Respuesta: Tony Scott
¿Sabéis esos casos en particular donde crees a pies juntillas que esa película la has visto aunque sea una vez y cuando te la vuelves a encontrar te das cuenta que no era así?
Pues eso me ha pasado con "Amor a quemarropa". Creí, por mi memoria, que la había visto y no, no era así. Tenía visto casualmente hasta la mitad. El resto había leído mil veces de qué iba, lo que salía y como acababa pero mis ojos no conocían eso en movimiento. Título de culto de principios de los 90 donde Scott se afincaba en su estética videoclip crepuscular de tono amarillento amparado en un guión del enfant terrible Quentin y que se huele sus maneras en escenas concretas (Gary Oldman hasta arriba de histrionismo, el duelo interpretativo entre Hopper y Walken o todas y cada una de las apariciones de Pitt) y la violencia desatada tan al gusto del director. Aunque también es cierto que Scott tampoco se queda corto.
Efectista y muy comentada en su día por su final estruendoso y que volvería a reutilizar en títulos como "Enemigo público" o "Domino", la película es una clásica (y típica) película de dos tortolitos quieren pegar el palo gordo y retirarse con los beneficios. Mientras tanto una galería de secundarios pululan por aquí. Una película con el romance de fondo para una historia normalita donde funciona más en lo visual que en lo guionístico, pues Tony prefiere deslumbrar y dejar poso con sus artificios que convencer con la parte seria. No es un mal título, desde luego, y se sigue con agrado pues juega con las cartas ganadoras de este tipo de filmes pero desde luego no me parece de los mejores títulos del director.
Tengo la sensación de que cuenta con más mítica que por lo que realmente vale. Y como siempre: colección de apellidos pa' secundarios.
