber deparado una pelea final digna de lo que son, dioses, estamos ante un climax poco conseguido o quizás no tan espectacular.
Entiendo que esto son palabras de alguien que no conoce el mundo Thor pero que menos haberse dignado a explicar, con algo más de detenimiento, muchas cosas. Que no todos hemos crecido con el mundo de los comics. Antes me quedo con Ironman que con esta, las cosas como son. Me convenció más, por muchas razones, y me funcionó mucho mejor. Aquí he hecho un esfuerzo sobrehumano por tal de no acabar en tedio más absoluto. Y eso ya es fuerte.